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 viernes, 14 de noviembre de 2003

Un narco de Cañada de Gómez cae en Zurich con 10 kilos de cocaína
Lo detuvieron en el aeropuerto de Kloten al bajar de un vuelo de Lufthansa que salió de Ezeiza

Jorge Salum / La Capital

La policía suiza detuvo el martes en Zurich a un ciudadano argentino oriundo de Cañada de Gómez que transportaba 10 kilos de clorhidrato de cocaína de máxima pureza para una red de narcotraficantes que luego distribuía la droga en distintos puntos de Europa. El arresto fue parte de una compleja investigación conjunta que comenzó a principios de este año y de la que también participan agentes de inteligencia de la Gendarmería Nacional argentina y de la oficina de la Drug Enforcement Administration (DEA) estadounidense en Buenos Aires. Según los expertos, el cargamento incautado hubiese arrojado a los narcos ganancias por alrededor de 3,5 millones de dólares.

  El detenido es Héctor Adrián Sotelo, de quien se cree que desde hace varios meses hacía por lo menos dos viajes por mes a Europa llevando cocaína. Cuando lo detuvieron llegaba al aeropuerto internacional Kloten, en Zurich, en un vuelo de la línea alemana Lufthansa cuyo destino final era la ciudad de Frankfurt. Llevaba la droga disimulada en una valija de doble fondo.

  Los investigadores sospechan que ese podría ser otro de los destinos habituales de la organización a la que pertenece Sotelo, para dirigirse luego por tierra hacia otras ciudades.

  La hipótesis de quienes tienen a su cargo esta pesquisa es que la droga iba a más de un destino, pero que la mayor parte se distribuía en la ciudad italiana de Milán, muy cerca de Zurich.

  Sotelo estaba bajo la mira de los detectives de la Gendarmería Nacional y la DEA desde hace varios meses y se sospecha que trabaja como mula para una poderosa organización de narcos con ramificaciones en Rosario, Cañada de Gómez, Villa María, Puerto Madryn y la ciudad de Buenos Aires, desde donde embarcaba la cocaína hacia Europa a través de Ezeiza.

  Las investigaciones están a cargo del juez penal porteño Guillermo Tiscornia y de la Unidad de Procedimientos Judiciales de la Gendarmería Nacional, algo así como la policía judicial de esa fuerza.

  Por la complejidad de la red criminal investigada, también participan de la pesquisa la DEA y agentes de inteligencia de la Gendarmería que operan en Chubut, Córdoba y Rosario, donde funciona la jefatura de la Región II de la fuerza con jurisdicción en todo el Litoral argentino.

  Los agentes rosarinos de la Gendarmería Nacional habrían tenido una participación decisiva en la identificación de Sotelo e incluso de otros sospechosos que aún no fueron detenidos pero que están bajo la lupa y podrían caer en operaciones futuras, según revelaron a La Capital fuentes altamente confiables.

  Por lo que se sabe hasta ahora, la droga provenía de Colombia y Bolivia ingresaba al país por la frontera boliviana con la provincia de Salta. Desde allí los narcos la trasladaban a distintas ciudades, todas muy distantes entre sí, con el propósito de despistar. Finalmente la reunían en la Capital Federal y allí, en distintos hoteles, preparaban el viaje final a Europa, para el cual usan a varios correos o mulas.

  Además de Sotelo, se sabe que hay otros sujetos que se encargan de transportar la droga a Europa y los investigadores están tratando de determinar ahora sus identidades y su paradero actual.

  El mismo día que detuvo al cañadense en el aeropuerto de Kloten, el más grande de Suiza, la policía de aquel país realizó varios allanamientos en esa ciudad buscando evidencia sobre la organización para la que trabajaba Sotelo. Los resultados de esos procedimientos no trascendieron ya que los investigadores pretenden garantizar el éxito de los operativos.

  Los contactos entre los investigadores argentinos y los suizos comenzaron hace varios meses ante un pedido de colaboración del juez Tiscornia a las autoridades de la nación europea. En ese momento los detectives argentinos supieron que sus colegas del Viejo Mundo ya estaban investigando una red de distribución de estupefacientes que opera en Europa desde la Argentina y saca la cocaína por intermedio de correos de esa nacionalidad.

  Aunque oficialmente nada se informó sobre los procedimientos realizados en Zurich, las fuentes consultadas por este diario dijeron que el clorhidrato de cocaína secuestrado en poder de Sotelo era de máxima pureza. Según los especialistas, una vez estirada y fraccionada hubiese arrojado ganancias a los narcos por 3 millones y medio de dólares. Los mulas, en tanto, cobran unos 5.000 dólares por mes para transportar la droga.

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La aeroestación de Zurich, donde ingresó la droga.

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