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 sábado, 04 de octubre de 2003

Menos de 10 profesionales para atender los problemas derivados de la crisis
Egresadas de la carrera de Trabajo Social reclaman por su lugar en el sistema escolar

Marcela Isaías / La Capital

Sólo seis asistentes sociales y un número menor de psicólogas atienden en la Región VI de Educación -que agrupa casi al 50% de la matrícula escolar, es decir unos 500 mil alumnos- los múltiples conflictos derivados de la crisis que impactan de lleno en la escuela, entre los que se destacan los problemas de conducta, violencia, deserción escolar y ausentismo crónico, por citar una pequeña muestra de la situación que enfrentan. No es descabellado entonces escuchar de boca de los propios docentes que "hasta de asistentes sociales tenemos que hacer en la escuela".

Por su parte, los trabajadores sociales reclaman "una política de Estado que contemple la importancia de esta tarea en el ámbito de la educación", una exigencia que se ha popularizado en el ambiente escolar y con razón. Porque por más esfuerzos y malabares que haga este equipo de profesionales que depende de la Región VI, ellos mismos confiesan que "sólo llegamos a actuar sobre la demanda y rara vez en acciones preventivas y menos planificadas". Es más, afirman que a veces desde las escuelas los llaman "cuando sienten que ya nada se puede hacer, y como consecuencia su intervención sólo alcanza para aliviar el malestar".

La situación es mirada con atención por los egresados de la carrera de trabajo social -se estudia en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario- que se han orientado en su profesión al campo educativo y realizan el mismo trabajo que los asistentes sociales. En otras palabras, ven que existen profesionales preparados para atender semejante campo de acción, pero no la decisión política de darles un lugar en la estructura del sistema educativo. "No existe una política de Estado al respecto", señalan con insistencia.

Según explican Eduardo Maino y Griselda Cardozo, licenciados en la materia y miembros del Colegio de Profesionalees de Trabajo Social, "de la crisis derivan el aumento y multiplicación de problemáticas como el ausentismo crónico, la deserción escolar, el bajo rendimiento y la repitencia, el agravamiento de los problemas de conducta y situaciones de violencia escolar".

Como consecuencia de esta situación, la subcomisión de Educación del Colegio profesional que los agrupa está abocada al estudio y difusión del trabajo social escolar en Rosario. "Peleamos por la inclusión del trabajo social escolar en la política educativa de Santa Fe y por la creación de cargos de trabajadores sociales en las escuelas", indican Maino y Cardozo.

Tanto uno como otro profesional recuerdan que el trabajo social escolar está consolidado como parte de la política educativa en muchos distritos (como Buenos Aires, Córdoba, Ciudad Autónoma de Buenos Aires), mientras que en Santa Fe casi no existe.

La tarea del trabajador social en la escuela está destinada a acompañar la promoción de alumnos en el sistema; esto es, garantizar su tránsito por la escuela. "Queremos trabajar junto al maestro, ser aliados de la institución escolar y pensar juntos cómo enfrentar los problemas que atraviesan a la escuela", sintetizan. La subcomisión de Educación de este colegio profesional se reúne en Italia 1631 planta baja, email: [email protected], teléfono 4497121.


Equipo del Ministerio
La Región VI de Educación cuenta con un equipo de profesionales que no suman más de 10 entre trabajadores sociales (o asistentes sociales, como se los conoce en el ámbito educativo) y psicólogos. Su trabajo suele empezar por algún pedido de atención puntual por parte de los supervisores. Luego se evalúa la forma de intervención. En todos los casos, la prioridad está dada en que "la palabra circule, es decir dialogar, reflexionar sobre lo ocurrido y buscar las formas adecuadas de atención", indican Norma Tarditti, María Inés Benedetto, Marta Armando y Silvia Palacios, miembros de este equipo.

Ser tan pocos para tantas problemáticas diarias sólo les permite trabajar en función de las demandas. "En todo caso se intenta -agregan las profesionales- que cuando nos acercamos a una escuela por un caso puntual sea también una ocasión para establecer un vínculo y plan a futuro".

Buscar un lugar de reconocimiento hacia su tarea -ya sea de asistentes sociales o psicólogas- es una pelea diaria que enfrentan en la burocracia ministerial. Un dato revelador es el espacio que este equipo tiene asignado en el edificio de la Regional VI (Gaboto 450): su lugar de reunión y atención es compartido con el de comedores y construcciones escolares, separados por viejos armarios que hacen de pared divisoria. "Todo un símbolo", apuntan las profesionales, que no ganan más de 450 pesos al mes.

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Trabajadoras para atender problemas en la crisis.

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