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 sábado, 24 de enero de 2004

Recibió la visita de un ladrón en su casa por segunda vez en una semana
Una mujer de barrio San Francisquito se salvó en ambos casos gracias a la ayuda de vecinas

"Parece que estoy ayudada por todos los santos, los dioses y los vecinos", afirmó María Zorzoli, una vecina del barrio San Francisquito, quien en menos de una semana fue "visitada" dos veces por delincuentes. La última incursión sucedió el jueves a la madrugada cuando quisieron meterse en su casa a través de una claraboya. Y los dos casos tuvieron el dominador común de que los maleantes eran adolescentes que, además, terminaron presos gracias a certeros llamados telefónicos a la central del Comando Radioeléctrico.

Zorzoli aún no se repuso del primer susto que sufrió el sábado pasado a media mañana. La mujer de 71 años se encontraba junto con una amiga y vecina en su casa de Lavalle casi esquina Rueda cuando apareció un pibe. "Señora, me da un vaso de agua", pidió el muchacho. La dueña de casa accedió, pero como el vaso no pasaba a través del postigo, abrió la puerta.

Entonces todo quedó claro. Se trataba de un delincuente, armado con un revólver calibre 38, que de un empujón tiró al piso a María para luego arrastrarla de los pelos primero hasta la cocina y luego hacia el dormitorio. Las dos mujeres fueron amenazadas por el ladrón que pedía en todo momento que le entregaran el dinero y el oro que había en la casa.

Fue un trance duro para Zorzoli y su amiga, pero por fortuna terminó rápido. Un vecino de la cuadra había presenciado el momento en que el ladrón se metía en la casa y entonces llamó al Comando Radioeléctrico. Los uniformados entraron en la casa y enseguida controlaron al joven ladrón, que marchó preso a la seccional 13ª.

Cinco días después de aquel mal trago, Zorzoli dormía en su habitación cuando un ruido la hizo saltar de la cama. La mujer no tardó en comprobar que el sonido provenía del baño. Cuando se asomó en el cuarto y miró hacia arriba observó que alguien había retirado la tapa de la claraboya. "Ahí nomás vi una mano del tipo. Lo primero que hice fue cerrar la puerta del baño con llave. Por lo menos si se metía, que se quede ahí adentro", contó a La Capital.

Pero el ladrón al parecer bajó del techo y después intentó meterse por una ventana del frente de la vivienda. Cuando trataba de forzar las rejas fue sorprendido por la policía. Como había ocurrido el sábado a la mañana, un vecino observó movimientos extraños sobre los techos y avisó al Comando Radioeléctrico.

La historia volvía a repetirse: la mujer se salvó otra vez gracias a la llamada que hizo un vecino. Zorzoli agradece "a todos los santos y a los vecinos" la suerte que tuvo en los episodios. Así y todo, ya está convencida de que los ladrones le tomaron el punto "en represalia por haber denunciado el caso anterior".

Muy apenada, la mujer contó que vive hace más de treinta años en el barrio y que sus familiares se van a turnar para acompañarla de noche. "Es muy feo. Estoy exponiendo a mi nieto, que es joven, a que también le pase algo. Ya no sé qué hacer", remarcó. Además, dijo que un importante sector del barrio se encuentra sin teléfono.

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