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 miércoles, 14 de enero de 2004

Aclaran la masacre de la quinta de San Vicente con detenciones asombrosas
Tres muertes por 10 millones de dólares
El hijo y nieto de dos de las víctimas, de 18 años, y un vecino están presos. Buscaban un supuesto tesoro enterrado

Buenos Aires.- El triple homicidio perpetrado el pasado fin de semana en una quinta de la ciudad de San Vicente tuvo un giro que las autoridades consideran prácticamente definitorio. El hijo de Jorge Canteros -el comerciante asesinado junto con su madre y su pareja- y un amigo y vecino del joven quedaron detenidos ayer. Están, formalmente, acusados de cometer la masacre. Y de hacerlo para quedarse con 10 millones de dólares que creyeron enterrados en el lugar del crimen.

"Fue una cosa realmente tenebrosa...los ejecutaron. No sé cuál de los dos gatilló, pero entraron y tiraron", afirmó el fiscal de La Plata Marcelo Martini, al hablar por una radio porteña.

También reveló que en la casa del vecino detenido se encontró el arma utilizada para cometer los crímenes, una pistola 7.65 que había desaparecido de la finca de Canteros.

Alex Canteros, de 18 años, y su amigo Gustavo Muñoz, de 31, son los sospechosos de matar al fraccionador de productos de limpieza, de 51 años; su pareja Giselle Edith Minod, de 34, y su madre Norma de Canteros, de 78.

Para los investigadores, Muñoz le contó a Alex que su abuelo y propietario de la cadena de zapaterías, Pepe Canteros, antes de que quebrara la empresa había enterrado 10 millones de dólares en la quinta que ahora ocupaba su padre. De acuerdo a esta línea investigativa, ambos planearon asesinar a Canteros, su madre y su pareja, para luego desenterrar un verdadero tesoro y repartírselo.


Los tickets, la coartada
El procedimiento donde se produjeron las detenciones fue realizado por personal de la DDI La Plata y la comisaría 1ª de San Vicente. Y en el desenlace el amigo del hijo del comerciante asesinado quiso suicidarse tratando de cortarse la vena yugular.

La noche del domingo, cuando llegaron los policías a la quinta, hallaron el cuerpo del hombre con un balazo en la nuca, en tanto los cadáveres de las mujeres tenían impactos en sus pechos y cabezas. No dudaron que habían sido ejecutados a sangre fría y sin posibilidad de defenderse.

El chico les contó a los policías que había salido con Muñoz y una pareja de amigos, con quienes había estado jugando al pool en Temperley. Como coartada Alex les mostró a los investigadores boletos de colectivo que así lo acreditaban.

Pero la policía habría determinado que los sospechosos consiguieron de otras dos personas tickets de viaje y de juegos de un hipermercado para demostrar que no estaban en el escenario de los hechos cuando se produjo la masacre.

En un principio se investigó el robo como móvil, ya que Alex dijo que de la casa habían desaparecido 700 pesos que tenían guardados en una lata y una de las 30 armas que coleccionaba su padre. Luego las sospechas apuntaron a una venganza cometida por alguien conocido, debido a que los cuatro perros doberman y una ovejera alemán, estaban tranquilos en una habitación y que no se habían violentados los ingresos.

Con la autopsia se determinó, además, que las victimas habían sido asesinadas con la pistola que faltaba de la casa .

Pero todo comenzó a desmoronarse ayer cuando Muñoz prestó declaración testimonial y se mostró evasivo y contradictorio ante las preguntas de los investigadores.

El fiscal Martini mandó a buscar a Muñoz ayer a su casa de San Vicente para que vuelva a declarar, pero cuando los policías ingresaron a la vivienda lo encontraron con un corte en el cuello que se había aplicado con un cuchillo en un intento de suicidio.

Inmediatamente, Muñoz fue llevado al Hospital Rural de San Vicente, donde trató de escaparse, pero tras forcejear con enfermeros, médicos y policías fue reducido. Luego los médicos confirmaron que presentaba un corte de unos 10 centímetros en el cuello aplicado de izquierda a derecha, lograron salvarle la vida y quedó internado con custodia policial.

Luego de la inhumación de los restos de Canteros y su madre, Alex, su madre y sus hermanos se dirigieron a la seccional 1ª de San Vicente para prestar declaraciones testimoniales, cuando los policías avisaron que a su amigo le habían encontrado la pistola Pietro Beretta 7,65 de su padre con la que se pudo haber cometido el triple crimen.

Además, otra comisión de peritos en rastros había confirmado que una vaina hallada en la mesa de luz de la habitación en la que dormía Alex correspondía a esa pistola y que en el lugar había sangre.

Todo esto sumado a la declaración de testigos respecto al posible móvil de los 10 millones de dólares y el arrepentimiento de una joven que les aseguraba una coartada, Canteros y Muñoz quedaron formalmente aprehendidos. Lo que se convertirá en detención luego de sus indagatorias ante el fiscal. (Télam y DyN)

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El hijo de Jorge Canteros, Alex, fue de testigo a la seccional. Las pruebas lo abrumaron.

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