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 domingo, 05 de octubre de 2003

El actor habla del éxito de la telenovela "Soy gitano" que arrasa en las mediciones de rating
Antonio Grimau: "Hoy es más difícil mantenerse que empezar"
Valoró que la telenovela de Pol-ka le permitió interpretar un villano por primera vez

Rodolfo Bella / La Capital

"Soy gitano" es una tira donde se juegan pasiones extremas. Es matar o morir. De y por amor. La fusión de sangre y pasión parece funcionar mejor que cualquier fórmula. Eso es lo que indican las mediciones y lo que impulsa la lógica detrás del exitosa tira de Pol-ka. Antonio Grimau, como Jano, comparte el universo gitano gobernado por los Heredia y los Amaya, en el cual algo tan concreto como la vida o la muerte puede ser definido por un conjuro, lo que suma un elemento mágico al cóctel de arrebatos. El actor, uno de los galanes clásicos de las telenovelas con mayor continuidad, habló con Escenario sobre el fenómeno de "Soy gitano", una ficción que para la gran mayoría de la audiencia representa un mundo que le es ajeno y que, sin embargo, cada noche la convoca frente al televisor.

-¿Cómo se preparó para el personaje?

-La preparación no fue como podría pensarse, basada en consultas a personas que tuvieran que ver con la comunidad gitana y demás. Me inspiré sobre todo en mi intuición y en recuerdos que tenía de mi infancia, de algunos personajes que vi en el casino de Tigre, que tiene que ver con los gitanos y la comunidad. Pero esencialmente me dejé llevar por lo que proponían los autores en el libro, las características del personaje, el tipo de vestimenta, algunas características físicas, un tipo de violencia.

-¿Cuál es el límite para la fantasía que propone la tira?

-El libro parte de la comunidad gitana y de un conocimiento general de la vida que ellos llevan, pero como en toda ficción, por cada treinta por ciento de realidad, el resto es fantasía y licencias que, con todo respeto, se tomaron los autores para a partir de allí construir algo muy fantástico, todos los ritos, determinadas costumbres que fueron creadas por los autores, independientemente de la realidad.

-¿Qué le interesó del personaje?

-Sobre todo fue que sería el malo de la historia por primera vez en mi carrera. Eso me pareció muy interesante como un aporte distinto a mi carrera, poder encarar un malo decidido, que realmente no tiene límites. También cosas como el amor por los hijos, el gusto por las mujeres, la pasión por el amor, todo eso sin duda no fue difícil hacerlo mío como vivencias propias. Después, uno pierde el límite sobre qué le aportó uno al personaje y qué el personaje a uno.

-¿A qué atribuye su continuidad en televisión?

-Me siento bien con los logros que tuve en la carrera. Es más difícil mantenerse que empezar. Con sus más y sus menos, estoy feliz de haber podido haber transitado hasta acá y por más de treinta años. Me gusta mucho la profesión, amo la actuación y espero poder seguir desarrollándome. Sin dudas es una especie de privilegio que uno haya podido desenvolverse en esta profesión durante tanto tiempo.

-¿Cuál fue su mejor trabajo?

-Creo que este de "Soy gitano", un personaje que tiene todos los matices.

-¿El mejor siempre es el último?

-No necesariamente, pero la verdad es que Jano Amaya es un personaje que me da muchísimas satisfacciones y que tiene todas las aristas que un actor pretende para sí. Fue un verdadero regalo de parte de los autores Marcela Guerty y Marcos Carnevale.

-¿El crecimiento de los personajes es mérito de los autores o de los actores?

-Creo que es un aporte mutuo. En la medida que uno aporta el personaje va creciendo y en la medida que los autores proponen y uno puede concretar esa propuesta también crece. Se va ejerciendo tácitamente un traslado mutuo de intereses que enriquecen el personaje.

-"Soy gitano" tiene mediciones de excepción, ¿el mayor o menor rating se traduce en presiones hacia los actores?

-Uno trata de no asumir esa presión porque verdaderamente creo que no le corresponde al actor, pero inevitablemente le llega si el programa va bien, más o menos, o mal. Es inevitable. Uno tiene un costado humano que es sensible a lo que reglamenta la expectativa del público y si la expectativa da mal puede inclusive deprimirse. Yo estoy atento a los números porque inevitablemente es lo que marca la continuidad del producto.

-¿Lo preocupa la competencia?

-No me inquieta la competencia. Uno quiere que haya fuentes de trabajo, que a todo el mundo le vaya bien. En ficción, ésta fue una temporada altamente competitiva. En esa competencia uno tiene un instinto ganador y pretende estar en los primeros puestos.

-¿Y específicamente con "Resistiré"?

-"Soy gitano" despegó hace mucho tiempo de la carrera con "Resistiré". No quiero establecer una competencia con mis compañeros porque son todos amigos y pares, pero la verdad es que los números nos dan como ganadores hace bastante.

-¿La ficción apareció sólo como una reacción a la declinación del negocio de los reality?

-Creo que pasó lo que se decía en su momento: que era una moda que iba a pasar y sin dudas terminó cansando al público, reiterando el tipo de programas como talk shows o reality shows, y se volvió a la ficción. Creo que la ficción, como también se dijo en su momento, siempre va a volver. Es algo que atrae al público. Es un género que abarca una cantidad enorme de aspectos, de historias posibles y creo que el gusto del público por la ficción nunca va a decaer. Puede haber modas, pero la ficción va a volver siempre. Sobre todo cuando es hecha por actores argentinos. El público lo necesitaba, pedía identificarse con nuestra propia idiosincrasia y por fuerza tuvo que volver.

-El elenco es un seleccionado de actores de telenovelas, ¿cree que es una reivindicación a su generación?

-Creo que es una respuesta particular de Adrián Suar a otra posición del público, que es volver a actores consagrados y mezclarlos con gente joven. Es una formula un tanto ideal. El olfato que tiene Adrián por esos negocios sin dudas una vez más le dio resultado.

-¿Es una competencia la presencia de la nueva generación de actores?

-No, al contrario. Trabajar con actores más jóvenes no hace más que renovarte. Es una competencia por estar al nivel de lo que propone la juventud. Creo que es un intercambio absolutamente enriquecedor para todos. Sin embargo, hay que apuntar bien alto porque sino te pasan por encima. Hay un conglomerado de actores más experimentados y además jóvenes, con un nivel de alta calidad de competencia y uno se puede quedar atrás. Hay que afilar muy bien el lápiz porque sino quedan destacados otros actores. Creo que en general entre los actores argentinos hay un nivel de excelencia muy bueno, inclusive a nivel internacional. Eso también hace que a uno a veces se le dificulten las cosas y tenga que estar muy alerta para no quedar rezagado en esta carrera.

-Siente que con el tiempo se corrió del lugar de galán

-Creo que sí. Pasado un tiempo en esta carrera, si alguna vez se tuvo el rótulo de galán, hay que demostrar que se tiene cuerda para otra cosa cuando los años van pasando. Creo que fue una prueba de fuego para mantenerse dentro de la carrera haber pasado esa etapa y estar comprometido como actor, lisa y llanamente.

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Grimau dijo que el actual es su mejor personaje.

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