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 sábado, 14 de febrero de 2004

El productor pega el salto de la bolsa a la chapa
Los fabricantes locales tienen comprometida la producción hasta mediados de año

Marcos Cicchirillo / La Capital

El ritmo de las fuertes subas del precio de la soja y las mayores previsiones para la cosecha gruesa, los productores siguen incrementando la demanda silos para el almacenaje de granos, una tendencia que se sostuvo con fuerza en las dos últimas campañas agrícolas. La mayoría de los fabricantes del rubro de capital nacional reconocen que tienen comprometida su producción hasta mediados de año, mientras que las firmas extranjeras, principalmente brasileñas, ganan posiciones en la oferta de silos de gran porte.

De la mano de esta tendencia, entidades de productores hacen hincapié la necesidad de incrementar la capacidad de almacenaje pero enfocada a la diferenciación de granos, teniendo en cuenta que el mercado de especialidades está tomando fuerza en la plaza internacional.

En esta movida se embarcó la Sociedad Rural Argentina, que puso este tema en la agenda más urgente para el sector y aseguró que se necesita establecer un esquema de incremento de la capacidad de acopio para diferenciar los productos.

El fenómeno no es caprichoso, sino que responde a toda un esquema económico caracterizado por la incertidumbre sobre el sistema financiero, los vaivenes del mercado cambiario y precios favorables de los commodities a nivel internacional, que entre otros factores, hicieron que los productores fueran los primeros en invertir en almacenaje de granos tras la devaluación.

Las primeras inversiones comenzaron a realizarse en silobolsas (ver aparte) y, a partir del segundo trimestre de 2002 y con los ingresos en dólares, siguieron con silos áreos o fijos directamente, que fueron creciendo sustancialmente con el recalentamiento de los precios de la soja en el último mes.

"La compra de silos o plantas de silos no paró, es más, tras las fiestas navideñas la demanda y las consultas aumentaron notablemente con las noticias del precio de la soja por encima de los 700 pesos", reconoció Osvaldo Di Prinzio, director de la empresa firmatense Dasa, quien estimó que el mercado todavía no llegó a su techo. "Existe un margen para crecer entre un 20% ó 30%", dijo.

Con la producción comprometida hasta fines de abril, el directivo indicó que existe un fuerte movimiento en la compra de silos que van de las 100 hasta las 3.000 toneladas. En la actualidad, con dos turnos trabajando a full, la empresa de Firmat fabrica alrededor de 60 silos de diferente porte por mes.

"La demanda es infernal, las empresas locales no dan abasto con los pedidos", resaltó el consultor especializado en temas de almacenaje Domingo Yanucci, quien destacó que los silos de mayor salida son los rondan los 400, 500 toneladas, un mercado que está abastecido prácticamente por operadores locales.


Jugar de local
Después la invasión de silos de Brasil, Estados Unidos y España, la salida de convertibilidad le permitió a los locales ganar posiciones frente a sus competidores extranjeros, pero también nuevas cuotas de mercado por el incremento de las compras especialmente de productores, cooperativas y acopiadores.

Aunque no existen estadísticas oficiales, las estimaciones privadas calculan que en Argentina hay alrededor de 50 pymes que construyen silos, que salvo excepciones son todos de pequeño porte .

Di Prinzio reconoció que la devaluación los favoreció y puso como ejemplo el acuerdo cerrado con una firma internacional para la construcción de un silo de 18 mil toneladas destinada al almacenaje de maíz pisingallo. "Antes, seguramente una instalación de estas características sólo podía realizarla una firma extranjera, debido a que los costos en la Argentina eran desproporcionados", apuntó.

Pese a que la oferta se ve superada por la demanda, los precios más competitivos de Brasil permitió, a partir de mediados de 2003, una recuperación de las ventas para las representaciones de firmas internacionales. Eso sí, la salida del uno a uno hizo que las extranjeras se concentraran casi exclusivamente en el segmento de silos de grandes, mientras que en el pasado también competían en los de menor porte.

Este es un rubro que a firmas nacionales poco interesa ya que requiere de escala, tecnología y trabajos de ingeniería, que actualmente no cuentan las empresas de capital nacional y a las que difícilmente puedan acceder dado que requieren altos niveles de inversión si se piensa en competir en el mercado internacional.

Esto fue una línea divisoria que se profundizó tras la devaluación. "El mercado podría dividirse en dos: las empresas locales, que fabrican silos que van de las 100 hasta las 2.000 toneladas, y las extranjeras, que construyen silos de entre 2.500 y 7.000 toneladas", explicó Yanucci.

Walter Sierra, directivo de Cinter, firma que tiene la representación local de la compañía brasileña Kepler Weber (la número dos a nivel mundial), señaló: "Tenemos un buen volumen de obras y avisoro que el mercado seguirá creciendo en el mediano plazo", y señaló que en la actualidad tienen en obra silos de 20, 30 y 40 mil toneladas.

El directivo admitió que sintieron el impacto del fin de la convertibilidad, pero que la buena performance del campo y los precios de los commodities amortiguaron parte del golpe.


Diferenciación
Con todo, la Sociedad Rural Argentina señaló que la capacidad de almacenaje de la Argentina respondió adecuadamente al sostenido aumento de la producción de granos de la última década. Sin embargo, "debido a los nuevos requerimientos de nuestros compradores y las perspectivas de mayores cosechas se necesita de una nueva estrategia de almacenaje. La misma debe estar enfocada en "propiciar la segregación y diferenciación de los productos almacenados", remarcó la entidad en un extenso documento.

Cambios sustanciales en los hábitos y preferencias de los consumidores exigen productos con características diferenciadas de calidad y con información sobre su origen.

Por esta razón, la entidad entiende que la comercialización de granos en el ámbito mundial se encamina con un gran dinamismo hacia la diferenciación de productos, para asistir a los diferentes nichos o segmentación de mercado. "El consumidor comienza a demandar especialities, hecho que nos induce a planificar la disponibilidad de nuevos espacios para el almacenaje de estos granos diferenciados, con el objetivo de aprovechar esta oportunidad, mejorar el ingreso de divisas y aumentar nuestra participación en el mercado mundial", agrega.

"En este sentido, potenciar y estimular como política de Estado la segregación, fomentando la construcción de espacios nuevos de almacenaje, no solo brindará una mejor previsión de la relación producción/almacenaje sino que nos permitirá mejorar la rentabilidad de los productores, al ofrecer una mayor diversidad, garantía de calidad, mayor credibilidad y confiabilidad a nuestros demandantes, siendo este uno de los caminos para consolidar el crecimiento sostenido", indica el documento.

Países competidores de Argentina en la venta de trigo en el mercado internacional están conquistando diversos nichos que podrían convertirse en clientes para los jugadores locales. Por ejemplo, Canadá cuenta con 42 segregaciones, Estados Unidos con 19 segregaciones en una sola clase de trigo, y Australia con 6 clases distintas.

En el país es necesario adoptar tecnologías de acopio segregado de los diversos productos, que permitirán satisfacer las nuevas demandas internacionales.

La capacidad de almacenaje total del país se ubica alrededor de los 57,2 millones de toneladas, según la Dirección de Mercados Agroalimentarios de la Sagpya. A nivel país el coeficiente producción/almacenaje, durante las últimas campañas se ubica en 1,15. En principio, este indicador no manifiesta problemas en el presente en cuanto al espacio necesario para guardar la cosecha.

Sin embargo, es necesario considerar que la productividad de los cereales y oleaginosas muestra una tendencia creciente que promete continuar; "con lo cual no se pueden descuidar las capacidades futuras de almacenamiento", apunta Sociedad Rural.

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Las compañías extranjeras se dedican al segmento de gran porte.

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