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 miércoles, 17 de diciembre de 2003

Denunció dilaciones del organismo y aseguró que no cambiará la pauta fiscal
Kirchner rechazó las presiones del FMI para pagar más deuda
El canciller Bielsa señaló que si en 2004 hay excedente, no se usará para cancelar pasivos

El gobierno argentino no aceptará "ninguna presión abierta o encubierta para que el país aumente sus pagos al exterior", aseguró ayer el presidente Néstor Kirchner en respuesta a la eventual postergación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la aprobación de la primera revisión del acuerdo con el organismo, de la que depende el desembolso de 250 millones de dólares.

El Presidente eligió el espacio que le correspondió para dirigirse a sus pares del Mercosur, que realiza en Montevideo su XXV Cumbre presidencial, para desmantelar de antemano la eventual decisión del FMI de postergar hasta enero la aprobación de la primera revisión del acuerdo y para contestar las versiones que indican que el organismo exigiría un superávit primario superior al 4,5% para los próximos años con el fin de garantizar los pagos a los tenedores de bonos.

"No obstante los logros evidentes que obtuvo la economía argentina en los últimos meses y a pesar de nuestra voluntad de avanzar, sufrimos hoy indefiniciones y demoras de parte de organismos financieros internacionales que no ayudan en este proceso", dijo Kirchner.

El jefe del Estado insistió en señalar que "sería malo para la Argentina y para el sistema financiero internacional que nos engañemos con una reestructuración no sustentable destinada a fracasar en el corto plazo", al aludir al rechazo de los tenedores de bonos de aceptar la quita propuesta del 75% del capital de la deuda privada.

Al justificar su posición, el presidente reiteró que aumentar los pagos de la deuda se haría "al precio de reducir el crecimiento y debilitar la lucha por la disminución de la pobreza y por lograr mayores niveles de empleo".

Kirchner se refirió de esta manera a las versiones sobre la supuesta intención del FMI de exigir a la Argentina un superávit primario superior al 4,5% para 2005 y 2006, que no fue acordado en el acuerdo firmado en Dubai y que establece para el 2004 una meta del 3%.

"El reciente acuerdo con el FMI estableció con claridad el compromiso argentino de repago de la deuda compatible con nuestros objetivos internos en el párrafo 8 de ese documento", recordó.

Ese superávit de las cuentas nacionales es considerado por el gobierno de Kirchner como el margen para "brindar bases sólidas para ayudar a ordenar las relaciones con los acreedores, restaurar el acceso al mercado y asegurar la sustentabilidad de la deuda", tal lo refrendado en el párrafo citado por el mandatario.

Kirchner fue más allá y, rodeado de sus pares del Mercosur, advirtió al staff del FMI que "olvidar ese texto a sólo unos meses de aprobado significaría que otros no están cumpliendo con lo recientemente acordado y claramente especificado allí".

Pero además les recordó a las entidades multilaterales su situación ventajosa ante la deuda argentina, ya que, según dijo, desde el principio, el gobierno argentino fue "claro en señalar que los pagos netos a los organismos financieros internacionales previstos condicionan las características de la reestructuración de la deuda a negociar con los acreedores privados".

Kirchner insistió una y otra vez en la necesidad de que el pago de la deuda sea sustentable, y así recordó que en la última Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, realizada en Dubai, la Argentina presentó "los lineamientos de reestructuración de la deuda privada de manera que hacen compatibles tanto el compromiso de crecer y eliminar la pobreza, como el compromiso de honrar nuestra deuda".

Ese compromiso se asumió, recordó el mandatario, "a partir de su adecuación a niveles de pagos realistas y sustentables que no van a ser distorsionados por la sobrevaloración de los bonos a reestructurar".

"Argentina ha venido reduciendo fuertemente desde el 2002 su deuda neta con los organismos financieros internacionales, a pesar de la crisis y de la recesión", resaltó el presidente y agregó que en el último acuerdo con el FMI se aseguraron "condiciones para continuar este proceso hasta el final del acuerdo trienal".


Cumplir lo acordado
También desde Montevideo, el canciller Rafael Bielsa se alineó con el presidente al asegurar que Argentina se limitará a cumplir la meta de superávit primario del 3% en 2004, acordado con el Fondo. Y aclaró que "un eventual excedente no va a ser destinado al pago de la deuda".

"Cuando llegue el momento de negociar las metas de 2005 y 2006 veremos", agregó Bielsa.

"La negociación entre Argentina y el FMI fue muy dura y hubo ganadores y perdedores, los hubo dentro de Argentina y del FMI", dijo el ministro, quien agregó con ironía que "fuimos un país incumplidor y errático y cuando celebramos un acuerdo resulta que esa erraticidad pasa a ser una virtud".

En cuanto a la reestructuración de la deuda por los títulos en default, el canciller reconoció que el país "enfrenta una negociación muy dura", aunque se manifestó "muy optimista" con respecto a la oferta argentina.

Por último, Bielsa consideró acertado el discurso del mandatario argentino en el ámbito de la cumbre del bloque regional, ya que "hubo presidentes que usaron la tribuna para hablar de temas de su país y hubo otros como Kirchner que hablaron de temas del Mercosur vinculados a la economía interna", al relacionar el pago de la deuda con las posibilidades de crecimiento de Argentina.

Quien no pareció opinar lo mismo fue el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que en más de oportunidad se enfrentó con Kirchner por el tema de la deuda y la relación con el Fondo. "No discutimos regionalmente el tema de la deuda externa y no puedo opinar de asuntos de otro país soberano, pero tengo certeza que Argentina está preparada para hacer lo mejor", respondió Lula da Silva a la consulta de los periodistas.

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