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 miércoles, 14 de enero de 2004

Aclaran el crimen de un joven militante barrial

Un hombre fue detenido por el crimen de un militante de la agrupación Barrios de Pie, que murió de un disparo a quemarropa la tarde del 21 de diciembre, en un pasaje de la zona sur. El disparo partió de un motociclista que fue visto e identificado por varios testigos, ya que era del barrio como la víctima, Sergio Abel Aquino, de 21 años.

Aquino recibió un disparo en el tórax que le destruyó el corazón y los pulmones, indicó un jefe policial. "Fue un disparo a quemarropa, casi abocado" - señaló- lo cual significa que fue desde muy cerca.

La primera interpretación policial fue que Aquino había muerto "por un ajuste de cuentas". La policía sostuvo esa primera versión, en base a dos episodios en los que la víctima había sido investigado: un homicidio ocurrido en el año 2002, del cual quedó desligado; y un allanamiento en el que se le secuestró una escopeta de caño recortado, indicó la fuente.

El jefe de Homicidios, Daniel Corbellini, no dio por probado ningún motivo para el crimen. "Lo que tengo claro es cómo ocurrió su muerte", dijo. Desde el principio, los testigos habían señalado a un motociclista, identificado como el Gordo, como la persona que junto a un acompañante atacó a Aquino, que estaba desarmado.

El Gordo fue identificado como Roque Ramón Almada, un hombre de 28 años que trabajaba en una empresa de montaje. Había desaparecido del barrio después del crimen, pero fue apresado ayer en una casa de san Nicolás al 3600, donde la esposa fue a buscar a sus hijas seguida por la policía. "El hombre se entregó, no podía bancarse más esa situación", indicó un vocero policial.

Entre los testigos que identificaron a Almada, se encuentran familiares de la víctima que lo vieron pasar en la moto con el arma en la mano. Pero aún resta apresar al otro hombre y determinar cual de los dos ultimó a Aquino, confió el jefe policial.

Pipi Aquino, como los conocían sus compañeros, tenía una hija de un año y militaba desde hace dos en Barrios de Pie. Sus compañeros contaron que participó de numerosos emprendimientos comunitarios en la zona de Guillermo Tell -donde lo mataron- y Magnano.

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