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 miércoles, 11 de febrero de 2004

El ejercicio físico, un aliado para mantener la salud

María Laura Favarel / La Capital

"Todas las mañanas hago una caminata de más de una hora, salgo a correr y juego al básquet. Al regresar me baño y voy a trabajar. Tengo 73 años y un marcapasos", relató a La Capital Fernando Trujillo Marquez quien desde hace tres años participa del programa de actividad física desarrollado por la Unidad de Gestión IX del Pami en Rosario.

Moverse atrapa. En Rosario 450 afiliados a la obra social de los jubilados participan de los programas de actividad física, a cargo de los doctores Carlos Elbert, Fabián Mateo y el licenciado Sergio Rodríguez. En oportunidad de las últimas Jornadas de Epidemiología y Prevención en el Adulto Mayor realizadas recientemente en la ciudad, los especialistas plantearon la importancia de la actividad física para mejorar la calidad de vida en esa etapa de la vida. La actividad física previene enfermedades, disminuye el consumo de psicofármacos, aumenta las ganas de vivir y mejora la rehabilitación.

"Enfermedades como hipertensión arterial, alteraciones lipídicas y obesidad pueden prevenirse a partir del ejercicio físico", afirmó Carlos Elbert, médico clínico. "Lo increíble es que siendo evitables sean tan frecuentes en la tercera edad. Tanto es así que el 30% de las muertes tienen su origen en afecciones cardiovasculares, cuando en realidad esta tendencia se puede revertir".

La prevención es muy simple. "Las alteraciones lipídicas -que antes eran muy difíciles por su doble origen (factores hereditarios y hábitos de vida), ahora se pueden controlar con otros recursos, como la actividad física. De esta manera se modifican hábitos perjudiciales para la circulación coronaria. A quienes se les detecta la alteración en los niveles de colesterol, la indicación de ejercicios mejora el pronóstico".


Fuerza de brazos
Los profesionales del área de Epidemiología y Prevención del Adulto Mayor del Pami investigaron cuáles eran los beneficios de la actividad física a nivel muscular. Concretamente midieron la fuerza de brazos, abdominal y de las piernas; la flexibilidad y el equilibrio. Para ello idearon un sistema de medición sin precedentes.

"Adaptamos los índices del adulto joven al adulto mayor, porque no existían parámetros para la tercera edad", comentó Sergio Rodríguez, enfermero y profesor de educación física del Pami.

"Hace 5 años que implementamos estos programas y obtuvimos resultados muy favorables. Estos son abiertos a la comunidad en general. Los responsables son alumnos avanzados de la carrera de educación física junto a profesores. Contamos también con el apoyo de las escuelas de enfermería y de la Cruz Roja", comentó Rodríguez.

Los beneficios de la actividad física se reflejaron en las consultas a médicos de cabecera, quienes notaron que quienes participaban de estos programas habían mejorado el estado de salud y disminuido el consumo de psicofármacos. Dejan de tomarlos o lo hacen en dosis menores.

Quienes no realizan actividades que diferencien las horas de vigilia de las de sueño puede ser que duerman desordenadamente durante el día y pierdan el sueño a la noche. Por eso necesitan psicofármacos. "Contar con una actividad física o recreativa que diferencie estos dos aspectos es muy probable que mejore la calidad del sueño y reduzca el consumo", aseguró Elder. Dejar de lado el sedentarismo también mejora los niveles de glicemia.

Dinamismo y contención

Las clases son muy dinámicas. Se realiza gimnasia en grupos, ejercicios isométricos, estáticos, aeróbicos y actividades recreativas como caminatas y paseos. Los juegos en grupo son útiles para estimular la relación con los pares. "La actividad los atrapa. Se contienen unos a otros, y se genera un espacio de encuentro. Casi siempre llegan una hora antes de la clase para encontrarse", contó Rodríguez.

Cada grupo trabaja de acuerdo a sus circunstancias y no sólo incluye a los que están exentos de problemas de salud. Las personas con prótesis de cadera o acortamiento de algún miembro también pueden sumarse a alguna actividad.

Las clases comienzan en febrero de cada año y se desarrollan en forma gratuita en clubes y centros de jubilados esparcidos en toda la ciudad. Para participar es necesario un certificado del médico de cabecera, un electrocardiograma y análisis de laboratorio. Luego se hace una primera evaluación física y con todos estos datos se arma la planificación.

Mayor autonomía

Los ejercicios físicos son un buen complemento para la rehabilitación. Fabián Mateo, médico fisiatra, explicó que estos programas se usan "para trabajar la reinserción a la actividad normal, objetivo al que apunta la rehabilitación".

No importa si el paciente puede caminar o no. De hecho hay quienes trabajan desde una silla de ruedas, no para volver a caminar, pero sí para lograr mayor autonomía.

"Generalmente derivamos a los que consultan por reumatismo, artrosis, osteoporosis, alteraciones estructurales, de columna y exceso de peso. Notamos resultados muy buenos en flexibilidad, fuerza, y sobre todo más ganas de vivir", concluyó Mateo.

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Grupo que presentó la coreografía en el marco de las jornadas.

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