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 sábado, 04 de octubre de 2003

La empresa exporta fármacos de base biotecnológica
Biosidus se suma a las líderes del negocio de la bioeconomía
La firma de Marcelo Argüelles ya produce hormonas de crecimiento en la leche de una ternera clonada

Bicho raro en un país que sigue añorando la plata dulce y los viajes a Miami, Marcelo Argüelles supo hacer un negocio de la inversión en ciencia y tecnología, y batió su propio récord. Tras colocar el año pasado a la Argentina en el selecto grupo de países que dominan la técnica de clonación y transgénesis en vacunos, logró que estas terneras obtenidas mediante biotecnología comenzaran a producir en su leche la hormona de crecimiento humano destinada a tratar el enanismo hipofisiario. El remedio, que en unos dos años será comercializado, podrá ser ahora producido a una escala que promete modificar sustancialmente el emergente mercado de los biofármacos. Además sienta las bases de un cambio de paradigma en el propio negocio ganadero.

La empresa Biosidus, pata biotecnológica del grupo farmacéutico Sidus, presentó esta semana en La Rural los resultados de un proceso de desarrollo que ya el año pasado logró la obtención de bovinos clonados y transgénicos, con el objetivo último de convertirlos en biofábricas de productos farmacéuticos. Precisamente, la presentación se debió a que Pampa Mansa, una de las terneras clonadas, comenzó a producir hgH, proteína que sintetiza la hormona de crecimiento humano. Para tener una idea del cambio que implicará este descubrimiento en un mercado, se calcula que el 10% de la hormona producida por una ternera clonada es suficiente para abastecer la demanda interna. El resto puede abastecer a los más de 30 mercados a los que llega Biosidus con sus productos, entre ellos la hgH que ya produce a través de la técnica del ADN recombinante.

El proyecto de clonación de ganado vacuno fue puesto en marcha por Biosidus en 2000 y demandó una inversión cercana a los 2 millones de dólares, que se convertirán en 7 millones cuando el producto final esté en el mercado.

"Sólo otros seis países en el mundo tienen vacas clonadas transgénicas (EEUU, Inglaterra, Canadá, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia) y Argentina es el único que logró que una vaca clonada produzca esta hormona", explicó Carlos Melo, director científico del proyecto en el que trabajaron sesenta profesionales e investigadores.

Firma integrante del grupo farmacéutico Sidus, Biosidus nació en los 80 cuando Argüelles decidió destinar buena parte de la facturación capturada con los medicamentos tradicionales, a la ciencia y la tecnología.

Hoy la empresa exporta productos farmacéuticos elaborados a través de la biotecnología a más de 30 mercados, en su mayoría de países del tercer mundo o emergentes. China, India, Turquía, los países de Africa son algunos de los destinos a los que llega, generalmente a través de socios locales o asociados con multinacionales, debido a la falta de estructura para establecer representaciones propias.

El gran salto en este terreno lo dio en el año 90, cuando comenzó a comercializar eritroproyetina humana recombinante, una proteína que se utiliza para tratar determinados tipos de anemia.

Las proteínas humanas recombinantes fueron desarrolladas en los años 80 cuando se empezó producir proteínas en bacterias especialmente diseñadas y domesticadas como biofábricas. Por ese entonces, ya producía y exportaba insulina humana producida por este método.

La empresa definió como su mercado de acción los biogénericos, aprovechando que el año próximo comienzan a vencer las primeras patentes. En el caso de la eritroproyetina recombinante, por ejemplo, la patente de Amgen vence el año próximo, aunque en una insólita decisión la Oficina de Patentes de Estados Unidos le otorgó una nueva licencia en ese país hace pocos años.

"Es difícil competir con las multinacionales, por eso apuntamos sobre todo a los mercados periféricos, con biogenéricos", señaló Argüelles durante un seminario de biotecnología realizado recientemente en Buenos Aires.

La principal fuente de financiamiento del programa de ciencia y técnica de Biosidus es la propia empresa, aunque accedió a algunas líneas blandas de financiamiento por parte del Estado.


Terapias génicas
La firma va también acompañando la dinámica de la investigación biotecnológica. Con la Fundación Favaloro está incursionando en el terreno de las llamadas terapias génicas. La apuesta es desarrollar una terapia tendiente a promover la revascularización de corazones afectados por isquemias, reprogramando el gen que fabrica la proteína VEGF, que promueve la formación de nuevos vasos sanguíneos. El proyecto comenzó a tomar forma poco tiempo antes del suicidio de Favaloro.

El grupo Sidus tiene su pata de farmacología tradicional, su empresa de productos farmacéuticos de base tecnológica, y una pata agrícola, Tecnoplant, destinada a integrar la agroindustria con los productos farmacéuticos.

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Argüelles, pionero de empresarios biotecnológicos.

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