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 sábado, 27 de septiembre de 2003

El PDP hace autocrítica y pretende lavar las heridas
El histórico partido de Lisandro de la Torre busca encontrar explicaciones tras el fracaso electoral

Héctor Méndez / La Capital

El Partido Demócrata Progresista fue quizá el más golpeado en las elecciones del 7 de septiembre. Evidentemente, fracasó la idea del oficialismo que impulsó la alianza con Recrear de Ricardo López Murphy porque los santafesinos estuvieron lejos de darle al ex ministro delarruista la adhesión que le dieron en las presidenciales del 27 de abril, nada más ni nada menos que 300 mil votos. Tampoco pueden cantar victoria los dirigentes pedepistas que hicieron causa común con el socialismo, aunque por lo menos tienen la satisfacción de haber colocado dos diputados provinciales, manteniendo la representación del PDP en la Legislatura santafesina.

Aparte de las bancas para Gabriel Real y Héctor Jullier, la democracia progresista repartió alegrías y tristezas en los pueblos que gobierna. Perdió al único senador provincial, Pablo Cardinale -departamento Constitución-, y Alberto Natale quedará como solitario diputado nacional, con mandato hasta el 2005.

El partido no pudo mantener las bancas de María Emilia Biglieri y Carlos Caballero Martín, quienes dejan el Congreso el 10 de diciembre porque fueron electos en 1999.

Eso como resultado a la vista. Habrá que ver hasta dónde llegaron las heridas del proceso preelectoral que terminó con el PDP dividido entre quienes fueron con López Murphy, el usandizaguismo y Unión por Todos de Patricia Bullrich, por un lado, y el socialismo y el resto de la UCR por el otro.

Se habla de hacer la autocrítica con seriedad y a fondo. Se dice que las últimas discrepancias no se dieron por diferencias ideológicas sino por una cuestión de cargos. Sin embargo, no resulta fácil de digerir que piensen igual quienes se pusieron del lado de López Murphy y quienes se inclinaron hacia Hermes Binner. Hay distintos puntos de vista, desde hace tiempo, y los achacan sólo a cuestiones personales.

El 5 de julio, el partido resolvió, en un congreso que se hizo en el Patio de la Madera, hacer la alianza con la agrupación de López Murphy. Diez días después, como un sector importante no estaba de acuerdo con esa determinación, se dispuso dejar en libertad de acción a los rebeldes. Más tarde vino el arreglo con el usandizaguismo, por el lado del oficialismo liderado por Caballero Martín y Natale, y con el socialismo por el lado de Carlos Favario y compañía.

"Nos equivocamos", dicen algunos. "Ir divididos nos debilitó a las dos partes. No obtuvimos ni un diputado nacional y se perdieron varias comunas como Timbúes, Carreras y Sancti Spíritu (bastiones del PDP). Se recuperaron otras pero el balance es negativo. También se perdió la senaduría por el departamento Constitución".

Por eso se sostiene que el partido debe comenzar a hacer los esfuerzos necesarios para lograr la reunificación y volver a una tarea en común.

Caballero Martín es la máxima autoridad partidaria -secretario general- hasta agosto del 2004 y por ahora nadie piensa en hacer internas.

Y entre la gente que se alió al socialismo, hay conformidad porque el ingreso de Real y Jullier a la Cámara de Diputados santafesina hizo que el PDP mantenga su representación legislativa que, hasta el 10 de diciembre, está en manos de Favario y Miguel Bullrich.

"Estamos satisfechos. Hemos logrado mantener viva la presencia de la democracia progresista en la Legislatura", dijo un vocero del sector, que agregó: "Los otros no obtuvieron nada..." También advirtió que "si hubo catástrofe nosotros no somos los responsables".

Los socios del binnerismo en septiembre estiman que la democracia progresista debe dilucidar su futuro, en el marco de una profunda autocrítica. Según ellos, "algunos han sido opositores al gobierno provincial y otros creen que el reutemismo no merece críticas. Por eso fueron con Usandizaga, principal socio del Lole en Santa Fe".

Desde el oficialismo que se juntó con Recrear, el usandizaguismo y los seguidores de Bullrich, si bien admiten que la performance electoral del PDP fue muy mala, sostienen que la polarización entre quienes apoyan al PJ y los que desean que cambie el color del gobierno provincial fue mayor a la esperada.

Creen que el PDP no se dividió. Simplemente entienden que lo que resolvió el congreso partidario que se realizó en Rosario no fue acatado por todos. "Algunos aceptaron lo dispuesto y otros apuntaron hacia otro lado, pero el partido en sí estuvo en un solo lado", explican sin hablar del porcentaje de seguidores de uno y otro bando.

Desde este grupo se sostiene que algunas comunas se perdieron -y ponen como ejemplo las de Timbúes y Sancti Spíritu- porque el jefe comunal del PDP fue aliado con los socialistas. "En cambio, los que ganaron, en su mayoría, fueron como PDP", se alegran. Cuando se les recuerda que Real y Jullier serán diputados provinciales por el sector que se alió al socialismo, manifiestan muy sueltos de cuerpo que "el resultado no se mide por el número de bancas..."

De todos modos, algunos de los que coincidieron con Natale, admiten ahora que el partido sufrió un golpe importante el 7 de septiembre. "Hay agotamiento dirigencial, es inútil negarlo. Pero si las cosas se hacen bien y nos ponemos a trabajar hay un lugar para los que piensan como PDP".

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