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 sábado, 04 de octubre de 2003

Operarios de la EPE admiten que tiraron bombas el día del incendio
Lo declararon ante el juez, aunque no dijeron que las hubieran dirigido hacia el edificio quemado

Cinco operarios de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) admitieron ayer ante un juez que arrojaron bombas de estruendo en la marcha de trabajadores estatales que se realizó en la plaza San Martín, el mismo día que el Museo de Ciencias Naturales y parte de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario se quemaron. Si bien no reconocieron haber dirigido las bombas hacia el edificio siniestrado, los cinco están acusados de ser quienes causaron el incendio sobre la base de la declaración de varios testigos y otras evidencias recogidas durante la investigación judicial del episodio.

La declaración de los cinco imputados no es un dato menor para la investigación si se tiene en cuenta que la hipótesis sobre la que trabaja el juez de Instrucción Carlos Carbone, que está a cargo de las pesquisas, es que el fuego se inició por la caída de restos de esos artefactos pirotécnicos sobre los techos del edificio. Esta posibilidad se basa en las pericias realizadas por los Bomberos Zapadores de Rosario y de la Policía Federal Argentina, que coinciden en atribuir el comienzo del incendio al contacto de las bombas de estruendo con ramas secas y una cubierta sintética de los techos.

La confesión de los cinco trabajadores de la EPE de que efectivamente arrojaron bombas el mediodía del 1º de julio, en la esquina de Santa Fe y Moreno, se produjo durante la declaración indagatoria que les tomó ayer Carbone.

Sin embargo, todos se limitaron a reconocer que operaban los morteros que llevó a la marcha el Sindicato Luz y Fuerza, y ninguno dijo haber apuntado hacia el histórico edificio de los ex Tribunales. Aunque el juez quiso interrogarlos sobre otros aspectos del rol que desempeñaron aquel día, los imputados guardaron silencio.

El siguiente paso de la investigación será el reconocimiento de los imputados por parte de los testigos que supuestamente los vieron arrojando pirotecnia hacia el edificio siniestrado, en cuyos techos y en el patio interno se encontraron unos 70 restos de bombas de estruendo. La prueba del reconocimiento, considerada fundamental en cualquier investigación criminal, se hará en rueda de personas.

Los imputados tendrán que someterse a ella pese a que su defensor, Luis Laporte, se negaba aceptarlo. El abogado pretendía que antes se zanjara una cuestión de competencia para seguir investigando entre el propio Carbone y el juez federal Omar Digerónimo, que aún no está resuelta y debe dilucidarse en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

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