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 domingo, 15 de febrero de 2004

Vacaciones: Viajar sin problemas

¿Qué hacer cuando un niño sufre una insolación? ¿Se puede viajar sin marearse? ¿Cómo reaccionar ante un golpe de calor? Afortunadamente es posible remediar muchas de tales preocupaciones poniendo en práctica algunas medidas preventivas, tales como contar con los teléfonos de asistencia médica del lugar de veraneo y un botiquín de urgencias bien provisto, además de consultar al médico antes de viajar, ya que muchos de los inconvenientes pueden prevenirse.

Las personas que cuando viajan en avión, barco, tren o automotores sufren de mareos del viajero (asociados a molestias estomacales, sudores fríos, palidez, náuseas y vómitos) tienen una carga de estrés adicional antes de comenzar sus vacaciones. Para impedir su aparición se aconseja:

* Antes de viajar descansar bien, no tomar alcohol la noche anterior y no desayunar con café o mate (que estimulan el sistema nervioso).

* Durante la exposición al movimiento, no fumar, evitar estar en ambientes con mucho humo o mal ventilados, mantenerse donde menos movimiento tenga el medio de transporte (en un barco, en la popa; en un avión, a la altura de las alas), en lo posible, no ingerir alimentos, y no leer.

Ciertos medicamentos que se utilizan en el tratamiento de estos síntomas, como los basados en la droga dimenhidrinato, se toman entre 1 y 2 horas antes del viaje, y previenen eficazmente los mareos y malestares estomacales.

También se alivia la sensación de náuseas respirando con profundas inspiraciones y exhalaciones, y recostándose con la mirada fija en un punto lejano. No obstante, si los síntomas se repiten en cada viaje y afectan seriamente la calidad de vida, conviene consultar al médico y, si fuera necesario, iniciar un tratamiento de psicoterapia.


Estados febriles
La exposición al sol y a las altas temperaturas causa frecuentes golpes de calor y fiebre, principalmente en los niños. Lo óptimo para evitar esta situación es:

* Cubrirlos con gorros y sombreros

* Mantenerlos a la sombra en las horas del mediodía (de 11 a 16).

* Emplear protectores solares.

* Darles bebidas frescas con frecuencia a fin de que no se deshidraten.

Pero si pese a todas las precauciones los chicos se insolan, es común que les suba la temperatura. El doctor Guillermo Fernández Mac Loughlin, médico pediatra y director del Centro Pediátrico del Niño y del Adolescente afirmó que en estos casos se recomienda el uso de antitérmicos. El ibuprofeno tiene buena condición antipirética y antiinflamatoria, es bien tolerado y con escasos efectos colaterales.

Además de administrar el antitérmico, pueden realizarse baños que ayudan a disminuir la temperatura y evitar el riesgo de que ocurra una convulsión febril. Se sumerge al niño en agua a una temperatura igual o algo menor de la que tiene (templada, nunca helada). Por un mecanismo físico desciende la temperatura corporal hasta que haga efecto el antitérmico.


Deportes dolorosos
El tiempo libre se emplea a menudo para practicar deportes pero en numerosas ocasiones sin el adecuado entrenamiento previo. El entusiasmo no suple la falta de preparación, y los músculos y tendones se resienten ante el esfuerzo extraordinario. A veces, incluso los más experimentados atletas están expuestos a sufrir calambres, esguinces, torceduras y otras lesiones. Las recomendaciones incluyen:

* No jugar dos partidos de fútbol en un día si no se ha caminado ni 5 cuadras diarias en las semanas anteriores.

* Respetar los períodos de precalentamiento, relajación y elongación (antes y después de la actividad).

* Evitar la actividad al sol en los horarios de máxima radiación e ingerir líquidos en abundancia.

* Cuando surgen dolores musculares durante o después de la actividad, lo indicado es masajear la zona afectada y tomar un analgésico antiinflamatorio que a su vez relaje el tejido muscular (combinación de clorzoxazona e ibuprofeno u otros de similar eficacia) para calmar los síntomas. Las lesiones (esguince, fractura, desgarro u otras) deberán ser tratadas inmediatamente por un deportólogo o traumatólogo.


Cinturón de seguridad
El problema de los accidentes ha adquirido tal dimensión que la Organización Mundial de la Salud (OMS) convirtió a la seguridad vial como tema central del día de la Salud de 2004, el próximo 7 de abril.

La elección se apoya en datos como el siguiente: más de 20 millones de personas en todo el mundo mueren o sufren heridas graves como consecuencia de un accidente de tránsito.

Un nuevo estudio, publicado en el último número de The Journal of the American Medical Association, da algunas claves. Si todos los ocupantes de un coche utilizaran correctamente el cinturón de seguridad, en caso de accidente el riesgo de muerte de cada uno de ellos se reduciría como mínimo un 20%. "Ya existen varios estudios que sugieren que ponerse el cinturón de seguridad disminuye el riesgo de muerte en caso de colisión", expresa Peter Cummings, de la Universidad de Washington y uno de los dos autores del trabajo.

"Lo que aporta la investigación es que la posibilidad que tiene cualquier ocupante de un coche accidentado también depende de la utilización que hagan del cinturón el resto de los ocupantes del vehículo", añade.

El estudio evaluó los accidentes de tránsito registrados en EEUU entre 1988 y 2000. Los investigadores organizaron los siniestros por parejas en las que al menos uno de sus miembros hubiera fallecido. Así, distinguieron 61.834 parejas que ocupaban los asientos delanteros; 52.278 los traseros y 21.127 cuyos miembros estaban sentados en fila, a la izquierda o a la derecha del vehículo.

"Para los que ocupaban los asientos delanteros (el conductor o el pasajero) y llevaban puesto el cinturón de seguridad, el riesgo de muerte se incrementaba un 20% si la persona que se sentaba detrás no utilizaba el cinturón", explica Cummings

Según muestra el trabajo, los que se sientan en los asientos traseros y cumplen las medidas de seguridad sufren un incremento similar de sus probabilidades de fallecer (del 22%) si la persona sentada en frente no utiliza el cinturón. "También importa si la persona que se sienta al lado lo usa o no. Si se lleva el cinturón, el riesgo de muerte es un 15% mayor si la persona situada a la derecha o a la izquierda no lo utiliza", explica Cummings, que cita otros dos grandes estudios similares, realizados en EEUU y en Japón, aunque afirma que el suyo es, hasta ahora, el más completo que se ha realizado en este campo.

La conclusión es que el uso de los cinturones de seguridad por los ocupantes de los asientos traseros podría prevenir la muerte de las personas sentadas delante.



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