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 miércoles, 20 de agosto de 2003

EN EL CAMINO
Con la melena del león
Prueba de manejo del Peugeot 206 Rallye, una serie limitada con fuertes elementos de diferenciación estética

Jorge Kaplán / La Capital

Cuando en abril de 1999 Peugeot lanzó en el país al 206, apenas unos meses después que en Europa, los ejecutivos de la compañía ponían mucho énfasis en remarcar que con este auto se pretendía repetir el éxito del 205 tanto en lo comercial como en lo deportivo, más precisamente en el campeonato mundial de rally. Cuatro años después, el 206 obtuvo los últimos tres campeonatos de marcas y dos de pilotos (2000 y 2002) del WRC (campeonato mundial de rally). En tanto, las ventas y la aceptación del público del 206 se mantienen elevadas y no dan señales de decaer pese a los cinco años que pasaron desde su lanzamiento mundial sin un solo restyling.

El 206 parece ser un vehículo capaz de asumir múltiples personalidades, desde un tranquilo auto familiar hasta un rabioso auto de competición, desde un auto económico hasta un lujoso convertible o un deportivo GTI. Esta variedad, y su imagen (según un sondeo publicado por el diario Clarín el 206 es el modelo del segmento B más deseado por los argentinos), hacen que hoy sea el segundo vehículo más vendido en el país (4.548 unidades entre enero y julio, sólo superado por el Gol con 5.805, y por encima del Fiesta con 3.714) pese a tener un rango de precios más alto que sus rivales.

En medio de esa variada oferta, Peugeot lanzó varias series especiales, limitadas a pocas unidades y con una fuerte personalización, y una de ellas es el modelo Rallye, un vehículo que básicamente es un 206 XR Premium 1.6, con modificaciones estéticas que lo visten con ropajes del auto de rally. Pero sobre todo, el Rallye tiene un aire de auto "tuneado" que atrae las miradas por donde sea que pase.


Personalidad WRC
A casi dos meses de su lanzamiento en Argentina (esta versión también está en Europa), Autos realizó una prueba de manejo sobre un 206 Rallye. La primera mirada permite notar que los cambios que se introdujeron en la carrocería son varios: los más importantes en el exterior son los paragolpes y los rebordes del pasarruedas más salidos, con la intención de darle dimensiones más cercanas al 206 WRC de rally.

El paragolpes delantero es más bajo con más voladizo que el estándar, así que hay que tener cuidado por donde pasa y por donde no, de hecho en un WRC no duraría en su lugar mucho tiempo.

Otros aditamentos exteriores son el alerón trasero, las llantas de aleación de 14" pero con un diseño exclusivo, la cola del escape y la tapa del tanque de combustible, además de la inscripción Rallye al costado. Los colores también son especiales: un furioso rojo llamado Daytona (el más llamativo), negro y plateado. Pocos elementos pero que le provocan un cambio de imagen radical.

En el interior, apenas se abre la puerta se destaca una chapa con la inscripción "Peugeot" en la base del marco, el volante forrado en cuero, el pomo de la palanca de cambios, la pedalera, y el panel central del tablero en plástico plateado. Todo con una onda deportiva/tuneada, es decir distinta a lo que es el GTI más en la línea del deportivo elegante o sofisticado, términos todos estos que son sólo vagas ideas que cada uno interpreta a su manera.


Equipamiento y mecánica
El resto del auto es idéntico al conocido 206 XR Premium de tres puertas: viene con el motor 1.6 de 110 caballos, aire acondicionado (manual, no automático como en el XS), equipo de música con CD y control satelital al volante (muy bien diseñado), alzacristales eléctricos, faros regulables en altura eléctricamente, antinieblas, doble airbag (se puede desactivar el del acompañante), dirección hidráulica y asiento del conductor regulable en altura, entre los elementos más destacados.

También trae una computadora de a bordo en cuyo display ubicado en el medio del tablero en buen lugar se puede tener información variada sobre recorrido, velocidad promedio, consumo instantáneo y la autonomía de que se dispone (muy útil ya que el consumo del motor va desde un rendimiento austero de 5 litros cada 100 km a 100 km/h, hasta volverse un glotón que se traga 20 litros cada 100 km yendo a fondo).

La comodidad y funcionalidad interior de este Rallye es la conocida de su familia, mientras que en el aspecto dinámico tampoco hay sorpresas: es ágil, fácil de maniobrar, y estable a alta velocidad (araña los 200 km/h).

La motorización es el naftero 1.6 de 16 válvulas de 110 caballos que le otorga una buena performance, con agilidad y silencio, claro que inferior a la que podría tener con el 2.0 que viene en las versiones GTI y CC (coupé-cabriolet).


Para pocos
El 206 Rallye es una serie limitada, así que no será muy fácil de conseguir, sobre todo por la buena aceptación que tuvo, según afirman en las concesionarias, pero no imposible.

El precio de este Peugeot 206 Rallye es de 36.900 pesos, unos 4 mil más que el modelo "civilizado" que más se le parece (32.800 pesos del XR Premium 1.6 de 3 puertas).

Cuando el tiempo de vida de los modelos por estos tiempos se acorta cada vez más, el diseño del Peugeot 206 sigue demostrando sus cualidades atemporales y su capacidad de transformarse (y bancarse) en lo que sea sin perder su personalidad y estilo.

Desde la salvaje exigencia del rally hasta en el cotidiano uso familiar, Peugeot sigue cobrando con creces haber jugado sus fichas al 206.

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