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 domingo, 14 de septiembre de 2003

Mercados: El acuerdo con el Fondo y el valor de los activos internos

Salvador Di Stefano

El acuerdo con el FMI será beneficioso siempre y cuando el gobierno pueda aprovecharlo para bajar impuestos distorsivos, crecer y sentar las bases para un crecimiento que posibilite aumentar el superávit y pagar la deuda externa.

Si en cambio el acuerdo sólo tiene como fin cumplir con el FMI pero no eliminar impuestos distorsivos y aumentar el gasto público, resultará a futuro imposible pagar la deuda y el país caerá nuevamente en una crisis económica terminal.

Lo que se conoce del acuerdo es que está pactado un superávit fiscal primario del 3% del PBI para el año 2004, que implicará hacer una diferencia de 10.200 millones de pesos. El superávit proyectado para el año 2003 es de 8.500 millones de pesos, por lo tanto la meta es fácilmente alcanzable.

Este beneficio que se obtiene del FMI debería permitir trabajar en 2004 sobre la eliminación de impuestos distorsivos como el impuesto al cheque, que permite recaudar anualmente 5.400 millones de pesos. Se trata de aumentar la recaudación tributaria y bajar el gasto público.

Un esfuerzo de esta magnitud sería muy bien visto por los inversores, permitiría el retorno del crédito al mercado, mayor utilización de las entidades financieras para realizar transacciones y un aumento de la economía en blanco, ya que el impuesto al cheque incentiva a los agentes económicos a realizar operaciones informales.


El crecimiento
El resultado de cumplir la meta con el FMI y eliminar el impuesto al cheque tendría como consecuencia un crecimiento económico mayor que el esperado, sentando las bases para que en el año 2005 y 2006 Argentina pueda conseguir un superávit fiscal primario más elevado y de esta forma honrar los compromisos de la deuda pública. Si este es el camino los activos financieros iniciaran un recorrido ascendente en sus cotizaciones, el dólar seguirá calmo y el riesgo país comenzara a descender lentamente.

En cambio si este acuerdo se toma como una transición y solo se cumple la meta de superávit primario y en lugar de eliminar impuestos distorsivos se aumenta el gasto público, como ocurre actualmente, para el 2005 se tendrá una economía menos competitiva que la actual, no habrá un crecimiento importante del PBI y se tendrá menos capacidad para afrontar los pagos de la deuda que hoy esta en cesación de pagos.

La deuda externa debe ser reestructurada. Con suerte y viento a favor si el gobierno trabaja durante el resto del año 2003 y principios de 2004, en 2005 tendríamos que empezar a abonar los intereses caídos y los nuevos a vencer.

Se trabaja en tres tipos de títulos a saber: a) títulos con quita de capital, vencimiento a mediano plazo (no menos de 10 años) y tasa de interés del 2% anual; b) títulos sin quita de capital, vencimiento a largo plazo (30 años) y tasa de interés del 2% anual y títulos sin quita de capital, vencimiento a largo plazo y tasas de interés variable de acuerdo a la evolución del PBI argentino.

En los tres casos planteados hay que atender innumerable cantidad de detalles, habida cuenta que corresponde proceder a un canje de los títulos existentes por nuevos y pagar los intereses caídos que necesariamente deberán ser renegociados, ya que en concepto de atrasos el país debe 22.000 millones de dólares, una cifra imposible de afrontar.

La deuda a reestructurar asciende a 100.000 millones de dólares, y hay tres escenarios por delante, el primero que la negociación sea perfecta y los inversores comiencen a cobrar en el año 2005; el segundo que la negociación sea dificultosa y se comience a cobrar en el año 2006 y el tercero que el presidente no muestre voluntad de pagar y la renegociación se lleve adelante después del año 2007 cuando este presidente termine su mandato y asuma un nuevo mandatario.


El caso Telecom
Otro caso paradigmático de la semana se dio con Telecom. El socio francés dejó su espacio en la compañía e ingresó el grupo local Werthein, que compró el 26% de las acciones de la compañía por 125 millones de dólares, lo cual significa un valor total de 420 millones.

El balance indica que su capital asciende a 984 millones de acciones que a un precio de 3,71 por acción. esto reporta una capitalización bursátil de 3.650 millones de pesos, o 1.241 millones de dólares, lo que implica que la empresa se vendió a un tercio de su capitalización bursátil.

Telecom tiene activos por 9.808 millones de pesos, pasivos por 7.695 millones de pesos y un patrimonio de 2.105 millones de pesos. El patrimonio en dólares es de 716 millones de dólares, por ende los Werthein apenas pagaron el 60% del valor patrimonial de la compañía.

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