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 domingo, 28 de septiembre de 2003

Educación
Los padres, los primeros historiadores

Marcela Isaías / La Capital

Miguel Angel De Marco (h) es historiador pero también un apasionado por la historia. Esa pasión es la misma que le permite sostener que el aprendizaje de la materia empieza por casa: "El primer taller de la historia es la familia", donde los primeros -dice- historiadores son los padres. Rescata, entonces, el valor que tiene conocer el pasado, de la manera más sencilla: "El que es respetuoso de la historia transmite respeto por ella".

Miguel Angel De Marco (h) es doctor en historia, investigador, director de la revista "Rosario, la fuerza de su historia", y encargado de los contenidos históricos del programa televisivo "Te conozco, Rosario".

-¿Por qué es importante aprender historia?

-Es importante conocer el pasado porque la historia es liberación y comunicación de vida. El ser humano vive angustiado por ver pasar el mundo como si fuera una cinta de video tape que no puede detener. El aprendizaje de la historia le permite ponerse en contacto con su identidad y sus necesidades. También incita a involucrarse con los demás. Permite poner la pausa para la reflexión, que en la actualidad es como recuperar la soberanía perdida en manos de la ansiedad y el subdesarrollo. Aprender historia permite tener una actitud crítica. Por todo eso, la historia es liberación. Es recuperar y asumir la soberanía de nuestros actos. Es fomentar el arraigo y la pertenencia.

-¿Qué lugar ocupa hoy la enseñanza de la historia?

-La han desplazado de todos los niveles. La enseñanza de la historia argentina, regional y local está experimentando uno de sus momentos más críticos. Recomiendo analizar el documento que la Academia Nacional de la Historia del 2000 donde se manifesta preocupación. Lo mismo sucede en la esfera de la cartera provincial de Educación.

-¿Qué papel juegan o deben jugar los adultos padres, maestros, en esta enseñanza?

-La palabra testimonio incomoda a quienes la abordan desde "el deber ser". Sin embargo, el que es respetuoso de la historia transmite respeto por ella. El primer taller de la historia es la familia. Los padres son los primeros historiadores. El respeto por los abuelos, las costumbres, las anécdotas, el recuerdo de los primeros logros, los momentos de angustias y de alegría... Dónde hay diálogo, la historia fluye tan espontánea como la vida. Los esposos, padres y hermanos que se comunican transmiten historia: de pasión, sueños, derrotas y de esperanza. En donde no hay diálogo, la historia no tiene sentido. Es en la escuela donde la historia cobra nuevas dimensiones, porque es un ámbito que permite entrelazar la experiencia histórica de las familias de un barrio, de la ciudad, de la patria y del mundo. La escuela es, en sí, un caudal de vivencias históricas; el ámbito propicio para combatir la soledad moral que destruye todo lo que toca.

-La revista que dirige -"Rosario, la fuerza..."- rescata la historia cotidiana, ¿por qué esta valorización a este tipo de acontecimientos?

-Opino que el historiador es el primer responsable de comunicar la historia. "Rosario, la fuerza de su historia" surgió hace cuatro años cuando me dí cuenta que el proceso de pérdida de identidad histórica era alarmante y que los maestros demandaban con urgencia material accesible para el aula. En este tiempo aprendí que la historia debe partir desde lo más próximo al lector, sacándole provecho a lo cotidiano, a las imágenes y a los recuerdos. Por eso también acepté participar de un proyecto televisivo como "Te conozco Rosario".

-¿Qué sugerencias haría para que la historia no sea vista como una disciplina aburrida?

-Recomendaría que no sea sentida como impuesta desde afuera; que sea entendida como algo presente, propio, cotidiano, inherente al bienestar y a nuestros derechos; que es un proceso que arranca en la familia y jamás culmina. Que el docente conozca historia para transmitir amor por ella, y que se animen a crear alternativas atractivas para demostrar que el conocimiento de la historia tiene incidencia directa en quien a ella se acerca.

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