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 domingo, 14 de septiembre de 2003

Paseo de colección en Buenos Aires
Tres autos Ford A del 20, la nueva propuesta para recorrer los barrios porteños

Tres automóviles Ford A fabricados en Detroit, Estados Unidos, en la década del veinte del siglo pasado, y recuperados con mucho ingenio y tiempo, son la nueva propuesta turística para conocer la ciudad de Buenos Aires.

Los itinerarios turísticos que operan estos tres coches antiguos se denominan Paseo de la Ribera, por los barrios de La Boca y San Telmo; Centro Cívico, por San Nicolás y Monserrat, y Paseo Cultural, por Recoleta y Palermo. Las opciones, según las preferencias de los viajeros, pueden ser desde un safari fotográfico hasta una fiesta de cumpleaños, un paseo sorpresa o un viaje de novios.

"Lo encontré en 1989 de casualidad en un corralón de Villa Domínico, con la carrocería por un lado y parte de sus piezas adentro de canastos", cuenta el arquitecto Héctor Fermoselle, refiriéndose al Ford A de lujo, modelo 1930.

"Lo ví y supe que era un desafío que no me podía perder", dice recordando la compra de ese viejo auto que le costó más o menos 12.000 australes y al que fue armando de a ratos, en tres años, junto a su padre y hermano Gabriel.

En el corralón sólo le dijeron que lo habían traído de la provincia de Buenos Aires. Lo demás lo fue descubriendo de a poco, como el color de la pintura original, de un verde oscuro, y el de los asientos de terciopelo, de marrón tornasolado, oculto debajo de cinco tapizados.


Ampliación de la flota
El coche aún no estaba listo cuando Gabriel, el menor de los Fermoselle, un diseñador gráfico, encontró en 1991 un auto igual, modelo 1929, que desde un lugar no precisado de la provincia de Santa Fe había recalado en la ciudad bonaerense de Florencio Varela.

Este coche estaba mucho más entero, por lo menos no venía en canastos. El auto era celeste pero Gabriel decidió pintarlo de beige claro y agregarle unas elegantes rayas marrones. Y de tanto investigar las piezas, los hermanos fueron incursionando en otro segmento, que es la fabricación de repuestos, tarea que realizan con un tornero amigo.

El tercer auto, un Ford A modelo 1928, Primera Serie, llegó, también de improviso en 2001. Había sido de un vecino de Avellaneda y estaba intacto: tenía el embrague multidisco original, al igual que los tachos del radiador. A fines de ese año, la idea de dedicarse al turismo comenzó a gestarse.

Lo primero que hicieron fue asociarse a Cafa, Club Amigos del Ford A, una institución relativamente nueva que está en Florida, partido bonaerense de Vicente López, y que ya tiene 95 socios y una página: www.clubamigosforda.com.ar

Con esta gente, tan fanática de los coches antiguos como ellos, fueron en una caravana de veinte autos hasta Dolores, para homenajear a dos hombres que en una coupe Ford A, modelo 1930, habían viajado hasta Tierra del Fuego.

Mientras el emprendimiento turístico va tomando forma, sus hacedores ya están preparando una coupe justicialista parada desde 1960, para llevarla a la I Exposición de la Industria Automotriz Argentina, que se realizará en Córdoba, durante noviembre próximo. Verdadera joya para los amantes de los autos de colección.

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