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 sábado, 13 de marzo de 2004

Buscan el reconocimiento de un nuevo status sanitario
Sin la peste, los chanchos se preparan para levantar vuelo
Aseguran que pueden volver las inversiones en el sector de la producción. Negocian cupos con Brasil

"En el sector porcino, hay muchas inversiones que están en las gateras, si se dan las condiciones es probable que en cuatro años se pueda triplicar la producción y dar un salto exportador". La frase pertenece a Juan Ucelli, presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, quien el martes pasado estuvo junto al secretario de Agricultura, Miguel Campos, en el anuncio oficial del levantamiento de la vacunación contra la peste porcina clásica, una enfermedad "comercial" que para los productores del rubro es tan nefasta como la aftosa en la carne vacuna.

La peste porcina estuvo presente en Argentina desde hace más de un siglo y la lucha por su erradicación lleva ya casi 80 años. Si bien el virus ya no circula por el país, falta obtener el reconocimiento de la Organización Internacional de Epizootias (OIE). A ese dictamen apunta la decisión de dejar de vacunar. A diferencia de la aftosa, en este tema no hay status de libre con vacunación. Si durante este año de trabajo las 20 mil muestras a analizar dan negativo, en 2005 se conseguiría el reconocimiento automático del organismo internacional.

"Es un punto de inflexión muy importante porque la existencia de esta enfermedad, que da lugar a restricciones paraarancelarias, dificultaba la decisión de invertir en el sector", explicó Ucelli a La Capital. Según el dirigente, la erradicación de la peste es la condición sanitaria para el despegue del negocio porcino, vapuleado como pocos durante los 90, a raíz de la importación. El otro desafío es alcanzar un acuerdo con Brasil que limite las importaciones desde ese país, a través de cupos y una política transparente de precios. Precisamente, el mes próximo se realizarán reuniones bilaterales en las que se podrían acercar posiciones.

El alud de importaciones desde Brasil y otros orígenes provocó una profunda crisis en la porcinicultura argentina durante la década pasada, cuando en un año se llegaron a importar más de 60 mil toneladas, sobre un mercado de unas 320 mil. Entre el 88 y el 99 se perdió algo más de un millón de cabezas del stock porcino.

En medio de esa crisis operó un importante proceso de reconversión. Según un informe de la Secretaría de Agricultura, durante los 90 el sector experimentó "un importante cambio tecnológico y de gerenciamiento". También se modificó la organización de la cadena productiva comercial "al integrarse la industria con la producción primaria".

Según señaló Ucelli, hoy por hoy hay 1.100 productores en el país, unas 300 plantas industrializadoras federales y provinciales (sólo 10 concentran el 60% de la faena), y un stock de 1,5 millón de cabezas, con 130 mil cerdas madres. El 78% del rodeo porcino se encuentra en las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.

En Argentina, el consumo histórico per cápita fue de 8 kilos por habitante. Este nivel cayó bruscamente con la devaluación, para recuperarse después. Hoy se calcula que se ubica en los 6 kilos.

Si bien la devaluación trajo algún respiro a los productores nacionales, el año pasado las importaciones retomaron la senda del crecimiento. En enero de este año, según la Sagpya, los ingresos del exterior (básicamente jamón y paleta) aumentaron 13% respecto del mismo mes de 2003. El 84% viene de Brasil. Hoy, señalan los productores, las importaciones están al mismo nivel que en 2001.


Pelea con Brasil
Aún con este panorama, Ucelli calificó el año pasado como "relativamente bueno" para el negocio porcino y confió en que "este sea mejor, dependerá mucho de lo que pase con Brasil".

La erradicación de la peste porcino abre, en ese sentido, un panorama importante. A pesar de que Argentina exporta cifras mínimas (menos de 1.700 toneladas anuales), fundamentalmente grasas y aceites a Bolivia, Chile y el sudeste asiático, la posibilidad de sortear la principal barrera para acceder a los mercados más importantes, alienta una nueva etapa de inversiones tanto a nivel de industrias como productores.

"Hay planteos de inversión que se están tomando, muchas empresas en las gateras, si se acuerda con Brasil y se logra el reconocimiento sanitario internacional va a haber un crecimiento importante", señaló Ucelli, quien señaló que "el de la producción primaria es el sector más caro para invertir, por cada diez pesos que se ponen ahí se necesitan dos en la industria".

Explicó que en el país la explotación promedio incluye un plantel de entre 100 y 150 madres pero "la tendencia es al aumento de la escala y, de hecho, hay criadores de hasta seis mil madres".

El presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos aseguró que hay factores internos y externos que contribuyen a trazar un horizonte de crecimiento. Por un lado, la carne porcina no fue afectada por afecciones riesgosas para el ser humano como la vaca loca o la gripe aviar. "Mientras no aparezca el cerdo histérico, la carne porcina, que es la que más se consume en el mundo, seguirá sustituyendo a las otras".

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