"En el nombre de Dios": La miseria de la religión

Fernando Toloza / Escenario

"En el nombre de Dios" ganó el año pasado el premio mayor del Festival de Venecia. Este galardón podría hacer pensar, a priori, que se trata de una película con algún tipo de complejidad narrativa disfrutable sólo por cinéfilos y especialistas. Sin embargo, no es el caso. El filme de Peter Mullan posee una narrativa clásica, con presentación, desarrollo y desenlace del tema abordado. A través de las historias de tres chicas el director cuenta las miserias de las jóvenes internadas en asilo de la Iglesia para chicas "descarriadas" en los años 60. La película muestra el carácter represor de la sociedad irlandesa especialmente con las mujeres. Basta un ejemplo: una chica violada por su primo es culpabilizada por el hecho y enviada al internado de las Hermanas Magdalena (título original del filme). En el lugar son puestas de inmediato al servicio de una industria de trabajo casi forzado que beneficia a las monjas. "En el nombre de Dios" puede pecar por momentos de previsible, pero finalmente sabe contar su historia a fuerza de personajes bien trazados.