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 miércoles, 14 de enero de 2004

Devolver la infancia perdida

Fiona O' Brien

En la Escuela de Arte Estaciones, en el sur de Bagdad, el objetivo no es enseñar o aprender, sino devolver a los niños iraquíes su infancia perdida.

No hay ni clases ni exámenes. Después de las clases formales en otros colegios, unos 180 niños de cinco a 18 años vienen a la escuela especial por unas pocas horas al día y los profesores les ayudan a utilizar el arte, la música y el teatro para desbloquear emociones que pueden haber reprimido durante años de guerra.

"La música o la pintura pueden ayudar a los niños al hacer que se olviden de su vida real", dijo el martes Iyad Hadi, miembro del personal de la escuela de arte, mientras un grupo de niños y niñas garabateaban felices unas hojas con ceras de colores.

"Cuando están aquí juegan, eso los hace psicológicamente más felices", agregó.

Creada el pasado octubre por una nueva organización iraquí no gubernamental llamada la Voz de la Infancia, la escuela acoge a niños discapacitados y necesitados de una gran variedad de procedencias.

"Creemos en la creatividad inherente y potencial afectivo de todos los niños", dice un afiche elaborado para una pequeña exposición de arte de dibujos del colegio en un hotel de Bagdad.

Las imágenes desplegadas son brillantes dibujos de casas de ladrillo y abetos y rayos de sol que podrían colgar de cualquier clase o decorar la puerta de la nevera de cualquier lugar del mundo. Pero los profesores dicen que cuando los niños fueron por primera vez a la escuela, sus imágenes eran más oscuras.

"Muchos niños solían dibujar tanques, aviones, pistolas", dijo Husni Mohamad. "Solíamos llevarlos aparte y decirles que eso había terminado, que todo iba bien ahora".


La terapia
Kiyoko McCrae, quien trabaja para una coalición contra la guerra en Estados Unidos y visitó la escuela en Bagdad, dijo que su experiencia fue que los niños traumatizados utilizaban el arte como un escape y como una forma de afrontar problemas enterrados.

"La terapia artística es una forma de expresar emociones que sentimos dentro", declaró. "Muchos niños no tienen ninguna forma de expresarse, cuando atraviesas una situación traumática tu única defensa es que te desconectas, no hablas mucho".

La escuela tiene dos psicólogos a mano para supervisar a los niños y ayudarles a relacionarse. Una de las psicólogas, Rasha Imad, dijo que había visto importantes mejoras en muchos niños desde que empezó a trabajar allí hace tres meses.

"Han empezado a estar más tranquilos en la clase, a relacionarse mejor, a reconocer letras y números y entender el significado de jugar", declaró.

A los niños se les enseña a utilizar computadoras, arte, música, teatro e inglés, pero la idea no es que aprueben exámenes u obtengan calificaciones, ya que sus estudiantes son educados sobre todo en colegios gubernamentales.

Hadi dijo que la Voz de la Infancia, fundada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y una organización no gubernamental noruega, busca ampliarse.

"Dados todos los años de guerra que ha sufrido Irak, se les cortó la infancia, algunos incluso olvidaron cómo pintar una flor o un árbol, sólo sabían de tanques, aviones y pistolas", relató.

"Esta escuela es como un pequeño oasis en un enorme desierto. Los niños pueden venir para tomar lo que necesitan. Esperamos que el oasis crezca. Queremos llegar a más gente, queremos que el mundo ayude", añadió.

Los estudiantes dicen que es bueno encontrar nuevos amigos y estar en el centro de atención.

"Aquí podemos jugar con libertad", dijo Ayid Wathiq, un muchacho. "Nos enseñan computación, música, inglés. Todo es bueno aquí".

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