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 domingo, 05 de octubre de 2003

Residuos explosivos: letal secuela de los conflictos bélicos
Dos mil personas mueren cada mes enel mundo por municiones sin estallar

Los residuos de explosivos de guerra son el letal legado que deja cada conflicto bélico y que afecta directamente a la población civil, a pesar de lo cual no existen normas jurídicas que obliguen a los Estados agresores a limpiar el territorio afectado. Un estudio realizado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) sobre municiones sin estallar indicó que cada mes unas 2.000 personas mueren o son heridas a causa de los residuos explosivos, el equivalente a una víctima cada 20 minutos.

De acuerdo al documento, presentado por el Grupo de Expertos de Estado en Ginebra en diciembre de 2002, unos 84 países padecen los efectos de residuos explosivos de guerra. Desde 1944, se han eliminado en Polonia 96 millones de proyectiles de artillería sin estallar correspondientes a la Segunda Guerra Mundial. Hasta 1989, los muertos a consecuencia de las mismas sumaban 4.094 y los heridos 8.774. En la guerra de Indochina se arrojaron 285 millones de submuniciones. Las evaluaciones más optimistas hablan de fallas en 14 millones (5%), aunque estimaciones creíbles establecen una proporción de fracasos de entre el 25 y 30%. En Laos, país afectado por la guerra que finalizó en 1975, se calcula que quedan 27 millones de submuniciones sin estallar. Desde esa fecha murieron o fueron heridas 11.000 personas, el 30% de los cuales eran niños.

Aunque resulta difícil determinar con precisión las estimaciones en otros contextos, se reconoce que un gran número de submuniciones sin explotar permanecen también en Afganistán, Chechenia, Bosnia-Herzegovina, Angola, Vietnam y Malvinas.

En la actualidad, países como Francia, Bélgica y Holanda recogen anualmente toneladas de proyectiles que no estallaron de la Segunda Guerra Mundial y que, cuando se detonan accidentalmente, causan muchas muertes o mutilaciones a la gente que tropieza con ellos. Pero se trata de Estados que pueden organizarse económicamente para desminar y limpiar, algo que no sucede -por falta de recursos- en los países pobres que sufrieron conflictos bélicos.

Precisamente, el Cicr eligió para realizar un estudio sobre el tema el territorio de Kosovo tras el último bombardeo de la Otán en 1999. La decisión fue puramente estratégica por la facilidad de acceso a la información que existía, pero lo que allí sucede no dista de lo que pasa en Congo, Liberia, Etiopía, Sierra Leona, Mozambique, Angola o Ruanda. "En el año subsiguiente al conflicto armado, las submuniciones de bombas-racimo, minas terrestres y otros explosivos sin estallar mataron o hirieron a 492 personas, lo que supone una proporción anual de 31 víctimas cada 100 mil habitantes", explicó Dominique Loye, especialista del Cicr, organización humanitaria que trabaja desde hace años en tratar de lograr que las grandes potencias acepten firmar convenios de responsabilidad para la eliminación de esos residuos de guerra sin estallar", agregó.


Víctimas menores
Es importante conocer un dato: con las bombas-racimo es 4,9 veces más probable que con las minas antipersonales que las víctimas sean menores de 14 años, ya que suelen ser de colores vivos, yacen en la tierra e inducen a pensar que son defectuosas.

Entre el 17 y el 24 de noviembre habrá una reunión del Grupo de Expertos Gubernamentales de los Estados partes en la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, donde se discutirá más en detalle el texto de un posible protocolo sobre residuos explosivos de guerra. Posteriormente, el 27 y 28 de ese mes, se reunirán los Estados miembro para decidir si adoptan o no ese protocolo. Sin embargo, para los expertos del Cicr la negociación no avanza como esperaban. "El borrador que está circulando -admite Loye- nos parece bastante «ligero», no hay palabras que digan que un Estado tiene la obligación de realizar la tarea de limpieza, todo está muy relativizado".

Mientras tanto, el drama de las poblaciones que ni siquiera pueden caminar por las calles de sus pueblos, de civiles que quedaron prisioneros entre las fronteras de esas regiones destruidas por conflictos y sembradas de residuos, sigue latente, como la decisión de esos Estados que miran para otro lado. (Télam)

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No hay normas sobre los residuos de explosivos.

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