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 domingo, 28 de diciembre de 2003

Vida espiritual: Siempre en armonía

Algunos están totalmente convencidos de que la fe mueve montañas, mientras que otros piensan que no es más que una hermosa metáfora sin aplicación práctica. Sin embargo, cada vez existen más evidencias de que una vida espiritual rica tiene un impacto positivo en la salud física y psicológica. Y esto no significa que sea necesario hacerse seguidor de una religión concreta, la espiritualidad debe entenderse como el convencimiento profundo de que la existencia tiene un valor y un sentido.

La medicina occidental ha estado marcada por el mens sana in corpore sano. Se ha dado una gran importancia al ejercicio físico para mantener un buen estado psíquico, pero en la actualidad el sentido contrario de ese concepto comienza a tener más peso. Nadie pone en duda que cuerpo y espíritu caminan al unísono. En cada persona conviven estas dos realidades en estrecha comunicación.

Meditación

El conjunto no puede funcionar correctamente si sus partes no están en equilibrio. Desde enfermedades consideradas puramente biológicas como el sida o el reumatismo, hasta otras con un claro componente psicológico como las adicciones o las tendencias suicidas están bajo el influjo del bienestar espiritual. En muchos casos, el medio para alcanzar paz interior es a través de las religiones. Sin embargo, no es la única vía que se ha explorado. Recientemente se han presentado varios experimentos sobre los efectos de la meditación en los que se observaba que los individuos controlaban mejor el estrés y que sus sistemas inmunes se habían fortalecido.

El cerebro de los que practican este tipo de técnicas también experimenta cambios. Algunos científicos opinan que la meditación podría aumentar los niveles de un neurotransmisor, la serotonina, cuya deficiencia está asociada a la aparición de la depresión. Ta vez con el tiempo y unas cuantas investigaciones más se pueda demostrar que es más eficaz y placentero vivir en armonía con uno mismo que tomar tranquilizantes.

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