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 domingo, 14 de septiembre de 2003

Fiesta del Milagro en Salta
Mañana se realizará una multitudinaria procesión por las calles de la capital norteña

Salta ya vive su tradicional fiesta religiosa en honor al Señor y la Virgen del Milagro, que es curiosa como fenómeno social y que culmina mañana con una multitudinaria procesión que convoca a miles de fieles de la provincia, del país y de otras ciudades de América latina.

Los sinuosos caminos que unen la alejada localidad de Nazareno, en el norte de Salta, con la capital provincial, son recorridos por una peregrinación de cientos de feligreses que caminan 570 kilómetros en diez días, hasta la catedral basílica donde están las imágenes de los santos patronos.

Desde hace más de un mes, cuando se entronizaron las imágenes, la catedral basílica de Salta se convirtió en el centro de atracción y sede de una intensa actividad. Distintos sectores de la comunidad la visitan para rezar a los patronos tutelares y participar de misas especiales. Este año el imponente templo mayor de Salta lucirá como nunca tras las recientes obras de restauración e iluminación de su fachada.

El momento culminante de la celebración llega el 15 de septiembre, cuando el pueblo salteño renueva su pacto de fe con el Señor y la Virgen del Milagro, en el marco de la tradicional procesión.


Origen de la celebración
La historia de la festividad comenzó con la fundación misma de la ciudad, en abril de 1592, cuando Fray Francisco de Vittoria, obispo del Tucumán, oficiaba misas y llevaba la palabra de Dios a conquistadores y conquistados, en su paso hacia Lima. Una vez en España, el obispo hizo tallar por hábiles artesanos una imagen de Jesús crucificado y otra de Nuestra Señora del Rosario, y envió la primera a la iglesia matriz de Salta y la otra a Córdoba.

Pero hacia fines del mismo año, un grupo de personas divisó desde el puerto del Callao, en Perú, dos cajones flotando sobre las aguas marinas, en cuyo interior estaban las imágenes, que poco después fray Francisco llevó a los destinos previstos.

El Cristo permaneció cien años olvidado en la iglesia salteña junto a una imagen de la Virgen María y de otros santos, hasta que en 1692 fuertes temblores sacudieron gran parte del territorio salteño.

La tradición dice que el padre José Carrión decidió sacar la imagen del Cristo y pasearla por las calles, para que la gente le implorara que cesaran los movimientos de la tierra, que de inmediato se aquietó. La historia dice que en el interior del templo, pese a los temblores, la imagen de la Virgen María seguía intacta, a los pies del altar, con la cara vuelta hacia el sagrario y con expresión de angustia y súplica, mientras que las otras imágenes habían rodado por el suelo y estaban rotas.

Esto marcó el inicio de la veneración a las imágenes, que pasaron a ser el Señor y la Virgen del Milagro y luego se convirtieron en los patronos tutelares de Salta.

Cada mes de setiembre toda Salta se tiñe de milagro, y se pueden ver gran cantidad de turistas y devotos que recorren las calles de la ciudad y la catedral basílica para vivir el profundo significado de la festividad religiosa.

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