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 domingo, 17 de agosto de 2003

Le dan doce años de cárcel por matar a un mecánico en un robo
Un hermano del condenado, también involucrado en el caso, se mantiene prófugo

En el camino a una almacén de su barrio lo esperaba una fatal emboscada a Angel Albornoz, un mecánico de 25 años que el 25 de noviembre de 2001 fue asesinado por dos hermanos que le robaron cadenas de oro, un anillo y un costoso reloj en un callejón de Empalme Graneros, ante los ojos de vecinos que identificaron a Luis y Mariano Molina como los atacantes. Tras pasar un año y nueve meses en prisión y mientras su hermano continúa prófugo, el primero de ellos fue condenado a 12 años de cárcel por aquel robo seguido de muerte.

Aunque en el inicio de la investigación del crimen se deslizaron sospechas de un ajuste de cuentas, el dictamen judicial que envió a prisión por más de una década a Luis Hernán Molina, de 22 años, sostuvo que el hecho fue el desenlace de un asalto. El testimonio de los vecinos fue clave: dijeron que Angel forcejeó con dos hombres que le cortaron el paso a la salida de su casa, que le sacaron "algo brillante" de las manos y que luego Pirincho Molina se abalanzó sobre la víctima para clavarle un puñal en el pecho. Después los vieron escapar, a uno en un remís y al restante en un taxi.


Crimen y fuga
El asesinato ocurrió frente a la casa de Cullen 1166 bis donde Albornoz vivía con su mujer, Andrea Juárez, de 23 años, y sus tres hijos de 3, 5 y 6 años. El hombre trabajaba como mecánico y ocasionalmente se desempeñaba como repartidor. Sus familiares contaron a este diario que la noche del crimen había planeado acostarse temprano pero antes decidió ir a comprar la cena a una granja ubicada a la vuelta de su casa, sobre la calle Juan B. Justo.

Apenas alcanzó a salir lo interceptaron dos hombres y lo dejaron mortalmente herido sobre el pavimento. Ante la demora de la ambulancia en llegar, su padre lo llevó en auto hasta el hospital Alberdi, pero no sobrevivió al puntazo. "No fue un ajuste de cuentas", aclaró a la policía el hombre, Miguel Angel Albornoz, quien transmitió a los investigadores el dato que circulaba entre los vecinos: que a su hijo lo habían matado los hermanos Molina.

La policía apresó el mismo día a Pirincho, el único de los hermanos al que pudieron dar alcance, y en su casa apareció el reloj Citizen Titanium robado a la víctima. Luis Molina reconoció su participación en el episodio pero le endilgó a terceros la puñalada letal. Dijo que volvía de comprar una gaseosa de un quiosco de Génova y Cullen cuando al pasar frente a la casa de Cotita Albornoz vio que "su hermano y otro pibe querían venderle unas cosas a cambio de cocaína" pero la víctima no quería cerrar trato. Luego, según dijo, Albornoz los amenazó con un arma y el muchacho que acompañaba a su hermano lo acuchilló. En una de sus últimas declaraciones aclaró que en realidad no había ningún menor en el lugar, pero no pudo explicar quién le aplicó la cuchillada.

Por todo esto, el juez de Sentencia Antonio Ramos lo condenó a 12 años de cárcel como autor de un robo seguido de muerte en un fallo que aún no se encuentra firme. Para el magistrado, los dichos de los vecinos fueron decisivos: señalaron al acusado con nombre y apellido y aseguraron que el ataque fue con fines de robo.

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Angel Albornoz fue atacado en Cullen al 1100 bis.

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