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 domingo, 30 de noviembre de 2003

Es un juego de cartas japonés casi indescifrable para los adultos
Un fenómeno infantil llamado Yu Gi Oh! desconcierta a grandes
Los padres y maestros lo critican, pero los chicos se defienden."No es ninguna pavada", sostienen.

Usted los habrá visto. Tienen entre 5 y 13 años, aunque también los hay más grandes. Se desparraman por horas en cualquier rincón y apenas comienza el combate se escucha: "Coloco esta carta mágica en el campo", "Utilizo esta para sacar cinco del cementerio", "Te quito mil puntos de vida", "Bajo duelo de ataque y de defensa". Y los adultos, absortos, no entienden nada. La escena tiene de protagonistas a los fanáticos del Yu Gi Oh!, el juego de cartas de origen japonés del momento. El personaje, un niño hábil para cualquier juego, ya invadió al público infantil en sus múltiples versiones: barajas, animé (se ve por cable en el canal Nickelodeon), cómic y play station.

Este juego es furor entre los chicos desde mitad de este año en Rosario. Los maestros se quejan porque sus alumnos se concentran más con estos naipes que en sus clases, pero reconocen que los chicos juegan "tranquilos y en grupo". Eso aseguró Laura, una maestra de 5º año de EGB de la Escuela Nº53 Bernardino Rivadavia. Y María Victoria, vicedirectora del Integral de Fisherton, agregó otro dato a favor del juego: "Las maestras rescatan que los chicos usen la calculadora en la partida".

Los padres, sin embargo, chillan cada vez que sus hijos les piden dinero para un nuevo sobre de cartas (ya que cada jugador puede seguir armando su mazo infinitamente). Y es más, dicen que sus hijos "están enfermos" por estos naipes.

Pero la terapista ocupacional María José Borsani pone paños fríos a la situación: "Los padres no deben renegar contra este juego. Yu Gi Oh! está influenciado por un monopolio comercial, como tantos otros, y será bueno o malo según el valor que le dé el chico. Ellos juegan y compiten en buenos términos, más allá del duelo en que estén inmersos. Sería bueno que les pregunten a sus hijos de qué se trata, a mí me lo enseñó Felipe, un chico de 4º año de EGB. He visto niños preescolares que no manejan numeración, pero sí íconos de cartas, y a otros más armar creativamente su propio reglamento del juego".

Los chicos ante las críticas se defienden y dicen que el Yu Gi Oh! no es ninguna pavada. Y si no, basta escuchar el argumento de Gerardo, un estudiante de Medicina de 19 años, un yuguimaníaco que pidió no se divulgue su apellido. "Es un juego de estrategia y cálculos matemáticos -asegura-, donde hay que aplicar el intelecto. Yo pensé que era para pibitos, pero no, lo jugamos con mis amigos".

Los mazos de Yu Gi Oh! (de entre 35 o 46 cartas) oscilan entre los 3 y los 10 pesos (los más caros tienen las últimas cartas del mercado). Se venden en puestos ambulantes, quioscos y comiquerías. Y los sobres (con 5, 8 o 9 cartas) cuestan alrededor de un peso. Según el distribuidor local, Ricardo Solobos, "son el furor del momento" y "se venden diez veces más que hace tres meses". Los textos de los naipes están en inglés, al igual que el reglamento, por lo que los chicos tienen que armarse de paciencia para traducirlo o bien, inventar sus propias reglas.

Todas las cartas de Yu Gi Oh! que se comercializan en Rosario son truchas (de procedencia nacional o de los países de oriente). Es que las originales cuestan cuatro veces más, precio que también valdrán las que llegarán a Rosario a partir de la semana que viene, y en español.

Claro que los chicos, ni lerdos ni perezosos, ya armaron su propio mercado negro de cartas: las bajan de Internet, las imprimen y plastifican. Julián, alumno de 4º año de EGB del Integral, mostró un ejemplar impecable de sus cuatro mazos.

Pero el ardid no les quita el sueño a quienes comercializan las cartas. Daniel, de una comiquería céntrica, asegura que para la presentación de una serie nueva de Yu Gi Oh! se llenó el estadio de fútbol Yokohama con 40 mil fans. Y que una carta difícil en el exterior cotizó a unos 30 dólares.


De qué se trata
Al Yu Gi Oh! (significa "Rey del Juego" en japonés) lo inventó en 1996 Kazuki Takahashi, un dibujante, amante de los monstruos y robots, de los mangas (historietas), el shogi (especie de ajedrez japonés) y las cartas.

El juego se basa en la historia de Yugi Moto. Un niño de cabellos rubios en pico y un amuleto egipcio al cuello, con talento especial para cualquier juego que un día recibe de parte de su abuelo un extraño regalo: el rompecabezas del milenio, un antiquísimo enigma que nunca nadie había podido resolver, y al que Yugi junto a otros amigos le encuentra la salida.

El objetivo del juego -en síntesis- es convertirse en Yu Gi Oh!, y para lograrlo hay que enfrentar a rivales. Entre ellos Exodia, el monstruo más poderoso del juego y, por supuesto, la carta más difícil o ultrarare (se puede conseguir una en cada 450 sobres, otras más fáciles se ubican en los rubros normal rare, rare o normal).

Los naipes son intercambiables porque cada uno tiene una habilidad. Están los de defensa, ataque y trampas; y la fusión entre ellos les permite a los jugadores incluso resucitar a un monstruo aniquilado. Cada jugador elige -según la estrategia y entre miles de cartas- la que utilizará, por eso nunca hay dos partidas iguales.

Facundo, de 12 años y alumno del Liceo Aeronáutico de Funes, tiene a Exodia y también dos mazos de 46 cartas y un póster. Sofía de casi 10, es alumna del Complejo Alberdi, y ya tiene cuatro mazos. Y Jeremías, de 7 años, y del mismo colegio, además de los naipes posee el manual del Yu Gi Oh! con todos los datos sobre el manga, las cartas, los videojuegos, las bandas de sonidos y el merchandising (zapatillas, muñecos y cubrecamas). Sin dudas unos fanáticos del tema. Al igual que Ezequiel y Juan Martín del Integral, quienes confesaron que ahorran plata de la merienda para comprarse cartas. "Y a veces hasta hago algún trabajito extra en casa para juntar unas monedas y llegar al sobre de cartas. Por ejemplo, ordenarle la habitación a mi hermano", confesó Ezequiel.

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Cada vez más chicos se enganchan con las cartas.

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