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 domingo, 17 de agosto de 2003

El músico adelanta la presentación de su álbum solista el próximo 29 en el teatro El Círculo
Vicentico: "Hice un disco simple pero muy profundo"
El cantante dijo que con su nueva banda busca tocar con dulzura, aunque eso suene grasa o cursi

Carolina Taffoni / Escenario

"El trabajo que tengo es impagable, hago música, viajo por el mundo y la paso bien". Este Vicentico que habla suena muy diferente al Vicentico de las últimas épocas de los Cadillacs, un tipo que parecía cansado del mundo. Ahora habla de trabajar y perdurar, de tocar con dulzura, de ambiciones fuertes y de un "optimismo extraño". Sin embargo, el Vicentico de la inseguridad y el escepticismo está a la vuelta de la esquina.

Este Vicentico entre la ambigüedad que lo hace misterioso y la sencillez que lo hace familiar es el que presentará su primer CD como solista el próximo 29 en el teatro El Círculo. En una charla con Escenario, el cantante dijo que hacer un disco solo fue un experimento con su vida, aseguró que el álbum es "simple pero profundo" y confesó que en el fondo sólo trabaja para su mujer y su hijo.

-¿Cómo te sentiste recibido como solista por la gente y por la prensa?

-Con la gente todo bien, con onda. Pero yo no me fijo mucho en esas cosas, a veces sirve y a veces no (risas). Lo mío es trabajar, que es lo que hace que las cosas duren en el tiempo. Además es demasiado pretencioso pensar que te están esperando.

-¿Cambió mucho tu público?

-Creo que hay gente que sigue a los Cadillacs desde hace mucho y que le interesa verme a mí solo. También hay gente nueva. Pero cada concierto tiene un público distinto, y cada noche es especial para la gente que va a los shows. Me gusta que sea así.

-¿Cuál era la intención antes de grabar el disco?

-Había una especie de miniconcepto, de pequeña idea. Yo me planteé hacer un disco chiquito, de canciones, y que a mí me resultara fluido y cómodo para grabar. Creo que hice un disco simple pero muy profundo.

-¿Buscaste diferenciarte de los Cadillacs?

-No, eso se va dando solo. En este disco el ciento por ciento de las decisiones pasaron por mí. Eso lo hace muy personal y diferente al trabajo con una banda, donde había un montón de opiniones. Yo componía muchas canciones de los Cadillacs, entonces en algún sentido el disco suena parecido. Hay un estilo que sigue. Pero la banda mía está enfocada para otro lado, busca tocar con dulzura, aunque suene un poco grasa o cursi. Los Cadillacs tenían una actitud netamente rockera. En este caso también podemos sonar fuerte, pero hice hincapié en poder achicar el sonido cuando lo necesitáramos.

-El disco suena muy producido y prolijo, ¿fue intencional?

-Sí, yo me envicio con el estudio, con quedarme horas trabajando y buscando sonidos. En este disco tenías ganas de hacer eso.

-¿Y cuáles son las influencias en ese sentido?

-Tengo millones de influencias. En general tienen mucho que ver con clásicos. Me gustan bandas pequeñas que suenan muy limpias como Neil Young y los Crazy Horse. O algunas cosas más ochentosas como David Bowie o Bryan Ferry, que no tienen que ver con mi música pero funcionan como influencia en la búsqueda de los sonidos y los climas a partir de la producción.

-Después de "La marcha del golazo solitario", lo último en estudio de los Cadillacs, algunos esperaban que tu álbum solista tuviese un corte más experimental...

-Bueno, lo siento (risas). Yo no me planteo intelectualmente los discos. No pienso sobre la música, directamente la hago. Me parecen raros esos pensamientos sobre los músicos, como demasiado intelectuales y hasta un poco reaccionarios. Yo soy un músico, no diría limitado, pero soy alguien que hace canciones, y hago las canciones que me salen. Para mí también fue experimental esto. Hacer un disco solo fue un experimento con mi vida, donde peleo con mis propios fantasmas. Dentro de lo estándar que pueden sonar las canciones del compacto, en cada tema hay un plan. Yo siento que con el público tengo una relación donde se puede comprender esto.

-¿Algunas letras intentan reflejar la última gran crisis del país?

-No sé si directamente, pero seguro están escritas desde mi sensación con esa situación. Y no sólo por la crisis de acá, sino también por una impresión un poco apocalíptica que tengo desde hace un par de años. También siento un optimismo extraño, que tiene que ver con los finales y empezar de nuevo. Esa crisis la viví con ese espíritu y con muchas pilas. Trabajar en el medio de este quilombo me hace bien.

-La censura del Comfer al video de "Se despierta la ciudad", ¿sirvió como promoción o perjudicó la difusión?

-Creo que las dos cosas. Pero yo no confío en las razones ni del Comfer ni de la compañía discográfica. No sé lo que pasó ni me importa tampoco. Yo no tengo que defenderme de la censura. Ese mundo mediático y dialéctico entre la televisión, la compañía y el Comfer no me interesa, ahí no tengo ni la menor cabida. Yo hago un video y punto. El que quiera hablar pelotudeces sobre eso que lo haga. Ni siquiera me importa si se difundió o no.

-¿Podrías ser solista y trabajar con los Cadillacs al mismo tiempo?

-No lo sabría decir ahora. En este momento no hay quórum para rearmar el grupo, y es improbable que yo deje mi trabajo como solista. Esto no es "hago un disco solo y vuelvo con los Cadillacs". Ahora estoy encaminado y voy a una velocidad grosa, es difícil que me puedan parar, por mi personalidad y mi modo de ser. Tengo una ambición fuerte por avanzar. No es que no soy ambicioso y no me importa nada.

-¿Por qué el disco está particularmente dedicado a tu esposa y tu hijo?

-Porque a ellos les dedico mi vida. Puedo hacer lo que hago con felicidad y con calma porque los tengo a ellos. En el fondo solamente trabajo para ellos. Me parece que los varones tenemos que trabajar mucho. Las mujeres también, soy el opuesto a alguien machista. Pero a mí me gusta ayudar a mi mujer y mi hijo con mi trabajo y dejarlos tranquilos.

-¿Cuál es tu papel en "Los guantes mágicos", la nueva película de Martín Rejtman?

-Es un tipo que maneja un remise y que vive su vida a través de los demás, por lo que los demás lo llevan a hacer. De alguna manera la vida le pasa por al lado.

-¿Estudiaste actuación?

-No, nunca estudié nada, tampoco música. Siempre me fue mal estudiando. En esta película me sentí más seguro, pero por puro inconsciente que soy (risas). Tengo mucha relación con el mundo de la actuación porque mi viejo era actor, mi mamá es actriz y mi hermana también. Además soy muy observador, he mirado mucho cine, me gusta descubrir grandes actuaciones.

-¿Te molesta la invasión de cantantes que salen de los programas de televisión?

-Con que haya unas 200 ó 300 personas interesadas en lo que yo hago, con eso me doy por satisfecho. Obviamente que voy camino a buscar más audiencia, pero eso no tiene nada que ver con lo que hagan los demás y menos con los reality shows. En un sentido perverso disfruto viendo esos programas, ver cómo alguien pone la cabeza para que se la corten tantas veces. Esos pibes que se presentaron en varios concursos, a esos les gusta que les peguen cachetazos y que cinco pelotudos les digan lo que tienen que hacer.

-¿Notás un cambio en el país con el nuevo gobierno?

-En un nivel las cosas parecen estar cambiando. Pero deberíamos empezar a entender que el gran cambio pasa por el trabajo a conciencia. Eso no lo cambia ningún gobierno. Me parece excelente la derogación del punto final y que esté presa María Julia (Alsogaray). Pero el Congreso que está votando estas cosas es el mismo que hace un año opinaba lo contrario. Entonces no podemos ser tan tontos. Conmigo que no cuenten más para decir "qué genial". El mundo se está dando cuenta y la Argentina también. O nos damos cuenta o estamos fritos.

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Vicentico dijo que siente que empieza de nuevo.

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