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 sábado, 23 de agosto de 2003

El vicepresidente brasileño enfrenta a Lula por la política económica
En otro roce, José Alencar llamó a una cruzada nacional contra las altas tasas de interés del Banco Central

Río de Janeiro. - Como una versión en ritmo de samba del vicepresidente argentino Daniel Scioli, el magnate textil y vice brasileño José Alencar no cesa de criticar la política de elevados intereses bancarios practicada por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva. En el último capítulo de la cada vez más tensa relación, Alencar llamó ayer a una "cruzada nacional" contra la línea económica de la administración de Lula da Silva. Esta semana el Banco Central bajó 2,5 puntos la tasa de interés básica.

Aunque no admite estar combatiendo a Lula, por quien fue llamado el año pasado para componer la fórmula electoral que resultó vencedora, Alencar afirma que los elevados intereses financieros tienen como causa "un fenómeno cultural" que se incrustó en la mente de los brasileños. Al criticar la política instrumentada por el ministro de Hacienda, Antonio Palocci y por el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, el vice de Lula opinó que las empresas brasileñas se dividen en dos grupos: "Las que están capitalizadas y las que se descapitalizaron y, aún siendo buenas empresas, terminan por quebrar".

A pesar de que Lula prefirió estabilizar primero la economía para después retomar el crecimiento económico, su vicepresidente cree que Brasil sigue teniendo "una cultura equivocada sobre las tasas de interés que practica y, para cambiar esa cultura la salida sigue siendo la del desarrollo y la producción de saldos comerciales".


La guerra de los roces
Pero las diferencias de Alencar con la política económica de Lula no comenzaron esta semana. El duelo entre ambos es por las "demensiales" tasas de interés bancarias, que según Alencar frenan el crecimiento de las empresas y de la economía. Hace un mes, Lula pidió a sus ministros que no se acostumbraran a "convivir con el estilo Alencar".

El martes pasado Alencar afirmó públicamente que el 2003 fue "un año perdido desde el punto de vista económico debido a las altas tasas de interés, que son un crimen". Lula da Silva se negó a polemizar. "Yo no reacciono a eso. Tengo mucho respeto por el compañero Alencar. Es de otro partido y tiene otras ideas. A comienzos de año todos decían que la economía sería un desastre. Yo diría que este es el año en que arreglamos Brasil, en que ordenamos la casa", afirmó el jueves el presidente.

Lula se mostró optimista y aseguró que "las cosas están mejorando", para lo que dio algunas precisiones. "La inflación ya cayó y las tasas de interés están cayendo. El Banco Central bajó 2,5 puntos la tasa básica. ¡Este Palocci (por Antonio, el ministro de Economía) está demasiado izquierdista!", se animó a bromear. Lula prometió que luego del esfuerzo fiscal de este año, el 2004 "será el año de la reforma agraria, de otro tipo de reforma agraria, con asistencia técnica; de lo social, de las inversiones en infraestructura".

El presidente negó que las frecuentes invasiones de propiedades rurales por parte de los campesinos del Movimiento Sin Tierra puedan derivar en un caos social y fue muy duro con los gremios de los empleados públicos, sus antiguos aliados. "Ellos están en huelga desde el 8 de julio porque se oponen a la reforma previsional. La huelga es un derecho universal, pero eso no es huelga, son vacaciones pagadas por el Estado. Cuando los metalúrgicos hacíamos huelgas asumíamos los riesgos, perdíamos salarios, vacaciones, aguinaldo", agregó.

El proyecto de reforma tributaria presentado al Congreso por el gobierno de Lula da Silva fue aprobado ayer por una comisión de la Cámara de Diputados por 27 votos a favor y 11 en contra, iniciando el trámite de aprobación parlamentaria. Con esta aceptación, que demandó intensas negociaciones entre el gobierno y la oposición, el proyecto de ley tendrá que ser aprobado en dos plenarios de la Cámara y en otros dos debates plenarios del Senado.


Empresario textil
Alencar es un magnate textil -del Estado de Minas Gerais con un patrimonio de más de 600 millones de dólares- que pertenece al centrista Partido Liberal (PL) al que el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, se alió para ganar las elecciones presidenciales. Esa alianza le valió a Lula críticas de los sectores más radicalizados de su partido y no pocas acusaciones de generar una tendencia más cercana a la derecha que a la izquierda, con advertencias sobre conflictos que ahora parecen haber aflorado con fuerza.

Alencar se abstuvo de formular comentarios sobre la reciente decisión del Banco Central de bajar la tasa básica de intereses en 2,5 puntos porcentuales, pero afirmó que a pesar de esta baja, la tasa básica que actualmente es del 22,5% anual todavía es "demasiado elevada".

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Lula y Alencar en los tiempos de campaña.

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