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 domingo, 24 de agosto de 2003

El líder de Recrear acusa a Kirchner de carecer de un plan estratégico
López Murphy: "Este gobierno es muy conservador"
Dijo que el presidente está entreteniendo a la prensa con temas que no le interesan a la sociedad

Walter Palena / La Capital

Ricardo López Murphy pendula entre la mesura y el asombro para definir la gestión del presidente Néstor Kirchner. Dice que no se siente amilanado por el huracán K y sus voceros mediáticos. "No van a encontrar en nosotros posiciones extremas", se defiende, y traza algunas diferencias con el actual gobierno, al que califica de "muy conservador" y carente de un plan estratégico. Afirma que es una administración que se entretiene con la prensa, colocando en la agenda política temas que no son prioridad para la mayor parte de la ciudadanía. Allí es cuando se asombra por la nulidad de las leyes del perdón o por el entredicho entre el jefe del Estado y su vice. "Scioli va a ser una piedra en el zapato para Kirchner", sostiene, sin soltar más datos de lo que oculta la trastienda del poder.

El líder de Recrear muestra huellas de cansancio en su rostro. El calendario electoral lo puso nuevamente a transitar el país. "Tengo más kilómetros recorridos ahora que en la campaña presidencial", bromea mientras saborea un café reparador, acaso para despejar las críticas que le suelen formular por no colocarse al frente de la oposición.

Acompañado por los candidatos de la alianza Recrear, PDP y Convergencia Radical, López Murphy hizo un alto en la campaña santafesina para dialogar extensamente con La Capital. A su lado se encuentra Alberto Natale, a quien empalaga con elogios. El pedepista lanza un reto a Carlos Reutemann, su contrincante a la senaduría, para que debata públicamente con él. Los gestos que se suceden a su alrededor le indican que está solicitando algo imposible.

-Da la sensación de que el viento sur congeló a la oposición.

-No es así. Nosotros somos los voceros de los sectores que reclaman sensatez y sentido común.

-Los analistas dicen que está regalando ese rol opositor.

-Es un absurdo. Una cosa es que nosotros hagamos una oposición firme, con convicciones, y otra es simular lo que no somos. No van a encontrar en nuestra fuerza posiciones extremas. Me comprometí a liderar la oposición y lo estoy haciendo cargándome sobre el hombro a todos nuestros candidatos, como lo estoy haciendo en Santa Fe, acompañando a Natale, que es el mejor legislador que tiene la Argentina; a Caballero Martín y a Fabiana Suárez, quien representa la renovación política. También a los candidatos a intendente Usandizaga y Steiger. Creo que he recorrido más kilómetros ahora que en la campaña presidencial.

-¿Se siente intimidado por la corporación periodística encantada con el Estilo K?

-No, pero creo que la prensa ha ignorado algunos episodios que no son buenos. Tenemos un grave problema cultural, las cosas que pasan en el país no reciben réplicas. Días atrás, en la Plaza de Mayo, se quemaron bancos, robaron placas históricas y nadie dice nada, o les parece un hecho normal que existan enmascarados que dominan los puentes y las calles. Estamos muy mal... El periodismo ha estado entreteniendo con temas que entretienen. El problema se va a suscitar cuando llegue la factura, porque no tenemos tiempo para perder. Pero a nosotros no nos intimida nadie, somos mesurados y prudentes. No confundamos eso con indulgencia.

-¿Qué objeciones hace a la gestión de Kirchner?

-Es un gobierno muy conservador que todavía no ha podido exponer ante la sociedad un plan estratégico en todas las áreas y esconde esa falencia con la pirotecnia verbal. Concentra su energía y su mirada en el espejo retrovisor; es decir que va marcha atrás.

-¿Se refiere a la nulidad de las leyes de impunidad?

-Hace cinco años que esas leyes fueron derogadas. Lo que han hecho ahora, y que no va a tener efecto jurídico, es igual a ese botón de la computadora que dice "delete" (suprimir), es como un virus informático que fue para atrás y borró 20 años de nuestra historia. No hay un solo país en el mundo que haya hecho eso.

-¿La Corte Suprema es la que debe resolver el asunto?

-Es lo que indica el sentido común y la opinión de destacados juristas.

-¿Qué lectura hace de la pelea entre Kirchner y Scioli?

-Que es lamentable para el país y el gobierno. En esto no hay nada positivo, y se debe al sistema político y electoral que tenemos. Estos dos señores se amontonaron para una elección, se unieron no por sus propuestas, sino para enfrentar a otro candidato peronista. También es fruto de la ausencia de debates, porque si lo hubiera habido en las presidenciales, esta incongruencia no habría resistido.

-¿Ve que ese roce es la antesala de una pelea más de fondo?

-El problema no es el roce, sino algo que hace a la salud republicana. Ahora hay una inagotable cantera santacruceña, como en los 90 fue la riojana. Me parece que un país federal tiene que matizar sus designaciones, y eso se refleja en el episodio con Scioli. La Secretaría de Turismo es un área que funcionó razonablemente, y esto empezó con la gestión de Hernán Lombardi. Scioli no hizo nada por alterarlo, y ahí está su mérito.

-En el gobierno no piensan lo mismo.

-A Scioli lo han puesto en una situación antagónica y va a ser una piedra en el zapato para Kirchner. No se ven gestos de apaciguamiento dentro del gabinete. Me dijeron, no sé si es cierto, que hasta le cortaron la luz de su despacho.

-Entonces o se disciplina o tiene que renunciar.

-¡Cómo va a renunciar! Tiene un mandato popular que cumplir. No es bueno que los funcionarios electos renuncien.

-Pero es indisimulable que el núcleo duro del kirchnerismo lo quiere afuera del gobierno.

-Eso se puede hacer sólo con un juicio político. Ahora, ¿se imagina un juicio político a un vicepresidente por haber dicho que los países que anulan leyes son pocos serios?

-También se refirió al aumento de las tarifas públicas en el momento en que se está negociando con el FMI.

-Pero eso, tarde o temprano, va a ocurrir. Scioli fue previsor: explicitó en una reunión con empresarios cosas del sentido común. Y creo que la reacción sobre él revela un estado de intemperancia que no es sano.

-¿Piensa que Kirchner confunde gestos de autoridad con autoritarismo?

-No lo sé, pero ese no es el estilo que nosotros hubiéramos llevado al gobierno. No busquen en nuestra fuerza posiciones extremas.

-¿Qué análisis hace de las negociaciones con el FMI?

-El gobierno dice que marchan bien.

-¿Usted le cree?

-Debo creerle, porque de lo contrario la mentira va a aflorar. Pero mi tarea no es anticipar problemas; mi rol es el de un dirigente nacional que tiene la función de ejercer una oposición razonable y constructiva.

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"Kirchner va marcha atrás", dijo López Murphy.

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