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 domingo, 04 de enero de 2004

Educación: Maestros para nuevas generaciones

La educación es eje fundamental para el desarrollo en armonía de una sociedad y, al mismo tiempo, el principal vehículo para lograr mayor igualdad de oportunidades y para alcanzar mejores estadios de bienestar y de progreso. Por esta razón, los procesos culturales y el sistema educativo fueron influenciados a lo largo de la historia por producciones mayores de acontecimientos, desde la invención de la imprenta hasta la formación de la era digital.

Estos saltos cualitativos caracterizan la construcción del conocimiento y el desarrollo de los modelos de enseñanza. En este contexto, el rol tradicional del docente cambia con el devenir de nuevas generaciones y con ello, nuevas culturas urbanas. Sin embargo, parte de ese pasado está todavía hoy presente en el ejercicio y la reflexión de los docentes, entonces es necesario entender y conocer qué hay de nuevo en esta profesión para estimular una profunda modernización del sistema educativo.

La intención no solamente tiene que ver con incorporar herramientas informáticas sino que implica una nueva actitud y predisposición hacia lo nuevo. Es otra forma de leer el mundo, es comprender que el docente del futuro tendrá que saber desempeñarse, conjuntamente, con múltiples recursos tradicionales y "posmodernos", esto es el libro, con la imagen, Internet y la PC. Sería inadecuado no asimilar estos aportes como trascendentales para el perfeccionamiento de la democratización de conocimientos.

Además se suma, que los maestros no tienen ya el monopolio de la enseñanza, del control de la totalidad del aprendizaje, la idea de los conocimientos previos de los alumnos y su debido aggiornamiento a los contenidos escolares, con la consecuente capacitación constante por parte de los docentes que movilizan el carácter estructurado que conservan algunas instituciones escolares.


Escolaridad y entorno
Hay que reconocer que los niños y los adolescentes tienen expectativas distintas que hace décadas atrás, y tienen derecho a acceder a la información, a participar, a aplicar y a decidir sobre las pautas que rigen la escolaridad y el entorno.

No es tarea fácil pero tampoco es imposible. Implica procesos extensos de aprendizaje, escuchar y respetar al otro. Es cultivar una nueva cultura de autoaprendizaje, y pensar que los alumnos, en su experiencia educativa, conviven con otras demandas culturales extra escolares e incorporadas a su vida cotidiana. Las competencias se desarrollarán en un campo plagado de actualizaciones y de construcciones socio históricas, que conllevan recategorizaciones de los conceptos clásicos del sistema educativo.

Frente a esta perspectiva, el nuevo docente debe ser cada vez más experto en intercambiar información desde un lugar social comprometido con la cultura de las nuevas generaciones, sin dejar de lado el contrato pedagógico establecido a nivel profesional, y tomando como punto de partida la comunicación entre las vivencias internas y externas de la escuela, para no quedarse sólo en la idea de que el aula es el único ámbito de transmisión de saberes.

De todas maneras, el rol del docente está supeditado a la función social que le es asignada por la institución escolar, más allá de reconocer que la profesión docente está fuertemente legitimada pero también desprestigiada y desvalorizada de su función. El docente debe ser orientador y guía para que el alumno aprenda, revele sus intereses y desarrolle su práctica.

Esta visión determina que el alumno aprende haciendo, investigando y practicando. Es un alumno activo que pretende -mediante este método- conformarse en un adulto responsable y autónomo. Para ello, la escuela tiene que abrirse y relacionarse permanentemente con la comunidad para no quedar en un lugar aislado o ajeno de lo que acontece en lo cotidiano. No se trata de suplantar o reproducir a la familia sino de complementarla, de incluirla en las decisiones sobre la acción pedagógica.

En definitiva, como educadores la idea es no dejarse moldear por estructuras pasadas ni poner el acento sólo en discusiones por situaciones materiales, por el contrario, se trata de visualizar lo que se pueda cambiar desde el aprender, y realizar propuestas acerca de las implicancias que tiene esta nueva manera de interactuar con los alumnos y su vida.

Licenciada Silvana Caletti

Comunicadora social

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