Año CXXXVII Nº 48275
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
El Mundo
Opinión
Escenario
La Región
Educación
Policiales
Arte
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Campo


suplementos
ediciones anteriores
Salud 21/01
Autos 21/01
Turismo 18/01
Mujer 18/01
Economía 18/01
Señales 18/01
Campo 17/01


contacto

servicios

Institucional

 sábado, 24 de enero de 2004

Tres llamadas telefónicas desde el aire
Investigan al piloto que chocó a su esposa con una avioneta
Después de provocar la muerte de su mujer, Walter Cecchini llamó a un abogado, a un hospital y a un amigo

San Gregorio.- "Fue un segundo de estupidez e imprudencia que le costó la vida a una persona", parece ser la conclusión a la que arribaron algunos de los aeroaplicadores del sur santafesino tras el accidente protagonizado por el piloto Walter Cecchini y que le costó la vida a su mujer, Nancy Núñez. El caso está caratulado como homicidio culposo aunque puede considerarse que hubo dolo eventual en la maniobra con lo cual la causa podría dar un giro imprevisto. Los investigadores detectaron tres llamadas telefónicas realizadas por el piloto después del accidente, cuando aun se hallaba en vuelo.

La pequeña comunidad de San Gregorio se vio conmovida por el accidente y no son pocos los que prefieren evitar brindar declaraciones a los medios. "Se publicaron cosas muy feas por parte de medios porteños y no queremos formar parte de ese circo mediático", dijo un vecino ofuscado tras una consulta formulada por este medio.

Sin embargo la mayoría de los vecinos gregorenses coinciden en describir a Cecchini como una persona muy imprudente y propenso a hacer bromas. "La mujer estaba al tanto de eso porque en otras oportunidades le había hecho el mismo chiste aunque sin este resultado trágico", relató una fuente judicial cercana a la investigación.

Lo cierto es que las investigaciones siguen su curso policial y se instrumentaron una serie de medidas para esclarecer el accidente. Desde Aeronáutica Argentina están peritando la nave y además están reuniendo los antecedentes de Cecchini como aeroaplicador. Los antecedentes no lo favorecen precisamente ya que en algunas oportunidades había sido advertido sobre sus continuas imprudencias con la avioneta.

El luctuoso hecho ocurrió en la ruta provincial 14, a la altura de la estancia Santa Marta y a 3 kilómetros de la localidad de Christophersen. Cecchini, de 35 años, guiaba una avioneta Cessna, de regreso de Venado Tuerto, y avistó a su mujer, de 45, que conducía un Honda Civic, donde la acompañaba una amiga, Mirta Aparicio, de 42 años.

Cecchini inició una maniobra de aproximación, por la cual ubicó el aparato frente al auto, a unos setenta metros de distancia. La mujer hizo señas de luces, aparentemente, y su esposo se dispuso a sobrevolarla aunque no logró su objetivo y una de las ruedas se incrustó en el vehículo y provocó la muerte instantánea de su esposa.

Tras el hecho Cecchini condujo el avión hasta su hangar ubicado a unos kilómetros del siniestro aunque en el trayecto alcanzó a realizar unas tres llamadas desde su celular. Una tuvo como destino un hospital de la zona, otra la dirigió a un abogado de su extrema confianza y la tercera a un allegado familiar. El caso está siendo seguido de cerca por el juez en feria de Venado Tuerto, Héctor Vitelli, aunque en febrero pasará a manos del juez de Instrucción de Rufino, Omar Guerra.

Por el momento se sabe el destino de las llamadas de Cecchini. Su historia como piloto es uno de los temas que intentará develar la Justicia. "Años atrás un presidente de la comuna de San Gregorio le había advertido que fuera más prudente en sus maniobras aéreas", relató una fuente judicial.

En el ambiente aeronáutico de la zona no dejan de señalar que Cecchini era muy arriesgado en sus maniobras y acostumbrada a realizar bromas con su nave. "La mayoría de los aeroaplicadores hacen cosas de este tipo, pareciera ser una costumbre de estos muchachos", dijo un piloto que pidió reserva.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El auto que conducía Nancy Núñez quedó sin el techo.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados