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 jueves, 01 de abril de 2004

Se cierra el círculo sobre el detenido por las agresiones en serie
El Loco del Puñal fue reconocido por tres de sus víctimas y un testigo
Otros dos hombres no pudieron señalarlo como quien los atacó los primeros días de marzo en el macrocentro

Tres víctimas y un testigo reconocieron ayer en rueda de personas a Alejandro Ruffa como el sujeto que atacó con un cuchillo e hirió a media docena de transeúntes en distintos sectores del macrocentro, hace tres semanas, mientras que otras dos víctimas no pudieron asegurar que se tratara del autor de las agresiones. El señalamiento de Ruffa como el presunto agresor se produjo delante de la jueza que ordenó su arresto, quien ahora aguarda los resultados de una serie de pericias psiquiátricas para decidir si lo imputa formalmente o si, por el contrario, lo declara inimputable, como ya sugirieron tres médicos forenses que lo describieron como un "psicópata peligroso para terceros e incluso para sí mismo".

Aunque el procedimiento encabezado por la jueza correccional Graciela Sedda se hizo dentro de un marco de cerrado hermetismo, fuentes consultadas por La Capital revelaron que tres de las víctimas no dudaron en señalar a Ruffa como la persona que los había agredido. Además, un testigo que resultó clave para la identificación y posterior detención del denominado Loco del Puñal también lo reconoció.

El testigo es un abogado que presenció uno de los ataques y persiguió al agresor. "¿Por qué hiciste eso?", le preguntó cuando pudo alcanzarlo. El sujeto, que según la evidencia recogida ayer sería Ruffa, lo miró sin mucho interés y respondió: "Vos no sabés lo que él me hizo a mi".

La reacción es compatible con el diagnóstico que luego harían los médicos forenses Alicia Cadierno, Alberto Gagliardi y Carlos Elías sobre el perfil psiquiátrico de Ruffa. Luego de entrevistarlo personalmente dijeron que se trata de un sujeto que ataca porque se siente en peligro y que al hacerlo en realidad está conjurando una situación que considera riesgosa para si mismo.

Ese perfil también coincide con la historia personal de Ruffa, quien en los •90 se alistó en el ejército de Italia y estuvo en Somalía, integrando una fuerza de paz de las Naciones Unidas. Allí habría vivido situaciones límite que tal vez expliquen su actual patología y los delirios persecutorios que lo llevan a agredir para defenderse de agresiones imaginarias.

La jueza Sedda había dicho inicialmente que los reconocimientos se harían a través de fotografías. Sin embargo, fue el abogado que actúa en representación de Ruffa, el defensor oficial Emilio Delaux, quien pidió que se hiciera en rueda de personas. Ayer Delaux fue testigo de los señalamientos que hicieron cuatro de los seis participantes de la medida.

Además de la jueza y el defensor, participaron del procedimiento la secretaria del juzgado, Griselda Zlotnicki, y la fiscal Adriana Camporini.

La rueda de reconocimientos se hizo por la tarde. La condujo la jueza en persona y Ruffa fue colocado ante las víctimas de los ataques junto a otras cuatro personas. En este caso los elegidos fueron policías que tenían cierto parecido físico al sospechoso y destacaban por un detalle significativo: todos lucían casi rapados, un rasgo distintivo que mencionaron todas las víctimas al describir al agresor.

A Ruffa lo llevaron hasta los Tribunales en un patrullero policial que pasó a buscarlo por el hospital neuropsiquiátrico Agudo Avila, donde está internado desde que lo detuvieron por orden de la jueza Sedda. Desde allí lo condujeron directamente al subsuelo del Palacio de Justicia, donde está la sala de reconocimiento, y tras la medida lo devolvieron al centro asistencial.

Quienes lo vieron durante el procedimiento dijeron que estaba tranquilo y que se mantuvo en silencio. Además, que hizo todo lo que le indicaron sin oponer ninguna clase de trabas.


La investigación
Ruffa fue detenido el 16 de marzo por efectivos de la comisaría 2ª, a cargo del comisario José Luis Juárez, en una pensión de Rioja al 1000, a pocas cuadras de los lugares donde se produjeron las agresiones que ahora se le atribuyen. Por entonces la policía llevaba casi dos semanas tratando de saber quién era el hombre que atacó sin razones aparentes a cuanto menos seis personas. El patrón de los ataques fue siempre el mismo: ocurrieron en zonas semicéntricas, las víctimas fueron transeúntes y parecían elegidas al azar, salvo por el detalle de que en todos los casos fueron hombres.

Sin embargo, la identificación de Ruffa como sospechoso sólo fue posible con la aparición del testigo que vio uno de los ataques. Aparentemente esta persona siguió a aquel hombre solitario y misterioso y luego reveló el dato a las autoridades.

La medida de ayer se practicó en un marco legal al menos infrecuente: Ruffa todavía no está imputado de delito alguno porque la jueza Sedda no quiso indagarlo (es el acto formal donde se realiza la acusación) debido al estado mental del sospechoso. En rigor, es probable que ni siquiera llegue a hacerlo ya que si el dictamen de los médicos forenses se confirma, hay muchas posibilidades de que finalmente lo declaren inimputable.

Para eso Sedda espera los resultados de una serie de estudios y pericias que realizan psiquiatras y psicólogos en el Agudo Avila. Recién con esos informes, la magistrada tomaría una decisión en torno a la situación procesal del detenido. Si finalmente lo considerase inimputable, no habría acusación y Ruffa tendría que ser encerrado en un penal psiquiátrico.

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Ruffa después de ser detenido fue alojado en el Agudo Avila.

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