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 domingo, 07 de septiembre de 2003

Un comisario regaló una moto que debía devolver a su dueño
El vehículo estuvo "desaparecido" más de dos años. Lo recuperaron desguazado

Un comisario principal es investigado por la Justicia por haber regalado a otro policía una moto que fue secuestrada en un operativo de la comisaría 12ª y que debía ser devuelta a su dueño. El hecho fue descubierto al cabo de dos años, después de reiteradas órdenes judiciales, que trataban de ubicar el rodado para realizar pericias. Finalmente el vehículo apareció, aunque sólo en parte: no conservaba más que el cuadro y dos ruedas oxidadas que no eran las originales.

La moto, una Yamaha DT 125 azul, pertenecía a Roberto Acosta. El 5 de julio de 2000, el vehículo quedó secuestrada en la comisaría 12ª, entonces a cargo del comisario principal Jorge Desideri. Poco después comenzó a tramitarse la restitución, para que el rodado volviera a manos de su dueño. En diciembre de 2000, un oficial fue a buscar la moto para realizar una pericia a fin de corroborar que no existiera ninguna irregularidad, pero se dirigió a la seccional 20ª.

Tras aclarar el equívoco, el juzgado interviniente reiteró la orden para buscar la moto en la seccional 12ª. Pero el rodado ya no estaba allí. Con más órdenes, idas y vueltas, el oficial informó un año después que la Yamaha azul no había sido encontrada ni en la comisaría 12ª ni en los depósitos judiciales. Habían corroborado ya que el vehículo no tenía pedidos de secuestro, y los papeles estaban en orden.


Búsqueda frenética
Acosta y su familia también fueron a buscar la moto en varias oportunidades. Aparecieron rodados similares, del mismo color y del mismo modelo, pero ninguna era la que les pertenecía y que querían recuperar para terminar de realizar la transferencia, el único trámite que faltaba. La moto tenía boleto de compra venta, los formularios completos, y los pagos de patente al día.

La primera noticia sobre el rodado apareció el 3 de septiembre de 2002, dos años y dos meses después de su secuestro. El comisario Manuel Soria, entonces a cargo de la seccional, informó que tras "diligencias realizadas" el rodado había sido hallado en posesión del sargento Torrano, que se había desempeñado en la seccional y en ese momento se encontraba en la subcomisaría 2ª. Y señalaba que el suboficial la había recibido del comisario Desideri, titular de la comisaría 12ª hasta el 2001. La irregularidad ocasionó, desde el juzgado de Instrucción Nº 7, un pedido de sumario por el desempeño de Desideri.

La aparición de la moto no fue tal, aunque alcanzó para detener las órdenes del juzgado para que la policía diera cuenta de dónde se encontraba un vehículo dejado en depósito y cuya desaparición violaba los derechos de sus legítimo dueño.

Lo único que se halló de la Yamaha fue su cuadro y dos viejas ruedas. El motor, la parte más vital y costosa, no "apareció". El mismo informe que elevó el comisario Soria al juzgado indicaba que al vehículo le faltaban todos sus accesorios.

La moto, que había sido comprada en 2 mil pesos, fue vendida -en realidad, lo único que se vendió fueron el cuadro con los papeles- a un hombre que pagó 300 pesos y que dedicó varios meses a armarla adquiriendo de a poco los repuestos, y el motor.

El episodio no es el único hecho dudoso en que aparece envuelto Desideri, quien tras su desempeño en la comisaría 12ª fue trasladado a la subcomisaría 10ª, de Coronel Bogado. El pasado sábado 16, la Gendarmería detuvo a un hombre que circulaba en un auto robado y llevaba el arma reglamentaria del comisario principal.

Por añadidura, Desideri habría sido visto junto al hombre, que posee antecedentes penales, compartiendo distendidamente una comida, en una parrilla de Villa Diego. Y al ser interrogado, dijo que no había advertido la ausencia de su arma reglamentaria. Una explicación que implica una falta, ya que los policías están obligados a portar su arma reglamentaria durante todo el tiempo.



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