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 domingo, 30 de noviembre de 2003

En 900 días reales de trabajo se terminará el sistema, según se estima
Ambicioso plan para terminar con las inundaciones en la Pampa Húmeda
El programa incluye a las provincias y a la Nación en obras que crearán unos nueve mil puestos de trabajo

El corazón de la Pampa Húmeda presenta cuatro zonas donde las aguas anegan millones de hectáreas productivas, situación que el Plan Federal de Control de Inundaciones se propone revertir en 900 días de trabajo activo, ocupando a 3.000 personas de manera directa y a otras 6.000 indirectamente.

Las obras, que abarcarán el sur de Córdoba y de Santa Fe, el noroeste de Buenos Aires y el noreste de La Pampa, son parte del primer plan unificado contra las inundaciones que se encara en toda la historia del país. Demandará una inversión de 750 millones de pesos de aquí al 2005 y de hasta 1.000 millones hasta el 2008. Los trabajos ya se han iniciado en algunas de las zonas.

En esta área afectada por los inundaciones, que abarca 70.000 kilómetros cuadrados, se producen transferencias hídricas de carácter interprovincial, y en este caso el plan federal servirá como integrador para compatibilizar las acciones en forma racional y armónica, ya que el manejo de los recursos hídricos es facultad exclusiva de las provincias.

Las obras a construir constan de embalses de amortiguación de crecidas en la cuenca alta y de obras de regulación y de desagües controlados en la cuenca media, cuyos proyectos fueron desarrollados por las provincias e integradas en ese plan.

A fines de 2005 deberían quedar eliminados los problemas de las crecidas cíclicas en la zona central de la Pampa Húmeda.

Los especialistas aseguran que una vez terminadas las obras no debería haber más anegamientos, si los fenómenos se comportaran dentro del promedio de recurrencia de los últimos diez años y que únicamente podría suscitarse "algún problema aminorado" si cayera una precipitación con recurrencia de 50 años.

Santa Fe está en el cuarto sector de trabajo. Los problemas se derivan de la crecida de la laguna La Picasa. Un primer estudio determinó que era conveniente arrojar todo el excedente hacia el río Paraná por el Arroyo del Medio, pero los pobladores bonaerenses de La Emilia se opusieron porque eso significaba hacer desaparecer esa localidad. Se decidió entonces la variante de vincularla al arroyo Pavón y a la cañada Las Horquetas, y a través de ésta con las lagunas La Salada y Mar Chiquita, en territorio bonaerense. La obra está en proceso licitatorio.

Una de las áreas más problemáticas es el noroeste bonaerense, desde la laguna de Mar Chiquita, cerca de Junín, hasta la laguna La Salada, al sur de Santa Eleodora, casi en el límite con La Pampa.

El primer tramo será la canalización desde la laguna Mar Chiquita hasta la mitad del camino hacia la laguna La Salada, para facilitar el drenaje de toda la cuenca, con cuerpos lacunares para controlar y manejar los recursos hídricos. Para lograr el escurrimiento de toda la cuenca, la obra se completará con otros once canales, en cuatro etapas.

Para determinar la importancia de esta parte de los trabajos baste consignar que la producción agroganadera, que en la cuenca del Salado bonaerense representa el 25 por ciento de la producción nacional, incluye 56 distritos en los que se registran históricamente ciclos de importantes inundaciones y sequías.

La segunda zona de crecidas cíclicas está en el noreste de la provincia de La Pampa, abarca 19.400 kilómetros cuadrados e involucra a siete departamentos: Realicó, Chapaleufú, Maracó, Trenel, Quemú Quemú, Conelo y Catrilo.

Los beneficios medios anuales asociados a la llamada "obra de los daneses" elegida, serán del orden de 14.5 millones de dólares.

El tercer foco está en Córdoba, donde producen anegamientos el río Quinto y los arroyos de la vertiente de la Sierra de Comechingones.

En el río Quinto se prevé levantar la represa El Chañar, casi en el límite con La Pampa, lo que permitirá regular los caudales de agua río abajo y limitar las crecidas en la cuenca superior, para asegurar un ingreso medido del agua en La Pampa y en Buenos Aires, sin crear perjuicios en la provincia mediterránea. (Télam)

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