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 sábado, 04 de octubre de 2003

Surgen interrogantes sobre operaciones realizadas a potenciales donantes NN
Generó polémica la ablación de órganos a un joven indocumentado en Santa Fe
El Cudaio explicó que se siguieron todos los pasos legales. Malestar de familiares por no ser consultados

Santa Fe. - El caso de una ablación de órganos, solicitada por el Cudaio y autorizada por el juez de instrucción José Luis Giovannini, a un joven sin el consentimiento de sus familiares generó una fuerte polémica en esta capital cuando su hermano logró localizar el cadáver en la morgue del Hospital Cullen, donde comprobó que se le habían extraído el corazón, las corneas, los riñones y el hígado.

El hecho presenta aristas de excepción porque el simple dato de que el muchacho había muerto tres días después de que le robaran los documentos en un asalto y se convirtiera en un NN le da al caso esa característica. Pero al mismo tiempo plantea algunos interrogantes sobre este tipo de situaciones, aún cuando por encima de cualquier especulación siempre quedará el valor supremo por la vida que lleva implícita toda donación de órganos.

El episodio tuvo especial impacto en la sociedad santafesina porque aún no se ha recuperado de los efectos de la inundación, que entre otras secuelas dejó el problema de que existen miles de personas sin sus documentos y gran cantidad de sus familiares no podrán estar al momento de responder frente a una tragedia similar porque se han mudado a otra ciudad.

El caso de Juan Pablo González, de 18 años, tuvo amplia difusión y generó una fuerte polémica que motivó la inmediata respuesta del Cudaio, cuyo titular, Alberto Teper, se encargó de dejar en claro que todo lo actuado se hizo dentro del marco de la ley de ablación de órganos, cuyo artículo 22 establece los pasos a seguir para el caso de los indocumentados, dato determinante para que el magistrado fundamentara su decisión, teniendo en cuenta que el organismo observaba tres urgencias nacionales requiriendo distintos órganos para transplantar, pero a las 72 horas de haberse registrado su fallecimiento nadie se había presentado para reclamar el cuerpo.


Sombra de dudas
Teper fue exacto y preciso a la hora de demostrar que el Cudaio había transitado por los caminos que marca la ley, y que tal vez esa decisión para llevar adelante la ablación haya permitido salvar la vida de varias personas. Sin embargo esta precisión no podrá impedir que la sombra de las dudas lastime el enorme valor que supone el gesto de la donación de órganos.

El 21 de agosto pasado el organismo había sido informado por el Hospital Cullen sobre la existencia de un NN que había ingresado el día 19 por la noche con fuertes politraumatismos, principalmente en las piernas, luego de que un camión atropellara la moto en que se desplazaba.

Lamentablemente la evolución del paciente no fue favorable y se le produjo la muerte cerebral, a partir de lo cual el servicio de guardia comunicó al Cudaio la existencia de un potencial donante. A partir de allí comenzó una frenética carrera contrareloj para identificarlo, pero la intervención de la policía tomándole las huellas digitales nada pudo aportar porque el joven no tenía antecedentes.

Frente a esta alternativa, se puso en marcha lo establecido por la normativa vigente para este tipo de casos, y se solicitó al juez Giovannini la autorización correspondiente, quien tomó la determinación de que se llevara adelante la ablación considerando que no se debe interferir en esta alternativa.


Pedidos urgentes
No obstante, a través de mensajes radiales con carácter de urgencia se pidió la presencia de familiares de un joven que había tenido un accidente automovilístico días atrás en avenida Blas Parera y Teniente Loza, los que se suspendieron cuando llegaron los equipos para realizar la ablación.

"Como se hace siempre, la tarea se llevó a cabo al agotarse los tiempos para que no resulten afectados los órganos", recalcó Teper.

El profesional recordó que 20 días después de la ablación se presentaron el padre y otros familiares. "En esa oportunidad aprovechamos la ocasión para contarles lo sucedido y para entregarles la carta como siempre se hace con los familiares del donante, en la que se informa sobre los órganos ablacionados y sobre el resultado de los implantes, y por supuesto compartimos su dolor", explicó Teper.

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El Cullen había informado de un potencial donante.

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