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 domingo, 17 de agosto de 2003

Murió el "carnicero de Africa", el ex dictador ugandés Idi Amín Dadá
Unas 400.000 personas fueron asesinadas durante su despótico régimen. Fue enterrado en Arabia Saudita

Kampala/Londres. - El ex dictador ugandés Idi Amín murió ayer en un hospital de Arabia Saudita debido a un fallo renal, luego de décadas de exilio anónimo que contrastan con el estilo extravagante que caracterizó a su sanguinario régimen. Expulsado del poder en 1979 por tropas de Tanzania, Amín, apodado "el carnicero de Africa", murió en un hospital de Yiddah, esperando un transplante de riñón. Amín, quien era musulmán, fue sepultado en la ciudad de Yiddah, donde vivió la mayor parte del tiempo luego de su derrocamiento en 1979, dijo uno de sus hijos. "El está enterrado. La familia decidió y lo hemos sepultado en Yiddah", declaró Ali Amín por teléfono desde su hogar en Jinja, a unos 80 kilómetros al este de la capital de Uganda, Kampala. "El funeral fue modesto y la asistencia fue escasa, la mayoría fueron familiares", declaró una fuente de los medios de comunicación saudita, que pidió no ser identificada.

Una fuente del hospital Rey Faisal dijo que Amín había fallecido a consecuencia de complicaciones por una falla de sus funciones vitales. Se encontraba en estado crítico desde hace algunas semanas.


Escapó a la Justicia
El grupo defensor de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) lamentó que el ex dictador haya fallecido en un confortable exilio sin haber sido juzgado antes por sus crímenes. "La indiferencia de la comunidad internacional permitió a Amín evadir su castigo", declaró George Ngwa, de AI, en Londres. "El hecho de que no haya sido condenado demuestra la necesidad de un sistema legal internacional en cuyo marco sean juzgadas las personas acusadas de genocidio y delitos contra la humanidad", añadió.

Amín, que tenía entre 78 y 80 años -su fecha de nacimiento no está clara-, es responsabilizado por grupos de derechos humanos de la muerte de unas 400.000 personas durante los ocho años de gobierno entre 1971 y 1979. En 1972, un año después de acceder al poder, expulsó además de Uganda a toda la población de origen indio, hecho que tuvo gravísimas consecuencias para la economía del país. El ex gobernante llegó al poder a través de un golpe de Estado contra el presidente Milton Obote, dando inicio a una de las dictaduras más violentas de Africa.


"Que arda en el infierno"
En Kampala, muchos ugandeses festejaron la noticia de la muerte del ex gobernante musulmán. Otros reaccionaron que una mezcla de alivio y nostalgia ante la muerte de un líder a quien muchos aplaudieron por expulsar a los asiáticos, que dominaban la vida económica del país. "Amín fue el déspota más cruel conocido por el hombre. "Tras expulsar a los indios, los africanos pudieron participar en los negocios. Antes de eso, sólo eran obreros temporales", dijo el comerciante Bwogi Serebe, de 35 años, en el pueblo de Entebbe.

"Su muerte no es nada que lamentar", comentó el asesor de medios del presidente, John Nagenda. "Que se muera y arda en el infierno", señaló por su parte la vendedora Rose Kibirige, de 46 años. En 1978, los hombres de Amín se llevaron a su hermano del funeral de su padre. Nunca volvió a verlo.

Muchos ugandeses lo acusaban de guardar varias cabezas de enemigos decapitados en su refrigerador, alimentar a cocodrilos con cadáveres humanos y ordenar el descuartizamiento de una de sus esposas. Algunos dicen que practicaba el canibalismo.

Desde el 18 de julio, Amín -confeso admirador de Adolfo Hitler-, estaba en coma a causa de sus problemas de salud y se encontraba en la unidad de cuidados intensivos del hospital Rey Faisal. A pedido de la familia, el hospital no confirmó la causa del fallecimiento, pero uno de los hijos del ex dictador, Hashim, había dicho la semana pasada que su padre necesitaba un donante de riñón luego de que su cuerpo rechazara dos transplantes.

La radio CBS indicó que el líder de los musulmanes de Uganda, jeque Shaban Mubajje, pidió rezar por el alma del fallecido. "Cometió algunos errores pero hizo mucho bien por el país", declaró.

Algunos ugandeses, como el empresario Haji Badru Bunkeddeko, de 70 años, también lo elogiaron. Badru, que recibió propiedades de la población de origen indio expulsada del país, calificó de justa la medida y aseguró que la clase media ugandesa existe gracias a Amín. Cuando aún estaba vivo, los parientes del ex presidente solicitaron que pudiera regresar al país, pero el presidente ugandés, Yoweri Museveni, aseguró que si volvía sería juzgado.


Sin funerales de Estado
El gobierno ugandés había negado un funeral de Estado para el ex dictador, aunque no se oponía a que sea enterrado en Uganda. Jamás volvió a su país después de 1979. Cuando su estado de salud empeoró, sus familiares hicieron un llamado al gobierno ugandés para que permitiera el regreso del ex presidente. Pero Museveni advirtió que Amín podría enfrentar cargos por violación a los derechos humanos si pisaba nuevamente Uganda. El gobierno ugandés declaró ayer que estaba feliz por la muerte del ex hombre fuerte el país.

Idi Amín comenzó su carrera como boxeador y se formó como soldado con las fuerzas coloniales británicas. Con el fin del régimen colonial ascendió puestos en el ejército hasta llegar al poder con un golpe de Estado. (DPA y Reuters)

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Amín una de las dictaduras más crueles.

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