Detectives de santos en el Vaticano

Entre las numerosas rarezas que hay en el Vaticano, hay una que patentiza la fascinación por el desentrañamiento de lo inexplicable y, desde la fe hace anclaje en la más férrea de las ciencias terrenales. Tal es el caso de la "fábrica de buscadores de santos" que surge a pocos pasos de la Plaza de San Pedro, en Roma, y que acaba de inaugurar su vigésimo año académico, ahora abierto a laicos de ambos sexos.

Dedicarse profesionalmente a ser postulador de las causas de los santos, como se llama el oficio al que se accede a través de esa escuela, es duro y difícil ya que "la santidad no es lujo ni un privilegio", explicó el prefecto de la congregación, cardenal José Saraiva Martins durante la inauguración del año académico.

La fábrica de los "detectives de santidad" admite 70 inscriptos anuales. Para ser admitido al curso hay que tener conocimientos de teología, historia y derecho canónico, indispensables para la causa que llevará a los altares y que son comenzadas por los obispos locales.