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 martes, 04 de noviembre de 2003

100 años no es nada
Un centenario a pura pasión y gloria

José M. Petunchi / La Capital

"Los mejores 100 años serán de acá en más. El futuro es nuestro", sentenciaron, a viva voz, una y otra vez los locutores de la espectacular, multicolor y multitudinaria fiesta en el Coloso, donde Newell's celebró con bombos y platillos su primer centenario. Esa sentencia, resumida en pocas palabras, es el deseo de todo el pueblo leproso que anoche juntó a más de 30.000 almas en su estadio para despedir el primer siglo de vida y de gloria y darle la bienvenida a este nuevo período que comienza a desandar desde hoy. Una celebración que, desde el cielo, debe haber seguido con orgullo, admiración y una sonrisa el inolvidable Claudio Newell, el fundador del glorioso Newell's, y también su padre Isaac, que fuera el creador del colegio Comercial Anglo Argentino y el impulsor del fútbol en Rosario.

Fue una fiesta que generó envidia y admiración, en la que Ñuls le puso el broche de oro a sus primeros 100 años de vida, plagados de momentos de gloria y de pletórica felicidad. De éxtasis y de inconmensurable disfrute. Un momento único, irrepetible, en el que los rojinegros exteriorizaron todas las sensaciones acumulados a lo largo del tiempo. Así de ese modo, con una verdadera fiesta del pueblo, Newell's le abrió la puerta al próximo siglo, en el que los leprosos esperan que sea más fructífero en logros todavía que lo que fue hasta ahora.

Los rojinegros armaron su fiesta en el Parque. Los corazones latieron a pleno. Y el Coloso resultó el anfitrión ideal para albergar tanta pasión. Tanta locura. Tanto color y calor, una constante de los leprosos en estos tiempos. También resultó una buena excusa para que la gente le tributara su merecido homenaje y reconocimiento a las glorias de otros tiempos, como Raúl Belén, Santiago Santamaría, Víctor Ramos y Roque Alfaro. Muchos de los cuales, junto a técnicos, hinchas y dirigentes, hicieron grande a la institución. O la despedida emotiva que le tributaron a los profesionales del actual plantel. O el aplauso hacia las promesas del futuro encarnadas en los pibes de Malvinas Argentinas, la escuela infantil del club, que también tuvieron sus minutos de gloria al jugar en esa cancha ante sus ídolos. En definitiva, para el pueblo rojinegro fue como rebobinar el tiempo y rememorar el pasado, vibrar con el presente y soñar con el futuro.

En el marco de una fiesta emotiva y emocionante, inolvidable, también hay que rescatar las innumerables expresiones de orgullo que los hinchas manifestaron a través de todos los trapos colgados a lo largo y ancho de una cancha que lució sus mejores galas y también de las camisetas de todos los tiempos. Todas expresiones genuinas del sentimiento de un pueblo que vive, sufre, goza y sueña a la par de los vaivenes de los equipos a través de la historia.

El cierre con los fuegos de artificio sirvió como telón de fondo para despedir un siglo y darle la bienvenida a otro. Al fin, 100 años no se cumplen todos los días. Y mucho menos si ese tiempo está tan emparentado con la pasión y la gloria, como la del viejo Newell's Old Boys. Por eso como bien remarcaron los conductores de la noche: "Los mejores 100 años serán de acá en adelante. El futuro es nuestro". Ese es el deseo de todo el pueblo leproso.

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El Coloso recibió a más de 30.000 almas leprosas.

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