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 sábado, 23 de agosto de 2003

Es de la red Link y está ubicado en Sarmiento 720
Roban 137.000 pesos de un cajero automático sin ejercer violencia
Hay dos imputados, que son el portavalores y el custodio de la empresa que repone el dinero en nombre del banco

Adentro del recinto donde funciona el cajero automático no había una sola señal de violencia. Todo estaba en perfecto orden y era claro que nada había sido forzado, ni en la cerradura de entrada al lugar ni en el mismo cajero. Pero faltaba el dinero: 137 mil pesos que se esfumaron como por arte de magia. El robo fue descubierto recién tres días después, cuando la empresa que repone el dinero en nombre del Nuevo Banco de Santa Fe SA fue a recargar el cajero después del fin de semana largo.

El robo ocurrió en el cajero de la red Link que está en Sarmiento 720, en el Palacio Fuentes, pleno centro de la ciudad. Lo más llamativo es que el dinero fue sacado de una sola vez y ya se sabe con precisión el horario en que lo hicieron: fue a las 0.10 del sábado pasado.

El dato es "irrefutable", según los investigadores, porque proviene de la información que queda registrada en la memoria del cajero. Esa información consiste en la referencia a los montos y horarios de todas las operaciones que se realizan, tanto por parte de los clientes como de quienes operan internamente el cajero.

A esta altura los investigadores tienen otra certeza: el dinero sólo pudo haber sido sacado sin empleo de violencia si el ladrón, o quizás los ladrones, cargaron en la computadora del cajero al menos dos claves personales. Una es la del portavalores y otra es la del custodio que lo acompaña. Sin esas contraseñas, que deben cargar dos veces cada uno para que toda la operación se complete (ver aparte), los cartuchos no podrían ser vaciados como ocurrió en este caso. "La otra forma sería que le metieran un pan de trotyl y lo hicieran volar", graficó una fuente policial consultada por este diario.

La cuestión es que sólo tres personas tienen esa contraseña: el portavalores y un custodio de la empresa Prosegur, que es la encargada de trasladar el dinero desde el Nuevo Banco de Santa Fe al cajero, y la policía, que tiene la clave para poder desactivar la alarma en caso de que ésta se encienda. Por eso las sospechas se dirigieron rápidamente hacia los empleados de Prosegur que cargaron el cajero vaciado, el viernes a la tarde.


Razones inexplicables
Los dos empleados fueron detenidos e imputados de hurto agravado, aunque los investigadores todavía no están muy convencidos de que hayan sido quienes se llevaron el dinero. Por esa razón aquí no se divulgan sus nombres. Igual continúan entre rejas y el juez correccional Adolfo Claverie estudia ahora un pedido de los abogados de los sospechosos para excarcelarlos. Según informaron fuentes judiciales, ninguno de los dos tiene antecedentes penales.

Lo que se llevaron del cajero son las caseteras que guardan el dinero. Habían sido cargadas el viernes con 148.000 pesos y 2.000 lecop. Hasta la medianoche del sábado, los usuarios habían retirado 13.000 pesos. El saldo es lo que desapareció la madrugada del sábado. Lo extraño es que, por alguna razón inexplicable, en ese momento la alarma del cajero estaba desconectada y por lo tanto no sonó donde tenía que escucharse.

Quien sacó el dinero sabía que pasarían por lo menos tres días hasta que el robo fuera descubierto. Así fue. Recién el martes, cuando fueron a recargar los cartuchos, el portavalores encargado de la operación detectó el faltante. Entonces hizo la denuncia en la comisaría 2ª, que a su vez dio intervención al juez en lo Correccional de turno ese día, Edgardo Bistoletti.

El magistrado ordenó entonces la detención del portavalores, su custodio y el chofer de la unidad en la que transportaron el dinero el viernes a la tarde. El chofer recuperó la libertad enseguida y los otros dos quedaron imputados de hurto agravado. Ahora la investigación está en manos de Claverie y el dinero, que pertenece al Nuevo Banco de Santa Fe, todavía no fue recuperado.

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