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 domingo, 24 de agosto de 2003

Inventó una denuncia por celos de su mujer
Intentó perjudicar a un policía de quien sospechaba que era el amante de su mujer y lo acusó de apremios

Un hombre de 27 años inventó una denuncia por apremios ilegales en una comisaría para perjudicar a un policía de quien sospechaba que era el amante de su mujer. La historia incluía una arbitraria detención en la vía pública y la demora por casi doce horas en una dependencia policial que, luego se supo, nunca existió porque el denunciante jamás había pisado una seccional.

Según informó la policía, la versión del supuesto maltrato que el hombre había denunciado en la seccional 17ª motivó la intervención del juzgado de instrucción de turno y quedó al descubierto como una mentira cuando la mujer del denunciante fue interrogada por orden judicial y desmintió que su pareja haya estado ausente de su casa la noche en que dijo que ocurrieron los hechos.

Todo se inició cuando Rubén B. se presentó el viernes último en la seccional 17ª y denunció un típico caso de abuso de autoridad. Contó que la noche anterior, alrededor de las 22.30, fue interceptado cuando caminaba por el barrio por dos policías de civil que se desplazaban en una automóvil particular blanco.

Luego de identificarse como policías, le anunciaron a Rubén que había una denuncia en su contra por maltrato presentada por su mujer en la subcomisaría de 22ª, de Donado y Forest. Enseguida le comunicaron que debía acompañarlos. El hombre dijo que estuvo detenido hasta las 10.30 del viernes y que fue maltratado.

Su odisea terminó cuando, sin darle mayor información, lo dejaron en libertad. De allí fue hasta la comisaría 17ª, a la que corresponde su domicilio, y radicó una denuncia por apremios ilegales y abuso de autoridad. El caso fue comunicado al Juzgado de Instrucción de la 1ª Nominación.

Un vocero policial contó que se ordenó el secuestro del libro de guardia de la subcomisaría 22ª y también un informe sobre los policías que tuvieron de servicio en esas horas. La investigación seguía su trámite bajo la premisa de "llegar al fondo del asunto y para castigar a los policías". Hasta que se decidió tomarle declaración testimonial a la mujer de Rubén para que ratificara los cargos.

Pero la mujer arrojó un manto de dudas sobre la versión del denunciante. Lisa y llanamente contó que la noche de jueves a viernes, Rubén había estado en su casa hasta salir el mediodía siguiente hasta su trabajo. Ante esa nueva versión, el juzgado interviniente pidió que el denunciante sea llevado a su despacho para aclarar la situación.

Allí, en el juzgado, el hombre se quebró y admitió que todo era una mentira, según contó ayer una fuente de la Unidad Regional II. De acuerdo al portavoz, el muchacho sospechaba que su mujer le era infiel con un policía de la subcomisaría 22ª y no tuvo mejor idea que inventar una denuncia para perjudicar al uniformado.

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