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 domingo, 05 de octubre de 2003

La inseguridad laboral fomenta el crecimiento de accidentes
Construcción: zona de riesgo
Un informe del BID-Fomin da cuenta de la escasez de medidas de protección para trabajadores en las obras

La construcción se transformó en 2003 en uno de los sectores dinamizadores de la economía -de hecho en los primeros ocho meses del año la actividad creció un 36,5% respecto al mismo período de 2002- pero al mismo tiempo, se convirtió en un segmento donde creció la inseguridad laboral y los accidentes de trabajo.

Así se desprende de un relevamiento realizado por la Fundación para la Promoción de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (Fusat), una entidad que ejecuta un programa de capacitación en ésta área cofinanciado por el BID y el Fondo Mundial de Inversiones (Fomin).

En el segmento de la construcción "se registran algunos datos preocupantes que delatan un aumento de la inseguridad en las obras, a pesar de que prácticamente la totalidad de los operarios admite utilizar los elementos de protección personal", explica el informe

Del dicho al hecho hay mucho trecho, dice el refrán. Por caso, el informe señala además que "la gran mayoría de los empresarios y trabajadores coinciden en admitir que cuentan con servicios de medicina, seguridad e higiene a pesar de que en escasísimos casos se verificaron dichos elementos y prestaciones".

Los números oficiales son testigo de esta realidad. Según la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, en el primer trimestre de 2003 se produjeron 5.914 siniestros en la construcción, sobre un total de 147.200 obreros asegurados.

En la provincia de Santa Fe, sobre un total de 8.478 siniestros registrados en el primer trimestre de este año, un 7,7% (654 siniestros) corresponden a accidentes producidos en el sector de la construcción.

El estudio realizado por Fusat, que tomó en cuenta 500 casos de obreros, delegados, profesionales y pequeños empresarios de la construcción en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, concluye que "los servicios de infraestructura son precarios y en algunos casos insuficientes respecto al número de trabajadores y extensión o disposición de la obra, como también medios auxiliares deficientes (maquinarias y herramientas en mal estado de conservación y uso incorrecto), sistemas de protección colectiva inexistentes o deficientes".

Por otra parte, "mientras el 90 por ciento de las empresas mencionaron contar con servicios de seguridad e higiene en forma permanente, no se observaron frecuentemente los servicios de medicina en obra", agrega el informe de Fusat.

Además, aunque los investigadores observaron elementos básicos de primeros auxilios, "no se comprobó la preparación de recursos humanos capaces de implementar su aplicación", dicen.


Las fallas rubro por rubro
El estudio de la Fusat indicó que en las tareas de demolición, sólo el 25 por ciento de las obras se trabaja correctamente. El 75 por ciento restante no disponía o no usaba adecuadamente ni siquiera los elementos de protección personal más necesarios.

En las tareas de hormigón, en el 90 por ciento de las obras se trabaja con sistemas industrializados para realizar los encofrados, y sólo en el 20 por ciento se lo hace correctamente. Por otra parte, los investigadores de la Fusat observaron en el 80 por ciento de los casos cierta falta de orden y limpieza, por ejemplo: acumulación de maderas con clavos en el piso, huecos desprotegidos en la loca o barandas de resistencia débiles e incompletas.

También observaron un alto grado de inseguridad en los trabajos de altura, ya que sólo el 25% de los operarios los realiza considerando las normas de seguridad correspondientes. En el resto, se observaron insuficientes barandas, tablones y guardapiés par impedir caídas de más de dos metros de altura de obreros y materiales desde tejados o azoteas.

Por otra parte, los investigadores calificaron como "preocupante" el estado de los andamios, con accesos inadecuados, fijaciones totalmente débiles y confeccionados con maderas en mal estado.

"A esa inseguridad se debe agregar que en la mayoría de los casos los trabajos realizados con andamios colgantes que utilizan cuerdas ancladas a diferentes puntos de las estructuras de los edificios no cuentan con las medidas de seguridad correspondientes", agrega la Fusat.

En cuanto al tema de maquinarias, sólo el 15 por ciento de las obras verificadas contaban con máquinas en buenas condiciones y se usaban correctamente. Por otra parte, se detectó que el 80 por ciento de los trabajadores no usa ropa ni elementos de protección adecuados que deben ser provistos por los empleadores.


El costo laboral
Del universo de empleadores relevados en el estudio de Fusat, el 91 por ciento considera a la seguridad como una inversión, sin embargo, "no demostraron claridad al momento de distinguir los componentes correspondientes a costos de prevención", dice el relevamiento.

Por otra parte, un porcentaje similar admite que sus operarios tuvieron accidentes, pero sólo el 18 por ciento lleva registro de siniestralidad.

También admiten que el nuevo sistema de riesgos del trabajo (ART) no los libera de sus responsabilidades, fundamentalmente por la fijación de topes indemnizatorios y las responsabilidades penales y civiles que mantiene el sistema.

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Los trabajos en altura son los más peligrosos.

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