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 domingo, 07 de septiembre de 2003

Psoriasis: ¿qué hay de nuevo?

Cuando el tema de la psoriasis es tratado en mesa de café, siempre hay quien la identifica como la enfermedad de las manchas rojas. Y sin duda alguien conoce a otro que la padece. Porque de eso se trata: "de padecer", esta "forma" de epitelizar de la piel, que provoca malestares físicos, tales como enrojecimiento, picazón, descamación, a veces ardor o dolor y por qué no mencionar tal vez, el más limitante de los síntomas "la cuestión estética". Todo esto siempre con la impronta de quien la lleva. Es decir, que cada uno de nosotros tiene una forma particular de manifestar signos y síntomas, que sólo se repiten mirándolos desde un punto de vista general; desde lo mínimo a lo máximo.

Cada vez más frecuentemente los niños son llevados por sus padres al dermatólogo. Esto que parece remanido, en otros tiempos, era poco común, dado que tanto unos como otros comenzaban un largo peregrinaje por las desconocidas rutas de las "buenas intenciones" de parientes, amigos, conocidos, avisos publicitarios, entre otros, hasta el engaño de curanderos o falsos médicos.

Mucho se ha dicho y se ha hecho en pos de encontrar causas y tratamientos. La dermatología, la biología molecular, la genética, la industria farmacéutica y la psicología, entre otras, son las ciencias abocadas a su investigación. Afortunadamente asistimos a la presentación de datos que nos acercan cada vez más a su conocimiento.

Ultimamente y ante la evidencia clínica (más del 98% de los pacientes) de su mejoría con el sol, han aparecido nuevos equipos de luz que se agregan al arsenal terapéutico.

Es ampliamente conocido que la radiación solar, contiene varias franjas (A - B y C), que presentan un potencial maligno en pacientes con predisposición (natural o por exposición) al cáncer de piel, en especial las B y C. Para ellos se trabaja con pantallas solares.

Hasta el momento existían los aparatos de PUVA, seleccionadores de una determinada franja de la luz solar (la fracción UVA de esta radiación), a los que se agregan medicamentos, que aumentan la sensibilidad de la piel para recibirlos y que brindan una alta efectividad.

La reciente aparición de los aparatos UVB de banda estrecha (llevan no más de 2 años en el mundo) han superado ampliamente las expectativas iniciales, comparados con otros como el láser de excímero o los baños de UVB. Entre otras ventajas, ofrecen seguridad en el tratamiento. Esto es imprescindible a la hora de la indicación, dado que se trabaja con radiación UVB. La aplicación se realiza exclusivamente en la zona que lo necesita, sin provocar ningún riesgo para el resto de la piel normal, lo cual es difícil de establecer con los otros aparatos, ya que en ellos todo el cuerpo es expuesto.

Otro de sus beneficios, también de gran importancia, es que no es necesario agregar ninguna otra sustancia por vía general (casi siempre químicos, con su correspondiente riesgo de toxicidad) para aumentar su rendimiento.

La duración del tratamiento no excede los 5 ó 10 minutos por cada aplicación (habitualmente 2 ó 3 veces por semana), por algunas semanas, lo que dependerá de la extensión de las lesiones. Los costos también son mucho menores, ya que generalmente los pacientes no deben agregar otros tratamientos, que resultan onerosos para el organismo y el bolsillo.

Nora L. Romero

Jefe de la sección Dermatología

Hospital Escuela "Eva Perón"

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La psoriasis se manifiesta con manchas en la piel.

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