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 miércoles, 14 de enero de 2004

TELEVISION / CRITICA
Entre platos sabrosos y notas curiosas

Pedro Squillaci / La Capital

Millie Stegmann salvó la ropa en su debut como conductora con "Las Millie y una". Carismática, aunque sin chispa ni sentido del humor, redondeó en la primera semana del ciclo un espacio dinámico, pero que no escapa a las generales de la ley de todos los programas femeninos de media mañana. La premisa fue apostar a un formato ágil, pivoteando sobre la preparación de un sabroso plato, una nota curiosa, otra de tendencias, e invitados en el piso. Con los nervios lógicos de quien arranca en un terreno desconocido, la actriz devenida a conductora resolvió con profesionalismo y naturalidad el vértigo del ciclo.

Sin embargo, a Millie le faltó la pausa. En sus primeros programas, emitidos a las 11 en Rosario (sale un día diferido con respecto a Buenos Aires), Stegmann se sacó el traje de aquella Lola de "Son amores" y se cargó al hombro su propio proyecto. Dio la impresión que tenía que bajar un cambio. Por momentos miró los carteles tras de cámara con un poco de susto, se perdió algunas veces cuando estaba hablando, pero retomó el discurso y zafó.

Claro, las otras exponentes en el rubro "programa matutino" venden ese karma "yo soy un despiste" y les sale bárbaro. Además es más cómodo. Mariana Fabbiani se caía en el estudio, todos se reían y a otra cosa. Maru Botana decía palabras que no existen en el diccionario de la Real Academia y todo bien.

Millie vende su potencial expresivo. Por eso no le costó nada llorar cuando escuchó la voz de su abuela al aire (quizá se emocionó en serio ¿por qué no?), y también le dijo a Adriana, de Villa Ballester, que nunca la olvidará por ser la primera persona que la llamó en su programa (muy lindo, pero fue un cumplido).

La soltura del cheff Donato de Santis sirvió para descomprimir la tensión de la conductora, correrse un poco del libreto, y sumarle algo de humor. El plato del día surge a partir de pedidos de los televidentes, que podrán apreciar el paso a paso en cámara de la comida solicitada.

Con la mira puesta en las amas de casa, el notero Nando planteó "¿a los hombres se los conquista por el estómago?", a la vez que la doctora Graciela Moreschi habló de cocina sentimental y arrojó una máxima del tipo: "La mesa puede ser un terreno propicio para el amor o un campo de batalla".

El bloque "Vos podés" apunta a ayudar a quienes no pueden superar algunos miedos, como subirse a aviones, nadar o manejar. En cada envío, también habrá una participación de un famoso en una suerte de campaña de concientización. El primer programa la mostró a Eleonora Cassano bailando con un cinturón de seguridad, en un alerta para los automovilistas.

Quizá algo que pueda ilusionar de Millie fue su afán de preguntar, desde el sentido común, y sin dar por obvia cualquier afirmación del columnista. Así sucedió en el momento en que el diseñador Benito Fernández habló de las tendencias del 2004. Aunque se desconoce si la conductora será lo mismo de incisiva si tiene un peso pesado de la política o del espectáculo adelante, lo cierto fue que no dejó ninguna duda picando, casi a la manera de un periodista avezado.

El nuevo rol de Millie le sienta bien. Quizá sea mas efectiva cuando deje de estar pendiente del guión y se suelte un poquito más. Pero para eso, tendrá que pasar las mil y una en un montón de programas.

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Millie Stegmann apuesta a un formato áil en su nuevo rol de preguntona.

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