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 domingo, 15 de febrero de 2004

Alevoso golpe en una galería de Rioja al 1100
Ladrones como Pancho por su casa
Delincuentes no identificados vaciaron una relojería y un negocio de celulares y se llevaron dinero de otro local

Dos locales y una oficina de la galería César, en Rioja 1150, fueron vaciados durante la madrugada del sábado en un alevoso golpe de delincuentes todavía no identificados. Los ladrones entraron por una oficina de la planta alta, donde robaron 2.500 pesos, y eligieron dos locales, una relojería donde se llevaron más de 150 relojes, algunos valuados en 1.500 y 1.800 dólares, y un negocio de reparación y venta de celulares.

Los comerciantes damnificados se consideraban "en la ruina". El material robado -relojes y celulares- había sido dejado para su reparación y no sabían cómo iban a enfrentar la situación ante sus clientes.

"Me arruinaron la vida, se llevaron años de trabajo y sacrificios", aseguró el dueño de la relojería, Sergio Anelli, de 42 años. "Van a vender esos relojes en 20 pesos y a mí me va a costar miles de dólares devolverlos, no se cómo. Voy a tener que hipotecar mi casa", pensaba en voz alta.

Anelli calculó que le robaron más de 150 relojes que sus clientes dejaron para reparar. Los ladrones rompieron la vidriera y usaron velas para iluminar dentro del local, donde revolvieron todos los cajones. El relojero indicó que entre los más costosos había varios modelos marcas Rolex, Tag Heuer, Longines y Omega, valuados en más de mil dólares cada uno.

"Es importante que la gente sepa que esos relojes son robados, son de acá. Los clientes los dejan bajo mi responsabilidad, tengo que responder por eso. Les doy vales, comprobantes. Mi teléfono celular está en todos los sobres", enumeraba el relojero en forma de ruego con la esperanza de recuperar los aparatos de sus clientes.

"En otro tipo de negocios la mercadería es comprada, el perjuicio es enorme, pero es del dueño. Los relojes que había acá son de los clientes, además de ser costosos son recuerdos familiares. Tengo que empeñar mi vida para devolvérselos, y así y todo no les voy a poder devolver lo que perdieron", lamentaba Anelli.

Anelli explicó que el local no estaba asegurado porque hay pocas compañías que se dedican a cubrir ese rubro, y los costos son imposibles de cubrir para un local de las dimensiones del suyo. "Cobran entre 500 y 600 pesos por mes", dijo.

La situación del técnico que trabaja con celulares era similar. "No sabés cómo la pelea ese hombre para ganarse la vida", contaban los compañeros de la galería sobre Andrés, el dueño del lugar, que trabaja con su hijo. Como en la relojería, los equipos de telefonía celular robados eran costosos y también pertenecían a clientes en su mayoría. El hombre, después de ver el local saqueado, se fue a su casa inmerso en una crisis.

La otra víctima del robo fue Mario Alegre, de 33 años, dueño del bar Remember, una referencia obligada de la galería, donde se encuentra desde hace 18 años.

Los ladrones entraron por la oficina del bar, ubicada en la planta alta de la galería. Llegaron a través de un local ubicado al lado del complejo, sobre calle Rioja, que aún está en obras y no tenía ninguna medida de seguridad hacia la calle. "Ahora le pusieron rejas", lamentaban los comerciantes afectados. Ese local tiene aberturas de vidrio en el frente y hacia un patio posterior, lindero con la galería. Desde ese sitio y con una escalera de la obra, los ladrones alcanzaron la ventana de la oficina de Remember, destrozaron el vidrio y entraron.

"Estuvieron todo el tiempo del mundo", reflexionó el dueño del bar, que tenía unos 2.500 pesos de ahorros "escondidos en un recóndito hueco" del local, que los ladrones descubrieron sin problemas. El hombre lamentaba esa pérdida, pero su preocupación se centraba en los dos comerciantes saqueados.

Alegre contó que en los 18 años de permanencia en la galería, el de ayer fue el primer asalto, precedido sólo de un intento que se frustró. Esa vez, los ladrones quisieron entrar por el mismo sitio que ayer.


Inseguridad
La galería César tiene rejas en el frente y está conectada con la Libertad, unida a su vez con La Favorita. El local de telefonía asaltado está ubicado en el límite de las galerías César y Libertad, que tiene custodia permanente. Los comerciantes no se explicaban cómo la custodia no escuchó el estallido de los cuatro cristales rotos por los ladrones, o advirtió algún movimiento en ese sector.

"Los vidrios son gruesísimos y hacen un estruendo notable cuando estallan", explicaban los comerciantes. Los ladrones rompieron una ventana de la planta alta para entrar a la oficina y otro vidrio para salir; la puerta del local de telefonía y la vidriera de la relojería. Después de vaciar los negocios, se fueron por la misma oficina del primer piso, con toda la mercadería, una computadora y un equipo de música que estaban en los locales asaltados. Los comerciantes radicaron la denuncia en la comisaría 2ª.

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Los comerciantes se declararon arruinados por los robos.

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