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 sábado, 24 de enero de 2004

Gremialistas bolivianos llaman a huelga general para "cerrar" el Parlamento
Lanzarán la medida en 20 días, con el objetivo de crear un "gobierno revolucionario". Rechazo de Evo Morales

La Paz. - El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Jaime Solares, confirmó que esa organización gremial, la mayor del país, iniciará dentro de veinte días una huelga general indefinida, que estará acompañada por movilizaciones y la conformación de un "frente político de lucha contra el gobierno", con la intención de lograr, en lo inmediato, "el cierre del Congreso" y la formación de "un gobierno revolucionario" a mediano plazo Legisladores de diversos partidos rechazaron las expresiones de la COB y señalaron que su secretario general incurrió en varios delitos contra el orden constitucional con sus declaraciones. El líder cocalero Evo Morales, cuya organización fue clave en los alzamientos que el octubre pasado terminaron con el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, se distanció de la "declaración de guerra" de la COB, que le respondió a su vez con fuertes críticas. La ruptura entre estas organizaciones, que en octubre actuaron en conjunto, marca un punto de inflexión en la crisis boliviana.

Solares, que admitió que la intención a largo plazo es constituir un "gobierno revolucionario", indicó que la decisión fue tomada durante una asamblea realizada en la ciudad de Cochabamba, en la que se rechazó el aumento salarial de tres por ciento propuesto por la administración del presidente Carlos Mesa.

Solares añadió que las acciones se centrarán esta vez contra el Parlamento: "El pueblo quiere el cierre del Congreso y nosotros tenemos que aceptar ese pedido", argumentó. "El Congreso es una junta de inútiles que sólo tienen su curul para ganar 54.000 bolivianos (unos 6.900 dólares). Necesitamos un Congreso con patriotas que ganen 5.000 bolivianos (unos 650 dólares)", proclamó.


"Como en Argentina"
Si el Ejecutivo no da un cambio radical, se le presionará para que en "tres, cuatro, cinco meses convoque a nuevas elecciones, como en Argentina", añadió. Solares se refería al parecer a las protestas y saqueos que en diciembre de 2001 terminaron con el gobierno de Fernando de la Rúa, abriendo el camino a las elecciones en las que se impuso Néstor Kirchner.

La reacción de los parlamentarios bolivianos fue inmediata. Aseguraron que los dirigentes de la COB caerán en figuras penales como subversión y sedición si siguen adelante con sus propósitos. El presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, fustigó la amenaza "que atenta contra la democracia" y la atribuyó a "el afán de algunos personajes de figurar irresponsablemente", en referencia al secretario de la COB, Jaime Solares.

El ministro de Trabajo, Luis Fernández, insistió por su parte en el diálogo como mecanismo de solución a los problemas e instó a la COB a que comprenda que por las actuales condiciones económicas del país es imposible ofrecer mayores reajustes salariales.

Fernández resaltó que el gobierno ha respondido positivamente a un "alto porcentaje" de los 114 puntos planteados por la COB en su pliego de peticiones y recordó a los sindicalistas que está dispuesto a sentarse de inmediato para conversar sobre los problemas. "Estamos dispuestos a utilizar el tiempo que sea necesario. Creemos que no hay otro espacio que el diálogo, dado el propio mandato dado por el pueblo boliviano tras los sucesos de octubre", señaló el ministro.

La COB, a la que los analistas atribuyen una dirección "anarco-sindicalista", es una de las organizaciones más radicales del país, y aunque no tiene la fuerza de otros años se estima que puede causar problemas graves.

Los dos líderes radicales de mayor convocatoria, los diputados indígenas Evo Morales y Felipe Quispe, no asistieron a la asamblea de la COB en Cochabamba a pesar de haber sido invitados.

Entre quienes salieron a rechazar la idea de la COB destaca Evo Morales, el más notorio de los líderes radicales del país y el principal artífice de las movilizaciones que en octubre pasado condujeron a la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada.

Morales dijo que Solares y sus aliados "le hacen el coro a Estados Unidos", cuyo gobierno ha advertido en los últimos días sobre nuevos riesgos para el presidente Carlos Mesa. Solares. El secretario de la COB respondió criticando la distancia marcada por Morales y lo comminó a que aclare "si está con el pueblo o con el gobierno". Las distancias entre los dos dirigentes son cada vez mayores y el sindicalista ha acusado al diputado de ser "un defensor de la democracia, del hambre y de la injusticia".

Las posiciones de Morales son seguidas de cerca por los analistas, pues consideran que sin el concurso de éste y su poderoso Movimiento al Socialismo es muy difícil que las protestas alcancen la fuerza determinante de octubre.

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Protestas antichilenas de aborígenes en La Paz.

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