Suspenden tratativas durante el fin de semana. Viaja la delegación del Fondo

Las tarifas y el gasto público traban la negociación con el FMI

Seguirán discutiendo por teléfono y e-mail. Quedan varias cuestiones por resolver antes del 9 de septiembre

El aumento de tarifas y el incremento del gasto público por el aumento de los planes sociales son los principales obstáculos que traban las negociaciones entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para llegar a un acuerdo por tres años y abrieron este fin de semana un impasse en las negociaciones.

Las negociaciones entre el equipo económico y el Fondo abrieron un paréntesis este fin de semana, y si bien la delegación encabezada por John Dodsworth parte mañana de Buenos Aires, la discusión proseguirá en los próximos días alternativamente con la representación local del organismo financiero y con Washington, vía telefónica o correo electrónico.

Así lo indicó el vocero del ministro de Economía, Armando Torres, quien precisó que durante el fin de semana el equipo económico "descansa", y explicó que la misión del Fondo partirá a Washington con un borrador de lo avanzado hasta el viernes.

En ese sentido, Torres indicó que la delegación entregará el borrador al directorio del Fondo que se ocupará de analizarlo, aunque no descartó que haya nuevas consultas en los próximos días, las cuales se canalizarían entre el Palacio de Hacienda y la representación local del organismo crediticio en Buenos Aires.

También se mantendrían contactos permanentes con Washington en forma telefónica o a través del e-mail, para agilizar la definición en la letra chica de lo que ya está acordado.


Los temas en discordia
El empantanamiento de la discusión tuvo su eje en la cuestión tarifaria, donde durante la semana hubo un cruce entre el vicepresidente Daniel Scioli, quien estimó que habría una suba en gas y electricidad para octubre, y el ala política del gabinete que desautorizó su declaración al indicar que se trató de "una opinión personal".

El gasto público, otro de los obstáculos del acuerdo, generó un cruce de palabras entre Economía y Planificación Federal, debido a que el ministro Roberto Lavagna habría dicho en una reunión con empresarios de primera línea que no había fondos para comenzar el plan de obras públicas.

Estas declaraciones fueron rápidamente desmentidas por el ministro Julio De Vido, quien aseguró que en breve se iniciarán las primeras obras del programa de infraestructura.

Así las cosas, los pasos siguientes de esta negociación se definirán en las próximas dos semanas, ya que se espera que para los primeros días de septiembre el directorio del Fondo se pronuncie sobre un nuevo acuerdo con la Argentina.

Si bien el equipo económico se movió durante los últimos días con gran hermetismo en cuanto a los contenidos del borrador y los temas sobre los cuales todavía no se llegó a un acuerdo, circuló que entre los puntos ya acordados figuran la compensación a los bancos por la pesificación y la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que ya consiguieron acuerdo parlamentario y formaban parte del acuerdo sellado en enero último.

Entre los temas que restan cerrar, pero que se avanzó mucho, aparece la meta del superávit fiscal. El ministro Lavagna habría accedido a poner un piso del 3,3% para el año próximo (contra 2,5% del período en curso) y a partir de allí una fórmula escalonada de 3,5 para 2005 y finalmente del 4 por ciento para 2006. El FMI, en cambio, plantea un 4 por ciento para el año que viene.

En cuanto a las cuestiones más ríspidas y que quedarían en suspenso para conversar más adelante, comprenden la inclusión de cláusulas gatillo, que provocarían una caída del acuerdo ante eventuales incumplimiento de las pautas comprometidas.

El gobierno pretende incluir dentro del acuerdo compromisos con fecha para resolver tres cuestiones muy espinosas, como el ajuste a las tarifas de los servicios públicos, la reforma del sistema financiero y la ley de coparticipación federal.

El acercamiento de la fecha de la eventual entrada en default del país con el FMI y algunas cuestiones de índole técnica que tienen que ver con los plazos que demanda el ente internacional para la toma de decisiones obligó al ministro Lavagna a apurar la sanción de leyes en el Congreso. El proyecto que reforma la carta orgánica del Banco Central amplía la posibilidad de que la autoridad monetaria le gire recursos al Tesoro de la Nación.

Con ese aval, el Poder Ejecutivo podrá disponer de u$s 2.900 millones para afrontar el compromiso que vence el 9 de septiembre. El Fondo lo pediría como un gesto de buena voluntad, aunque esta decisión no sería del agrado del ala política del gobierno. Otra posibilidad que exploró en su último viaje a los EEUU el ministro Lavagna es que el Tesoro de los EEUU otorgue un crédito puente para salvar el bache financiero hasta que llegue el acuerdo.

Lavagna le pide más plazo al FMI.