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 sábado, 27 de septiembre de 2003

Los empleos se van a China y México

Washington. - Cherelle Reed, una madre soltera, trabajó durante cinco años para Raytheon instalando cables en aviones, pero su vida dio un vuelco cuando la compañía la despidió y trasladó su puesto de trabajo a México. Trabajar en la línea de ensamblaje en Wichita, Kansas, cambió la vida de Reed. Fue contratada a través de un programa de asistencia de "Bienestar por trabajo", y el salario de 16 dólares por hora significaba mucho para ella y su hija.

"El empleo fue un momento crucial para mí y mis hijos. Quiero decir, la vida mejoró. Teníamos seguro médico, podíamos hacer cosas. Me cambió mucho", narró Reed, de 34 años. "Todo eso se perdió ahora", lamentó.

La desesperación de la trabajadora estadounidense parece estar muy lejos de un creciente debate cambiario entre China y los Estados Unidos. Pero para el presidente estadounidense, George W. Bush, los dos se encuentran ligados.

El empleo de Reed es sólo uno de los 2,5 millones de puestos en la industria manufacturera perdidos desde que Bush asumió el poder a inicios de 2001. La pérdida de una sexta parte de los trabajos manufactureros del país podría ser crítica en las elecciones presidenciales de 2004, cuando la victoria en Estados conservadores como Ohio, Illinois, Pennsylvania, Indiana y Michigan, será clave para la reelección del presidente republicano.

Joe Aistrup, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad Estatal de Kansas, dijo que los despidos masivos podrían sacudir la fe en Bush en el centro de Estados Unidos, que tradicionalmente ha votado por el Partido Republicano.

"Ahora mismo yo le daría la ventaja, pero eso no quiere decir que eso continuará siendo así. Bush podría ser vulnerable en esa clase de Estados", estimó Aistrup.

Las empresas manufactureras estadounidenses, que han trasladado sus trabajos a México o Asia, donde los trabajadores pueden ser contratados por una fracción de los que les cuestan en Estados Unidos, culpan a las prácticas de comercio internacionales, que los obligan a reducir costos.

Principalmente se quejan de la negativa de China a dejar flotar su moneda, el yuan (tiene una relación fija con el dólar desde 1994, lo que lo mantiene artificialmente débil, según los críticos de la política de Pekín), de una cantidad importante de subsidios a exportadores chinos y de barreras que ese país coloca a las exportaciones estadounidenses.

Bush tomó en cuenta estos reclamos en Ohio, durante su discurso por el Día del Trabajo. "Una manera de asegurar que el sector manufacturero se recupere es mandar el mensaje al exterior. Esperamos que ahí exista un campo de juego justo en lo que a comercio se refiere", dijo Bush a operadores de maquinaria pesada, luciendo una gorra de trabajador.

También designó a un subsecretario de comercio para que se enfoque en la industria manufacturera, una maniobra sobre la que sindicalistas dijeron irónicamente: "Creó un empleo".

Días después, el secretario del Tesoro, John Snow, viajó a Pekín a discutir los problemas cambiarios. El asunto ganó ímpetu cuando el Grupo de los Siete hizo un sutil llamado a China y otros Estados asiáticos para que dejaran de controlar a la baja sus monedas.

Pero las cuidadosas tácticas diplomáticas ofrecen poco consuelo a la desempleada Reed, quien cada semana telefonea al sindicato para enterarse si han surgido nuevos empleos.

Ella no es optimista -desde 2001, unos 11.000 trabajadores de la industria aeroespacial del área de Wichita han perdido sus trabajos-, y ni siquiera su hija de 18 años puede conseguir un empleo. "Está comenzando a afectar a toda la comunidad. No hay empleos para los adolescentes porque todos esos trabajadores despedidos ya los han tomado", lamentó Reed.

Ella está evaluando el regresar a la escuela para aprender un nuevo oficio, pero sabe que la tendencia de las compañías para contratar trabajadores más baratos afuera ha vuelto inseguros a todos los trabajos manuales. "De alguna manera entiendo que (el traslado) ahorra dinero a la compañía, pero tienes que pensar en la gente de aquí también. Cada empleo que perdemos afecta a otros empleos en la comunidad, y eventualmente, muy pocos de nosotros tendremos trabajo", analizó Reed. (Reuters)

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Las industrias de EEUU se mudan a China.

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