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 domingo, 28 de septiembre de 2003

Levi's cierra sus fábricas en EEUU y Canadá
El caso de la mítica marca de jeans es sólo el último de una larga lista de textiles, que migran a Asia

Matthieu Demeestere

Nueva York. - El cierre de las plantas estadounidenses del célebre fabricante de jeans Levi Strauss marca el fin de una época para una empresa que se transformó en uno de los símbolos de EEUU en el mundo, desde su creación en 1853 por un emigrante bávaro.

"Es un día muy triste, las condiciones mundiales del mercado laboral finalmente contribuyeron a expulsar a Levi's de EEUU", declaró Darren McKinney, de la asociación de industriales estadounidenses (NAM). La multinacional del jean anunció en San Francisco el cierre de sus últimas cuatro fábricas en América del Norte, una en Texas y tres en Canadá.

Hace cinco años, en septiembre de 1998, un anuncio similar, desde Bruselas, afectaba a las últimas cuatro fábricas de Europa occidental, de las cuales una en Francia y tres en Bélgica. En total, la amplia reestructuración comenzada en 1997 habrá costado unos 20.000 empleos en América del Norte y Europa.

Ironía de la historia, el fin de uno de los más famosos mitos estadounidenses, ligado a la conquista del Oeste, ocurre el mismo año del 150º aniversario de la empresa, cuyo presidente Phil Marineau celebraba en mayo ensalzando los méritos del "visionario" Levi Strauss...

San Francisco, 1853. Levi Strauss, emigrante bávaro de 24 años, abre una sucursal de la empresa neoyorquina de su hermano para vender gruesas telas para vestimenta de trabajo. Así nace la empresa, y su tejido denim azul es rápidamente popularizado por los buscadores de oro que llegan a California en esos años.

El trabajo es duro, por lo que el pantalón debe ser resistente. Un sastre de Nevada, Jacob Davis, tiene la idea de utilizar remaches metálicos para reforzar las costuras de la tela. El ancestro del luego célebre "501" ha nacido, y la producción masiva comienza en 1873. La marca, vendida actualmente en más de 100 países, ha sido vestida por "casi todo el mundo, desde los cow-boys que conquistaron el Oeste estadounidense hasta los jóvenes que hicieron caer el Muro de Berlín", indicaba Levi's a comienzos de año, en un mensaje con mucho marketing que resumía su rica historia.

Pero más allá de la epopeya de Levi's, los comentarios se referían esta semana al ocaso de las industrias tradicionales, y del sector textil en particular, ya probado este año por la quiebra de Pillowtex (ropa de casa, amoblamiento), forzado a desprenderse de 16 fábricas y 6.500 asalariados debido a "importaciones a bajo precio que inundan el mercado estadounidense".

El fin de Levi's, según varios analistas, se inscribe en el marco de la supresión de las cuotas textiles, que concluirá en 2005 y abrirá las puertas de los mercados occidentales a los productos indios o chinos. Países donde la mano de obra textil puede ser hasta 20 veces más barata que en EEUU o Canadá.

"Estamos en un mercado extremadamente competitivo y pocos fabricantes siguen produciendo en América del Norte", subraya Marineau, respaldado incluso por los sindicatos por haber postergado más que sus competidores la ineludible decisión de los traslados.

"Una de las razones de esta reacción más tardía era la esperanza en un debilitamiento del dólar en relación a las monedas asiáticas. Ellos (Levi's) finalmente se dieron cuenta que eso no iba a ocurrir", estimó Dan Meckstroth, economista de la alianza de industriales Mapi. Según Meckstroth, la presión debería acrecentarse aún más sobre la administración Bush para resolver la cuestión de la subvaluación de la moneda china, el yuan. Según un industrial textil francés, Levi's "hizo lo que pudo para redinamizar la marca con nuevos cortes y nuevos lavados, pero eso no alcanzó. Hoy todas las empresas textiles se concentran en la gestión de la marca y abandonan la producción", añadió Gregory Roquette, dueño de una tintorería en Lille. "¿Por qué preocuparse por producir cuando se puede comprar más barato a fábricas chinas?". (AFP)

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