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 domingo, 14 de septiembre de 2003

Educación: En el corazón de los números

La memorización y repetición son dos conceptos que funcionan en la escuela casi con la misma fuerza con que se los rechaza. Y si hay un área donde una y otra se muestran con ganas es en la clase de matemáticas. "Un motivo de esta persistencia es que el trabajo en cálculos da seguridad a los niños y al maestro; no desestabiliza, la mecanización da confianza, hace pensar que uno maneja bien la matemática, aunque sea un aspecto de la misma", dice la educadora uruguaya Mónica Pena, una especialista en la didáctica de esta materia.

Pero hay más. También está la creencia de que "saber matemática implica manejar definiciones precisas de conceptos matemáticos, lo cual lleva a veces a la memorización". Para contradecir esta creencia, la educadora rioplatense afirma que la "la escuela primaria no es el lugar para el manejo de definiciones de conceptos matemáticos". La idea la explica con los conceptos que toma de un educador francés - Gérard Vergnaud-: "Se trata de que el niño a través de la acción, de la resolución de situaciones, demuestre el dominio del concepto". Más tarde llegará el turno de las definiciones matemáticas.

Ahora bien, que los niños aprendan a resolver situaciones problemáticas es un objetivo que la escuela siempre se fija como propósito, pero la realidad muestra que es más lo que se dice que lo se hace al respecto. Esta meta no es novedosa para Mónica Pena, y de hecho opina que "la resolución de problemas es el corazón de las matemáticas", por eso la escuela apuesta a ella.

Sin embargo el lugar que estos problemas tienen en la clase varían de maestro en maestro. Para algunos primero hay que aprender las definiciones y luego ejercitarlas, para otros el problema debe ser el centro de los demás aprendizajes. Por esta última concepción es por la que se inclina la especialista. La define como un modelo, "donde el niño debe construir sus aprendizajes a través de la resolución de problemas" y por supuesto con la presencia del docente como mediador.

Este es un punto difícil de entender para muchos adultos, sobre todo los padres, que todavía demandan "que al nene le den muchas cuentas para que practique en casa", quizás por esa misma seguridad que se pretende conseguir a través de la reiteración de números y cálculos.

Sin embargo, cuando se le pregunta a Mónica Pena por qué hay que aprender matemática, explica sin vueltas que la misma permite desarrollar competencias en los chicos tan importantes como la de analizar e interpretar información, organizar datos para elaborar caminos que permitan resolver problemas y claro está, la posibilidad de comunicar ese razonamiento seguido.

Hay algo crucial que Pena señala respecto del trabajo que le toca a los maestros en esta tarea y es que puedan crear situaciones significativas para el niño, es decir, "relacionadas con su entorno, con sus intereses". Porque, en definitiva, -agrega- "la matemática en la escuela servirá para una mejor comprensión de la realidad en que vive y para un mejor desenvolvimiento en la misma".

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