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 sábado, 11 de octubre de 2003

Al fin llovió en el sur de Buenos Aires

Las últimas lluvias le cambiaron la cara a los productores del sudoeste de Buenos Aires y de La Pampa, que afrontaban una sequía de larga data. Luego de los magros resultados de la gruesa 2002-2003, el trigo mostraba graves falencias. ¿Qué más faltaba? ¿También un poco prometedor arranque de la gruesa? Afortunadamente, la situación ha cambiado allí para bien.

El día lunes ingresó al sur de Buenos Aires un intenso sistema meteorológico, que rápidamente desarrolló nubosidad muy potente y lluvias localmente muy intensas, como el conocido caso de Tornquist - Ventana. Allí, paradójicamente, cayeron en pocas horas tantos milímetros como en todo el período enero - setiembre. Si bien las precipitaciones no fueron parejas, sino que mostraron fuertes diferencias entre distintas localidades de la zona, alcanzaron para cambiar las expectativas del sudoeste de Buenos Aires y La Pampa para la siembra inminente.

Para el miércoles las tormentas se habían desplazado ya hacia el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Entre Ríos. Allí no se acumularon milimetrajes tan impresionantes, pero las lluvias fueron muy bien recibidas ya que hacía semanas que las reservas venían en franca picada.

El día jueves, el frente frío que a su paso venía generando inestabilidad y tormentas hizo su arribo el noreste del país, con un saldo algo pobre desde el punto de vista de los requerimientos de la región. Las mayores precipitaciones se concentraron sobre el norte del Litoral. En general, toda la actividad asociada a este sistema se recostó sobre el este de la región: la diferencia con los casos anteriores fue la ocurrencia de lluvias intensas en el sudoeste de la región pampeana.

Lamentablemente la provincia de Córdoba quedó algo relegada, siendo afectada sólo tangencialmente por la actividad generada. Sobre el sur y el sudeste se registraron algunos pocos milímetros, que de todas formas van sumando algo de humedad a las capas superficiales, pero siguen siendo necesarias lluvias a la brevedad. Algo similar se puede decir del noroeste de Buenos Aires y del este de San Luis.

De acuerdo a lo descrito arriba, el estado actual de las reservas se ha modificado, adquiriendo la distribución que se observa en el mapa. Con excepción de su extremo noroeste, la provincia de Buenos Aires muestra ahora reservas óptimas a excesivas, con algunos excesos temporarios sobre el sudeste, y desde la Sierra de La Ventana hacia La Pampa.

Como conclusión podemos decir que en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos las lluvias resultaron adecuadas para volver los almacenajes a los niveles deseados, mientras que en Córdoba sigue evidenciándose un déficit marcado y son necesarias lluvias en el corto plazo. En el este de La Pampa y el oeste de Buenos Aires las perspectivas futuras mejoraron notablemente, aunque dependiendo de que "no se corte la racha".

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