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 domingo, 21 de septiembre de 2003

La sonda Galileo aún podría revelar incógnitas
El satélite debería estrellarse hoy durante su ingreso a la atmósfera de Júpiter, según el programa de la Nasa

Si todo ocurre tal como está previsto por la Nasa, la sonda estadounidense Galileo va a seguir transmitiendo datos sobre Júpiter y sus satélites hasta sus últimos minutos de existencia antes de desintegrarse. Los científicos de la agencia espacial estadounidense esperan que el aparato envíe datos hasta siete minutos antes de su destrucción, si no queda demasiado dañado por la radiación de la atmósfera del planeta más grande del sistema solar, hoy a las 21.49 hora de la Argentina.

Trece horas antes de desaparecer, Galileo podría permitir confirmar o no la presencia de restos de rocas en la órbita de Júpiter, tal como dedujo la Nasa de los datos transmitidos en noviembre pasado, cuando la sonda se ubicó cerca de uno de los satélites naturales del planeta.

"Tras haber recorrido más de 4.600 millones de kilómetros y haber sido nuestros ojos y nuestros oídos alrededor de Júpiter, cruzamos los dedos para que, aún en su última hora, Galileo nos envíe nuevas informaciones sobre el entorno de ese planeta", explicó ayer Claudia Alexander, directora del proyecto Galileo en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de Pasadena (California, oeste).

"Esperamos recoger datos científicos sobre todo el recorrido" antes de su desintegración, precisó.

En 14 años de odisea, que la hicieron pasar 34 veces cerca de las cuatro lunas principales de Júpiter, Galileo descubrió pruebas de la existencia de océanos subterráneos en Europa, Ganímedes y Calisto, y detectó niveles muy elevados de actividad volcánica sobre Io.

Los científicos están particularmente interesados respecto al océano subterráneo detectado en el satélite Europa. La presencia de agua permitiría suponer la existencia de alguna forma de vida. Por este motivo, la Nasa programó la destrucción de Galileo precipitándolo sobre Júpiter, para evitar que la sonda contamine Europa con microbios al estrellarse.

"Vamos a provocar la desintegración de Galileo para estar seguros de no contaminar esa fuente potencial de vida", explicó Colleen Hartman, directora de la división exploración del sistema solar de la Nasa.

Esta operación de destrucción voluntaria de la sonda es necesaria porque ésta ya prácticamente no tiene combustible, lo que genera el riesgo de perder el control.

Galileo ha tomado unas 14.000 imágenes en el correr de su largo periplo, y fue la primera sonda espacial que rozó ligeramente un asteroide y que descubrió la existencia de una luna.

Teniendo en cuenta la riqueza de la información recogida por Galileo, la Nasa ya prepara una nueva misión hacia Júpiter.

"Las tres lunas congeladas, Ganímedes, Calisto y Europa que presentan océanos subterráneos serán estudiadas gracias a una nueva misión que ya comenzamos a planificar: Júpiter Icy Moons Orbiter", informó Colleen Hartman. (AFP)

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La sonda envió información durante 14 años.

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